—Listo —dijo sonriendo y con un nudo en la garganta por aguantar el llanto.
—Gracias —respondió confundido notando la quebrada voz de Makoto—. ¿Qué tienes? —le pregunto girándose para verle bien la cara.
Makoto quedo ida por unos segundos al verlo, el que le hiciera aquella coleta le había perfilado la cara, él estaba muy delgado, en sus sueños no lo recordaba así pero se seguía viendo igual e incluso más atractivo que en sus sueños, su corazón volvió a dar un brinco, esta vez latía agitado mientras se perdía en una mirada de color frío pero que a ella la hacía sentir cálida.
Por unos instantes Aaron la miro esperando a que ella le dijera o hiciera algo pero eso no paso, arrugo el ceño extrañado, ladeo la cabeza de izquierda a derecha como un pequeño cachorro y sin querer comenzó a sonreír sin dejar de mirarla a los ojos.
—Te voy a besar —advirtió y su sonrisa se volvió traviesa.
Esas palabras despertaron a Makoto pero no a tiempo pues sintió como unos labios se posaban sobre los de ella, le había depositado un delicado pero también rápido beso que le resonó en los oídos y le cosquilleo los labios causándole un sonrojo muy grande, una sonrisa apareció en su cara, la intento disimular pero no podía, se tuvo que cubrir la boca con ambas manos, le comenzaba a doler la cara y ni siquiera podía hablar, sentía que si abría la boca soltaría la risa, no comprendía como ese beso la había puesto así, estaba avergonzada y a su cabeza le vino un recuerdo, su cara se puso aún más roja, estaba apenada y nerviosa, sentía su cuerpo temblar pero era agradable. Se acostó rápidamente y se cubrió de pies a cabeza con la sabana, formo un ovillo temerosa de que se escuchara el rápido latir de su corazón o incluso se viera.
—Oye —no pudo evitar soltar una pequeña risa al verla—, ¿por qué te escondes? —pregunto sonriente—. Déjame verte —intento destaparla—. ¿Estas avergonzada? —volvió a reír—. Estabas muy roja —la movió divertido.
Aaron seguía moviéndola con traviesa actitud mientras Makoto le daba la espalda aguantando la risa, quería quitarse esa cara de tonta antes de dejarse ver pero de repente Aaron dejo de moverla y picarla pues recordó que él ya había sido rechazado y rememorando el beso que le había dado ella se había cubierto la boca.
—Suspiro dolido sintiendo una fea opresión en el pecho—. Discúlpame por el beso —agacho la mirada apretando con impotencia los puños—, dije tonterías y confundí a mi beneficio las cosas.
Makoto no pudo responder ¿qué había pasado? Hasta la sonrisa se le quito para dejarle un semblante desconcertado, si bromeando las palabras no le había salido pues ahora con el nuevo ambiente era más difícil, quería hablar pero era como si las palabras se le enredaran en la garganta y no quisieran dejar aquel lugar, decidió girarse y descubrirse un poco la cara para mirar a Aaron quien se veía deprimido, él pensaba que de nuevo había jodido todo.
—Es la segunda vez que me besas —soltó Makoto haciendo que sintiera una linda y extraña ebullición en el estómago.