Makoto se sintió cálida, era como si las palabras y caricias le penetraran hasta el alma pero también se sentía mal por haber dudado de él, él tenía sus errores pero también ella lo había lastimado, debía disculparse como él si embargo las palabras no le salían aunque en su cerebro se formaran, recordaba verlo llorar y el corazón se le fragmentaba, quería llorar por haberlo hecho llorar ¿cómo podía enmendarlo? También deseaba besarlo y tener de nuevo impregnada la sensación de aquellos labios sobre los de ella aunque aún no se había desvanecido del todo el beso anterior ¿estaría bien hacerlo? Soltó un fuerte suspiro impotente por atreverse a hacer nada.
—Prometí protegerte y creí que para hacerlo tenía que olvidarme de que eras una chica —hablo de nuevo algo dolido creyendo que Makoto aún dudaba de él— y del beso —le miro los labios y se sonrojo un poco—. Creí que tú te protegías de esa forma y que no querías que nadie supiera que realmente eras una chica entonces —dijo no muy seguro ladeando la boca— me obligue a olvidarlo pero no pude borrar mis sentimientos —se froto con la mano parte de la frente y el cabello hacia atrás sonriendo levemente—. No sabes que tan frustrado y estresado estaba —su sonrisa se engrandeció—, nunca me había gustado ningún hombre aunque a veces bromeara sobre eso.
—Ustedes dieron por hecho que yo era hombre —frunció la boca—, me daba igual en un principio pero después me molesto que realmente no se dieran cuenta y no quería ser yo quien les dijera, me lastimaba mi orgullo —dijo triste apretándose los pulgares—. Sobre todo —lo miro a los ojos sin poder evitarlo y luego desvió la mirada— tú —susurro avergonzada—. Quería un trato aún más especial del que le dabas a todas —lo dijo aún más bajo de forma casi inaudible.
—Perdóname —se abalanzo a abrazarla fuertemente—, déjame enmendarlo —Makoto lo rodeo con los brazos correspondiéndole el abrazo y dejo descansar su cabeza en el hombro de este—. Oye… —se envalentono— Yo, realmente —se comenzó a sentir nervioso—, realmente no, ¿no me quieres? ¿No te gusto nada? —la abrazo aún más fuerte temiéndose ser lastimado.
Makoto se sonrojo y volvió a ponerse nerviosa en conjunto a las cosas que sentía en su estómago con su corazón latiendo frenéticamente, la había tomado desprevenida por lo que su reacción fue separarse rápidamente cosa que hizo sentir mal a Aaron pero no le dio tiempo para que se sintiera realmente mal pues la sabana con la que se había tapado anteriormente, Makoto la hizo bola y la presiono contra la cara de Aaron como si quisiera ahogarlo con esta, termino tirándolo sobre la cama totalmente bocarriba sin saber Aaron que hacer. Makoto se sentía completamente avergonzada y aunque quería gritarle sus sentimientos no podía hacerlo, le era difícil ser sincera.
—¿Qué te pasa? —pregunto Aaron desconcertado y con algo de dificultad aunque dejándola hacer.
—¡Cállate! —ordeno aún apenada presionando con más fuerza la sabana pero sin ser aún suficiente para ella se subió a horcajadas en él ejerciéndole aún más presión con la sabana—. Me gustas —confeso— mucho, desde siempre —dijo totalmente sonrojada pero sintiendo como si le quitaran un gran peso de encima— y más que eso —dejo de hacer fuerza—, pero no tomes mis palab…