No es tiempo de Marte.

Upsss...

No pudo terminar de hablar porque Aaron se quitó con rapidez la sabana para abrazarla pues la emoción que sentía tenía que mostrarla de alguna forma, no tenía voz para explicar lo que aquellas palabras le habían hecho sentir, estaba tan emocionado y feliz que abrazaba fuertemente a Makoto, arrastro un poco su cuerpo hacia arriba para poder depositarle un beso en la frente, la miro y volvió a darle un beso muy feliz en la frente para después abrazarla con aún más fuerza.

 

—Por el momento es suficiente para mi saber eso, gracias —rio suavemente sin soltarla además ella no puso resistencia.

 

Aquel abrazo era inocente y puro, lleno de tantos sentimientos que temían compartir o expresar gracias a los malentendidos y su propio orgullo. Aunque la situación aún no les era clara y menos para Aaron en ese momento no le importaba nada, querían detener el tiempo y disfrutar de ese abrazo por siempre. Aaron aspiraba el aroma de Makoto pegándole su nariz en el cuello y haciéndole cosquillas con su aliento, Makoto se sentía avergonzada pero no quería alejarse, sentía que su corazón se le saldría del pecho y correría emocionado por todo el lugar, le comenzaba a dar sueño y no le importaría quedarse dormida ahí donde estaba aunque hubiese despertado hace poco de un largo sueño de dos años, cerró los ojos sin poder quitar la sonrisa que se le había dibujado desde hace un largo rato, le dolía ya la cara pero no le importaba, solo no quería mostrarle esa cara a nadie, ni a Aaron quien tenía una sonrisa que ya le dolía también. Sin querer el cuerpo de Aaron comenzó a reaccionar borrándosele así la sonrisa, estaba avergonzado y quería meterse en un hoyo, no importaba si existía un Dios o miles, le rezaba a todas las divinidades que se le venían a la cabeza para que su cuerpo se calmara o Makoto no se diera cuenta pero sus rezos fueron en vano pues Makoto se quitó tan rápida como un flash y le propino un puñetazo en el estómago igual de rápido.

 

—Perdón —se disculpó Makoto con la cara roja sintiendo que se quemaba de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro.

 

Makoto se disculpó porque sintió que lo había golpeado realmente fuerte y no es que Aaron hubiese hecho algo malo o tuviese la culpa porque después de todo ella era quien se había puesto en esa posición tentadoramente provocativa aunque lo hizo sin intención, ella solo había querido callar a Aaron y que no la viera, lo había hecho de forma inocente. Ahora estaba intentando con todas sus fuerzas no mirarlo porque temía que la curiosidad la traicionara y sus ojos se desviaran, temblaba con nerviosismo sintiéndose arder de pies a cabeza sin saber dónde meterse.

 

—Perdón —dijo Aaron con dificultad y tosiendo gracias a la falta de aire.

 

Aaron se disculpaba por creer haber arruinado un buen momento gracias a su amigo que llego de la nada, en serio ahora si quería morirse, se preguntaba que pensaba Makoto y eso le apenaba, nunca había estado tan avergonzado en toda su vida ¿qué tal si ahora Makoto en serio dejaba de hablarle por toda la vida? No quería que ella pensara que era un pervertido, miraba de reojo a Makoto notando muy bien lo colorado de su cara, Makoto lo miro de reojo y al notar que también la veía dio un pequeño saltito nervioso en su lugar y volvió a mirar a la pared. Aaron tomo la sabana que era una bola y la desenvolvió para cubrirse perfectamente a excepción de la cara, se giró dándole la espalda a Makoto y se tapó con una mano bajo la sabana la entre pierna maldiciendo en voz baja.




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