No es tiempo de Marte.

Vergüenza.

Makoto volvió a mirarlo y esta vez soltó un suspiro de alivio al verlo de espaldas, sus ojos no la traicionarían además podía mirarlo de espaldas todo lo que quisiera sin que él lo notara, se daba cuenta que Aaron se sentía mal, enojado y apenado por la situación pero Makoto no lo culpaba de nada, si se ponía a pensarlo para ella en un futuro si recordaba el momento y no hubiese habido reacción de ningún tipo se habría sentido ofendida. No debió golpearlo aunque ahora se reía mentalmente al recrear en su mente la escena del puñetazo, reacciono mal pero nunca había tenido una experiencia así ni mucho menos se había sentido como se sintió en esos momentos, no es que le hubiese disgustado o molestado, solo la tomó por sorpresa. Makoto se dio valor, se limpió sus manos que estaban sudorosas en la bata que cubría sus piernas y le acaricio el cabello con su mano temblorosa como si Aaron fuera un perro, Aaron se sorprendió por el tacto sintiéndose tratado como un animal, lejos de molestarse le causo gracia pero aún no se atrevía a girarse o mirarla, aún estaba consumido por la vergüenza. Makoto al notar que no le decía nada o hacia algo se acostó nerviosa y lentamente preguntándose si debía abrazarlo o no, ella quería hacerlo pero no se atrevía ¿qué más daba? No se había atrevido a besarlo y ahora se tenía que conformar tocándose los labios recordando aquella hermosa sensación que Aaron le había impregnado, por lo menos se atrevería a abrazarlo y así lo hizo pero teniendo cuidado de que sus cuerpos no estuvieran en contacto.

 

—¿Qué haces? —pregunto Aaron confundido por el repentino acercamiento.

—Te abrazo —respondió escondiendo su cara en la nuca de Aaron— si quieres dejo de hacerlo —dijo con voz segura pero la verdad es que temía que le pidiera dejar de hacerlo.

—No —se apresuró a decir antes de que si dejara de abrazarlo sintiendo la respiración de ella en su nuca, dándole una sensación de escalofríos que no le disgustó.

—El alien que estaba conmigo —dijo de la nada— era amigo de mi padre, se llama —lo pensó pero al no recordar su nombre se rio—, no sé, era parecido a Esetron —volvió a reír—. Te explicare porque estamos aquí y lo que paso realmente. ¿Quieres?

—Por favor, hazlo. Aún estoy confundido y… —callo pues había dejado de lado el tema gracias a los acontecimientos sucedidos, acontecimientos que lo hacían extremadamente feliz.

 

Makoto comenzó a contar todo, sin dejar pasar detalle alguno, explico lo que sintió y vio al momento de despertar, de lo desconcertada y asustada que estaba sobre todo temiendo que Aaron fuera falso y de lo preocupada que aún estaba de no saber si Sofía, Nerys y Bonnie eran reales, Aaron temía también que no existieran pero la calmo diciéndole que seguramente eran personas reales. Ninguno quiso entrar en detalles sobre Sofía pues si era real ella tal vez si podría estar muerta por el cáncer  y no querían volver a pasar por eso, era demasiado triste. Todo era tan raro y extraño para ambos pero sabían que estaban seguros y no tendrían que preocuparse ni lastimarse aunque llegaron a la conclusión de que todo lo malo que le paso a Aaron fue él mismo castigándose en sueños, estuvieron platicando un rato de forma tranquila hasta que ambos se quedaron dormidos sin darse cuenta.




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