No es tiempo de Marte.

Alimento.

Aaron despertó sintiendo un piquete en su muñeca, sus reflejos hicieron que quitara la mano y vio correr un hilo de sangre en esta.

 

—Me mando Sdtrowneb —se apresuró a decir lo que parecía ser una enfermera, esa misma que Aaron había empujado al despertar.

—Ah… Strowneb —repitió—, así que ese es su nombre —sonrió—. ¿Qué haces? —le pregunto mirándola atentamente.

—Les traje comida —señalo con la cabeza un carrito con dos charolas con comida— y a ponerles —levanto el catéter que traía en la mano para mostrárselo.

—¿Es necesario? —pregunto haciendo una mueca de reproche.

—¿Qué pasa? —pregunto Makoto con voz adormilada cosa que le dio ternura a Aaron.

—Nada —respondió sonriente—, es hora de la comida.

—Es necesario —le respondió la chica azulada a Aaron—, necesitan nutrientes y estar hidratados además hace mucho que no comen por lo que no pueden atestarse de comida.

—Bueno —ladeo la boca Aaron inconforme de que le pincharan la muñeca—. Lamento lo de antes —se disculpó con la chica y estiro el brazo.

—Comprendo —respondió sonriendo—, no pasa nada, solo me lleve un susto —limpio el brazo e introdujo el catéter.

—¿Se conocen? —pregunto Makoto curiosa.

—Estaba esperando a que despertara y cuando lo hizo me empujo —enarco su ceja de bello vello rosado como su cabello.

—Perdón —volvió a disculparse.

—Bromeaba —termino de ponerle el suero a Aaron y se acercó a Makoto—. Ahora tú.

—¿Hablas inglés? —pregunto Makoto curiosa de que ella y Sdtrowneb hablaran tan bien pues sentía que era raro que personas de otros planetas lo conocieran.

—No realmente —saco la lengua mostrándoles lo que parecía un pequeño lunar en la punta de su lengua y luego señalo lo que parecía otro lunar pero en el lóbulo de su oído—. Estoy utilizando un traductor.

 

Makoto y Aaron no pudieron evitar abrir un poco la boca a modo de sorpresa, se miraron y asintieron sincronizados, era un buen invento. Makoto se dejó poner el catéter aunque no supo en qué momento se había quitado la suya pues cuando despertó e intento quitársela fallo, decidió dejar de lado el tema y no pensar mucho en ello pues estaba confundida en ese momento, seguramente se la había quitado inconscientemente cuando hablo con Sdtrowneb. El estómago de ambos gruño cuando a su nariz les llego el delicioso aroma de la comida, sus glándulas salivales se habían activado y deseaban comer en ese momento. La enferma se rio al verles las caras y escuchar sus estómagos.

 

—Coman con calma —pidió y les acerco sus respectivas charolas con comida.

 

Ambos sentían que la boca se les hacía agua, escuchaban muy bien a sus estómagos pidiendo alimento pero sus cerebros no querían comer aquellos alimentos.

 

—¿Qué es esto? —pregunto Aaron sin poder dejar de observar un caldo morado con carne del mismo color.

—No, no le respondas —pidió Makoto a la enfermera. Ella miraba unos huevos revueltos de color rojo escarlata y lo que creyó un plátano negro peludo—. Solo comamos —vio a Aaron.

 

La comida olía muy bien, en especial el caldo. Makoto cerró los ojos y lentamente llevo la cuchara a su boca donde la sostuvo varios segundos sin meterla finalmente a su boca, la chica azulada no pudo evitar reír un poco al verla. Aaron tenía hambre por lo que aunque desconfiaba del sabor de la comida y temía enfermarse del estómago llevo una cucharada de aquellos huevos extraños a su boca, lo saboreo y asintió con la cabeza para luego mirar a Makoto y así informarle que el sabor no estaba mal, era igual al sabor de la clara de los huevos de gallina, con más confianza ella decidió por fin probar el caldo que tenía un suave sabor que le recordó a un consomé, no lo sentía nada grasoso y sus glándulas salivales pedían por más, no quería saber que estaba comiendo pero no quería dejar de comerlo, comenzaron a degustar con avidez.




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