Buscando a los amigos.

Makoto no comprendía como Aaron podía decir aquello tan fácilmente, para ella incluso era muy difícil pensar siquiera en decirle "si" quería decirlo pero de su boca no salía, era como si se le enredaran las palabras en la boca.

—Si —admitió con dificultad dejando con la boca abierta a Aaron a causa de la sorpresa. Junto su valor para girarse y acercarse a él dispuesta a besarlo en los labios pero al final no pudo y solo le deposito un fugaz beso en la comisura de estos—, pero no.

Makoto regreso rápidamente a la posición en la que estaba antes de atreverse a besarlo, comenzó a caminar completamente sonrojada y nerviosa por la acción que había realizado. Aaron simplemente no pudo decir nada fue una enorme sorpresa muy grata que lo hizo sentir maravillado, sonreía bobamente y feliz desde el fondo de su corazón, lo que había hecho Makoto lo lleno de ternura, definitivamente tendrían que hablar pues estaba impaciente por saber que cruzaba por la cabeza de esta.

Comenzaron a caminar en silencio entre los pasillos de aquella nave, rara vez escuchaban voces, generalmente estaba silencioso por donde pasaban aunque no era un silencio incomodo, pasaban entre seres o personas de las que desconocían sus existencia, se quedaban intrigados pero no los miraban mucho por respeto y a ellos parecía no importarles el libre andar de Makoto con Aaron lo cual era obvio pues Sdtrowneb había dado la orden de que los dejaran siempre y cuando no tocaran cosas que no debían o se pusieran en peligro.

Ambos se asomaban por los enormes cristales que tenían cada sala para verificar si alguno de los que estaban ahí no eran sus amigos, no se atrevían abrir las puertas pero observaban hasta verificar que no lo conocían, pasaron a lado de lo que parecía un alto y delgado peluche de finas facciones, se pusieron frente a lo que pensaron eran unas puertas de metal y estas se abrieron como si los estuvieran esperando, Makoto y Aaron se miraron como preguntándose si debían entrar, ninguno de los dos dijo nada y cuando pusieron un pie dentro notaron que se trataba de un elevador o eso imaginaron, Makoto estaba por apretar un botón pero una delgada mano peluda se le atravesó para detenerla.

—No, no, no —dijo el que parecía peluche aunque ellos no le entendieron—. Aléjense de estas cosas, no saben a donde podrían ser enviados y si perdemos a la chica el comandante Sdtrowneb nos colgara —los reprendió aun sabiendo que ellos no le entendían.

—No sé qué dijo —se mordió Makoto el labio inferior sintiéndose como una niña pequeña a la que regañaban.

—Seguramente que no toquemos y entremos a estas cosas —dijo Aaron mientras era empujado junto con Makoto por las manos de aquel tipo.

Cuando los saco señalo las puertas con un dedo y luego cruzo sus brazos con las palmas extendidas hacia arriba, Makoto y Aaron comprendieron perfectamente que si era un lugar al que no debían ir así que ambos asintieron con la cabeza informándole que harían caso. Continuaron caminando y asomándose por cada habitación por la que pasaban pero no veían caras conocidas por lo que comenzaron aburrirse y cansarse, poco a poco habían adoptado un buen ritmo para avanzar pero ahora volvían a tener dificultad, querían regresar pero se habían metido por tantos pasillos que no recordaban como hacerlo, el cuerpo les pesaba y dolía así que tampoco querían intentar sentarse en el suelo, suspiraron y escucharon una voz que se les hizo conocida, Makoto no entendía las palabras aunque ese timbre calmado pero severo lo recordaba perfectamente bien al igual que Aaron quien si entendía que hablaba, la emoción se les hizo visible a ambos e incluso las energías les regresaron, corrieron (o por lo menos eso sintieron que hacían) buscando al dueño de aquella voz, se asomaron un poco juntos por una puerta que estaba entreabierta descubriendo a un chico muy delgado pero no tanto como ellos de cabello rubio, su cabello hasta los hombros le daban un porte aristocrático.