No es tiempo de Marte.

Lázaro.

Makoto al verificar de quien se trataba no pudo contener su emoción, su cuerpo se movió solo, fue tan rápida e impulsiva que el porta sueros no pudo seguirla desprendiéndose así el catéter de su piel y dejando un hilito de sangre en su muñeca pero no importaba, se había abalanzado sobre Lázaro en la cama, lo rodeo por los hombros sentándose ella a un lado dejando a un Aaron lleno de celos en la puerta pues no le gustaba mucho que estuviera tan cerca de él y además se preguntaba si se había emocionado más por ver a Lázaro que a él pero también estaba feliz de ver a su amigo, intento sacudirse los celos y se acercó a ellos ignorando a la enfermera que habían asustado al entrar así.

 

—Eres real —dijo Makoto en un hilo de voz entrecortada, la emoción estaba por hacerla llorar pero supo resistir.

—Lázaro no sabía ingles pero había entendido lo que Makoto dijo, le correspondió el abrazo gustoso y con emoción con la mano en la que no tenía suero—. Pues claro que soy real —sonrió y le dedico otra sonrisa a Aaron quien estaba a su lado.

 

Makoto se separó y soltó un suspiro para después mostrar una enorme sonrisa satisfecha de ver a su amigo frente a ella, sabía que le había hablado en español y ella no lo entendía pero se conformaba con saber que estaba bien.

 

—Es muy bueno verlos, la señorita —señalo con la mirada a la enfermera— me ha respondido las dudas que tuve cuando desperté aunque aun no entiendo del todo. Solo sé que estuvimos dormidos por dos años después de que nos invadieran.

—Ya te dije que no los invadimos —respondió la pequeña enfermera con el ceño arrugado y la boca ladeada en descontento.

—No lo hicieron —se encogió de hombros Aaron respondiéndole en español a su amigo—. Makoto nos metió en un sueño por dos años, no tuvimos una pelea con nadie, siempre estuvimos aquí y me ha quedado claro por lo menos que ellos nos son nuestros enemigos.

 

Makoto no entendía de qué hablaban pues se comunicaban en español pero se imaginaba que pasaba por lo que se sintió avergonzada y agacho la mirada, ladeando la boca comenzó a sobarse el brazo izquierdo. A Lázaro no le gusto verla así, le iba hacer una caricia en la cabeza mientras buscaba las palabras adecuadas para que dejara de poner aquella expresión pero cuando su mano estuvo por tocarla Aaron le rodeo la cabeza y la acerco a su pecho para después depositarle un beso en la cabeza con el afán de que dejara de sentirse culpable y preocupada, Lázaro se limitó a sonreír aunque estaba sorprendido sobre todo de que Makoto no se apartara o rechazara las muestras de afecto de su amigo, había tanto que no comprendía.

 

—¿Y los demás? —Pregunto preocupado Lázaro.

—No sabemos si son reales —apretó los dientes sintiéndose mal pues sabía que era exactamente lo que su amigo quería saber.

—Lázaro sintió que el corazón se le detenía y se dirigió a la enfermera—. ¿Nosotros estábamos en grupo?

—Si —respondió segura la enfermera sin saber a donde quería llegar su paciente.

—¿Por qué decidieron despertarnos después de dos años? —la enfermera miro a Aaron y Makoto esperando ser ayudada pues no sabía cómo o que responderle—. Campbell —dijo—, ¿dónde está? Es su apellido.




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