¡Hola mí gente linda! Recibí muchos de sus mensajes, si es todo un shock para ustedes imaginen lo que es esta montaña rusa para mí. Sé que están ansiosos y se preguntarán qué pasó, dónde estamos, si ya somos la familia Ingalls. No, no somos ninguna familia sacada de una serie de televisión, pero casi casi. Para que comprendan somos como una familia de cuentos de hadas, un peligro siempre sucede. Solo espero que tengamos un final, al menos decente.
Para empezar, yo no creo que mí hermana tenga un problema conmigo, más bien es con mí padre "el sanguijuela", "rata de alcantarilla", así le dice ella. Si esto fuera un libro (esos de los que lee mí prima Carita) el problema lo descubría al final, se mantendría el suspenso. El tema acá es que esto es la vida real y mí hermana no práctica el suspenso. Me di cuenta el resentimiento que tiene hacía mí papá cuando dijo en una oración cinco veces: "más veloz que Speedy Gonzalez":
-Hija, que grande estás Brisa de mil amores.
-Por supuesto, te fuiste cuando tenía 14 años. Debí haber crecido hasta la fecha.
-Brisa, necesitamos tu ayuda- Papá anda quebrado.
-¿Necesitamos o necesitas? Por favor, que sanguijuela que sos.
-Hijita mia, de mí corazón, toque fondo. Vení Tatina, acércate y saluda a tu hermana, no seas tímida- Yo no obedecí a mí padre está vez.
-¿Hijita? Yo recuerdo a mí padre ahora que lo mencionas. Mí padre que salió más rápido que Speedy Gonzalez, detrás de cualquier pollera.
-Tu gran abuelito, hijita..
-Por favor, no metas a los muertos en esto. No seas irrespetuoso. Contame, ¿Quién es la madre de esta chica? Será Inés, Esther, Yolanda, Karen o anda saber cuántas más.
-Yo senté cabeza hija. Perdón por no cumplir tus expectativas.
-No me interesa nada de lo que digas, tampoco te creo. Soy la directora de esta empresa y no quiero un escándalo. Toma la llave de la casa del abuelo Roberto. Anda ahi, busca un trabajo y una vez en tu vida ejerce como corresponde el papel de padre. Da el ejemplo Norberto. Mira lo que es la cara de esa chica, parece un perro mojado.
-Gracias hijita y gracias Don Beto por criar a esta jovencita con ese alma tan pura que la caracteriza, por..- Brisa interrumpe al grito
-Chau. Después paso por la casa para aclarar algunas cosas. Adiós, bye bye.
-Brisa, lo vi a ..a.. tu..a Luciano en el pasillo. Me dijo que trabaja en otro lado igualmente- Papá dijo que tenía fotos del casamiento de Brisa y Luciano, triple casamiento. Pero, yo no le vi ningún anillo a ambos. Y por la palidez de mí hermana, juraría que no hubo final feliz, ese rasgo si es de familia, la infelicidad y los desmayos por dos minutos.
-Sí. Dijo brisa a secas. Me sentí triste por ella, sentí propio su dolor- En un "Sí" se sintió un eco fuerte y desgarrador. Mí hermana sufre, mí hermana tiene corazón.
-Ah, ya que viste a tu Genia, como gritaste en la calle. Que de hecho, de genia no tiene nada. No vayas a decir ningún furcio, el abuelo se murió.
-Pipino se murió, no me digas, no lo puedo creer- Gritaba mí papá, agarrándose la cabeza.
-Y pensalo así, cuando vos te fuiste tenía casi 70 años. Que esperabas que viviera hasta los 100 años. Mira, si te hubiera visto- Y realmente, eso si fue irónico.
Bueno, cuando salimos de la empresa realmente se respiro aire fresco, estar ahí dentro en medio de papá y mí hermana fue agobiante, realmente quería salir de ahí. Salimos del todo y caían unas gotas. Yo no se, si será verdad que el agua limpia la mente y las culpas. Pero, me puse cada vez más intrigada:
-¿Lo conocías a Luciano?- Le pregunté a un papá tranquilo.
-Sí, por supuesto. ¿Quién te pensas que me mandó las fotos de casamiento? - Mi papá la cuidaba de lejos, ¿Será así?
-A está mocosa la venía a ver a escondidas, fue nuestro pacto con mí padre. Estuve en todos sus momentos importantes y ella nunca se dio cuenta- Dijo mí papá tan contento como si fuera Houdini.
-¿Entendés Tatina? Sí, a Lucianito lo conozco de chico. Lucianito es más grande, empezó a trabajar de joven en la casa del abuelo de Genia, Don Alberto- Decía mí papá como recordando una larga historia - Debe tener como unos 47 años, amoroso muchachito-.
-Esta enamorado de Eugenia- Dije yo como si fuera la bruja del pueblo donde vivíamos.
-¿Cómo sabes? ¿Quién te contó? ¿Dónde te enteraste? - Mí padre parecía alterado.
-En ningún lado PAPÁ. Es obvio que está enamorado de Eugenia, algo pasó. Además ellas se odian, bueno mí hermana la odia- Dije analizando la situación.
-Tu hermana odia a medio país, me parece. Es muy odiosa- Le buscaba explicación mí padre a toda la situación que yo planteaba.
-No, algo le hizo Luciano. O quizá no le hizo nada, solo está enamorado de otra persona más.
-Basta Titina con esas cosas raras, te pareces a tu madre que decía algo y se cumplía. Todavía me acuerdo de esa gran inundación cuando fuimos a pescar, me lechuzio la salida.
-Sí, es cierto. Dijo que se iba y lo cumplió. La GRAN profeta- Dije con mucha ironía, no me gusta que me nombre a la señora Cecilia, me empieza a picar todo el cuerpo cuando siento su nombre.
Después de esta conversación incoherente, como todas las conversaciones largas e incoherente que no llevan a ningún lado. En un mismo instante (creo que eso si fue de brujos) nos dimos vuelta y como si fuera una escena del cine. Los vimos, en la puerta de la empresa, los vieron todos o eran los vidrios que los reflejaban. Luciano y Eugenia se estaban besando.
Vecindario nuevo/Casa nueva
Sí, ya lo sé. No quiero ni escribir la escena del beso. Fue chocante, a mí me queda dudas si mí papá lo vio o no, porque no dijo nada. Silenció absoluto nos inunda, yo creo que si lo vio porque quedamos más blanco que un papel. En el fondo de mí corazón siento que a papá le dolió ver eso, lo puedo ver en su expresión, está raro mí papito. Sí, ya se lo que me van a decir. Tatina vos siempre decís que tu papá es raro, sí es raro de naturaleza. Ahora está más raro que nunca, se quedó callado toda la tarde, hablo muy poco. A papá se le partió el corazón, su hija es la desdichada en esta historia de amor y además, les tiene mucho aprecio a los protagonistas de esa escena. Eso me da un alivio enorme, les confieso. Es un gesto de amor muy grande, y eso a mí me deja demasiado tranquila.