Capítulo 10

Era la mañana de un domingo bastante gris. Aunque no había viento, hacía frío y las nubes no dejaban al sol asomarse. El ambiente era pesado y se sentía algo de tristeza proveniente de todas partes. 

Yo estaba en la cocina preparándome el desayuno. Mi papá había salido y me encontraba sola. Cuando el ruido de las tostadas saliendo del tostador se hizo escuchar, me di vuelta y las saqué, no sin antes quemarme un dedo. Las preparé y me hice un café. 

Me acerqué a la ventana y miré a través de ella. No parecía que el sol volviera a salir pronto y la cocina estaba muy solitaria, así que decidí subir a mi habitación. 

Una vez allí me senté en mi cama y me quedé quieta unos segundos. Ese día todo parecía suceder más lento. 

Iba a la mitad de mi segunda tostada, cuando comencé a oír una melodía a lo lejos. Al principio no le presté atención, pero se hizo más fuerte. No podía darme cuenta de donde venía, pero se iba intensificando a medida que pasaban los segundos. Al final me di cuenta que provenía de afuera. Esta era el sonido de una guitarra mezclada con una increíble voz. Dejé mi tostada sobre la mesita de luz, y me acerqué a la ventana. Salí al pequeño balcón que tenía la casa, con vista a la playa y lo vi. Él estaba allí, estaba cantando. ¡Oh, me estaba cantando!.

Le sonreí y me devolvió la sonrisa sin dejar de entonar la canción, acompañada del sonido de la guitarra. Cantaba tan bien, era tan agradable escucharlo. 

Cuando terminó me hizo una reverencia. Me sentía como Julieta, y él era mi Romeo.

_Creí que tocabas el piano.

_Lo hago, pero también toco otros instrumentos_. Me llevé una mano a la boca y sonreí debajo de ella. No podía evitarlo, sonreír cuando estaba Derek era ya una costumbre. _Te gustaría tener esa segunda cita? _En seguida le iba a responder que si, pero luego pensé en mi padre. ¿Que diría?. Le podía avisar por mensaje. No creo que se fuera a enojar. _¿Y bien?.

_Me encantaría. Espérame, voy en seguida.

_¿Quien dijo algo de salir?. Podemos quedarnos aquí si tú quieres.

_Em... claro, pero ¿cómo sabes que tengo un piano?. Porque se supone que en nuestra segunda cita, me ibas a enseñar a tocar el piano.

_Esque tú no eres muy buena mintiendo. Se que tocas el piano de maravilla. Vi tu video en YouTube. Pero si tú quieres, te puedo enseñar a tocar la guitarra, al menos que también la sepas tocar.

_Yo... _No sabía que decirle. Me había buscado en YouTube. Pero ¿cómo?. Era verdad, yo era muy buena tocando el piano, solo quería alguna excusa para verlo de nuevo _Está bien, en seguida bajo a abrirte.

_No es necesario _Comezó a trepar por la pared, con su guitarra en la espalda. No lo podía creer. Estaba loco.

_Ten cuidado. Puedes caerte. 

_Entoces tu me salvarás.

_¿Y si no lo hago?.

_Te quedarás sin profesor de guitarra _Y cuando terminó de decir eso último, ya estaba parado al lado mío en el balcón. Mi corazón se aceleró repentinamente y bajé la mirada. De pronto él hizo algo que definitivamente no me esperaba. Agarró mi mentón suavemente e hizo que lo mirase. 

_¿Tan feo soy acaso para que no me mires?.

_Eh... Claro que no. Tú eres maravilloso, quiero decir que tu sonrisa... bueno tu entiendes. 

_Jajaja si, lo hago. Tú también eres maravillosa, y hermosa. _Me sonrojé al instante, pero no aparté la vista de él. Ahora me era imposible no mirar esos hermoso ojos color avellana. _¿Entramos?.

_Si. _Entramos a mi habitación y me di cuenta con mucha vergüenza que esta estaba toda desordenada. ¿Porque no la había ordenado?. Ah sí, porque no sabía que Derek se aparecería debajo de mi balcón, que me cantaría y luego subiría hasta aquí. _Lamento el desorden.

_No te preocupes. La verdad es que se siente bien estar en un lugar diferente.

_¿A que te refieres?.

_A que donde yo vivo, todo debe ser correcto, nada puede salirse de la raya, y la verdad no es algo tan agradable.

_Entiendo. No suena lindo. ¿No te gusta el lugar donde vives.

_Si, claro que me gusta, solo que a veces es algo estresante. Hace bien tomarse vacaciones de vez en cuando.

_¿Puedo preguntarte algo?. _Le dije de repente.

_Claro. 

_¿Por qué huiste el otro día?. ¿No la estabas pasando bien?.

_Oh no... No pienses ni por un segundo que fue por ti. Contigo la pasó mejor que con nadie y no lo dudes. Me divierto mucho y el tiempo se me pasa volando. Me fui porque me tenía que juntar con una persona y era urgente. Si no lo hacía en ese momento las cosas se podían complicar.

_Ah bueno. Está bien. Lamento si fui entrometida.

_Calro que no lo fuiste. Yo también hubiera preguntado. _Que me dijese eso me alivió bastante. Ya no creía que fuese una chica que se metía en los asuntos que no eran de su incumbencia. Por suerte yo tampoco lo creía más de mi misma. 

Nos sentamos en mi cama, después de que yo corriera unas mantas y remeras que estaban sobre ella. Él sacó la guitarra de su estuche y me dijo: _¿Es verdad que no sabes tocar?.

_Te lo juro.

_Muy bien, entonces vamos a enseñarte lo básico, y después alguna canción. Tengo una en mente que sería muy lindo que aprendieras.

_Está bien. Yo te sigo. _Derek empezó a tocar la guitarra y a mostrarme algunos acordes. Era verdad que yo no sabía nada de guitarra, no entendía lo que él estaba haciendo, pero me esforzaba. 

_Ahora usted señorita.

_No creo que me salga muy bien...

_Esa es la idea. Si lo haría no serías mi aprendiz. Por algo se empieza.

_De acuerdo, pero si arruino tus oídos es culpa tuya.

_Dudo que lo hagas. _Me pasó su guitarra y me colocó los dedos en las posiciones correctas. Las cuerdas eran bastante duras y me costaba mantener los dedos bien posicionados. Entonces empecé a tocar y poco a poco mis manos fueron acomodándose seguidas por las de Derek, hasta que en un momento su mano se quedó sobre la mía, y no pude seguir tocando. Levanté la vista de las cuerdas y lo miré. Él me estaba mirando tiernamente y con una sonrisa. _Lo haces muy bien.