Gabriela
-Mia ya te dije que no vine a new york a buscarme algún chico.
-Solo digo que puedes intentarlo los neoyorquinos están buenísimo y tu no eres nada fea, eres hermosas con esos ojos grises, tu pelo largo y negro, esa piel blanca que hace un contraste espectacular y esas curvas a las que no le sacas provecho.
-Gracias mía, pero no creo que se vayan a fijar en una chica tan común como yo. No quiero llegar tarde a mi primer día de trabajo, le cuelgo sin darle chance a contestar.
Mia es mi mejor amiga desde siempre, pero cuando se pone intensa no hay quien la pare. Mi primer día de trabajo como asistente en una editorial, para muchos no seria nada, pero para mi es un sueño, he trabajado muchísimo para lograr esto a pesar de los altibajos, logre conseguir un empleo en editoriales Rojas una de las empresas más importantes de todo new york.
Cuando llego a la empresa me recibe Ashley, es super buena onda me indico donde estaba mi escritorio y que cuando viera llegar al jefe me adelantara a su oficina en frente.
El ultimo piso tiene una vista preciosa, grandes ventanales que deja el paso a mucha luz natural. Colores grises y azules por todos lados y una que otra planta.
En este piso se encuentra la oficina del señor flores, los archiveros y la sala de juntas.
Enciendo el ordenador y reviso un poco las cosas antes de que llegue el jefe como media hora después. Cuando lo veo entrar espero unos minutos y me aproximo a la puerta para tocar.
-Adelante —escucho desde adentro—
-Buenos días, señor, soy Gabriela su nueva asistente —me presento tendiéndole la mano—
Levanta la cabeza a la vez que extiende la mano y demonios que guapo es, le doy como 1,80 de estatura, con ese pelo castaño y peinado a la ligera, con ojos verdes y esa boca rosada. ¡Gabriela es tu jefe por Dios! Se quedó frisado o me frise yo.
-Señor disculpe, hola, ¿se encuentra bien?
-Si, discúlpeme, señorita, es un gusto conocerla tome asiento por favor.
Pasaron unos 15 minutos hasta que termino de aclararme cuales serian todas mis obligaciones, aunque estaba recordándomelas puesto que la encargada ya me había dicho todo lo que necesitaba saber.
El día transcurrió super normal, me leí como 20 manuscritos que la verdad solo 6 fueron buenos, hice mis reseñas para luego entregárselas al señor rojas y sin darme cuanta ya eran las 8, ¿Cómo había pasado tan rápido el tiempo? Me dispuse a recoger mis cosas mientras iba al ascensor seguida del jefe, cosa que me recordó cientos de capítulos donde el jefe y su secretaria quedaban atrapados y se confesaban su amor, tonterías eso solo pasa en wattpad.
-Buenas noches, señor —digo mientras ambos entramos al ascensor—
-llámeme leonardo, no estamos en horarios de oficina.
-Buenas noches leonardo.
-Puedo llamarla Gabriela? Digo ya que estamos.
-Por supuesto, se…Leonardo —me corrijo—
Después de unos segundos que parecen minutos el rompe el silencio.
- ¿Es así de callada o es porque esta con su jefe?
-Callada yo, —me rio— creo que soy la persona mas habladora del mundo, lo que pasa es que estoy un poco nerviosa.
Cuando lo digo, me doy cuenta de lo estúpida que soy, yo y mi bocota.
-La pongo nerviosa?
-No, no es eso, es que tengo miedo de que en algún momento se pare el ascensor y nos quedemos aquí encerrados.
¿Por qué no cierras la boca? Ahora va a pensar que eres una loca, lo que hace me desconcierta un poco, se echa a reír, se esta riendo de mi lo que faltaba.
-Disculpe, pero no le veo la gracia.
-Eres muy chistosa Gabriela, te aseguro que este ascensor solo se detendrá cuando lleguemos abajo y ya llegamos.
-Nos vemos mañana leonardo.
-Que tengas buenas noches Gabriela.
Veo a Javier recostado del auto y corro a abrazarlo mientras el me recibe en sus brazos.
-Te llevo a cenar —me dice-
-Acepto con mucho gusto muero de hambre.
Javier es mi mejor amigo, es así como mi hermano desde que tengo uso de la razón, cuando decidí mudarme a New york el trabajo por 3 meses 2 turnos seguidos en una envasadora solo para ayudarme a juntar el dinero, teniendo 2 semanas aquí su mamá murió y como ya no tenia nada que lo atara allá decidió venir conmigo y yo acepté encantada, nos apoyamos mutuamente tanto emocional como económicamente y nos va super bien a los 2, desde entonces ya van 3 años.
-En que piensas gigi?
-En que tengo mucha hambre y tú eres un lento que no acaba de llegar a la pizzería.
-Disculpe su majestad, pero no tenemos orden de parar el tráfico todavía.
-Eres un payaso.
A la mañana siguiente.
- Buenos días, señor, aquí le traigo las reseñas de los manuscritos de ayer.
-Muchas gracias, señorita flores, los nuevos ya están sobre su escritorio, puede retirarse.
Leer el aburrimiento hecho letras para algunos, la obligación de otros y un escape para mí. Mi mamá siempre decía y aun me dice que leyendo y leyendo no iba a llegar a nada que mejor estudiara algo que dejara mucho dinero, en cambio papá siempre me ha apoyado y como no hacerlo si es escritor.
Quisiera decirle a mamá ¡te lo dije! Y callarle el hocico para que vea que ahora gano leyendo y que vivo en new york, pero como hacerlo si me abandono, si dijera que no la culpo me estaría mintiendo y mucho, la culpo y mucho no tenia la necesidad de irse, mi padre la amaba, vivíamos bien y nunca le falto de mi amor, pero ella prefirió abandonarme con solo 15 años, ni falta me hace.