Gabriela
Unas semanas después de mi cita con leonardo, me encontraba de camino al restaurante donde trabaja Javier después de dejar a mi padre en el aeropuerto, me hizo demasiado bien que viniera y poder compartir con él.
Sali otras veces con leonardo alrededor de la semana, donde nos sentábamos en el parque y me dedicaba a escucharlo hablar de lo que mas le gustaba y de lo que no, cuando me hacia una pregunta la desviaba otra vez hacia lo que decía, para seguir escuchándolo.
Aun no éramos nada oficial, pero se estaba convirtiendo en algo bonito, sin tener aquella etiqueta que ya estaba deseando, la verdad es que leonardo me estaba gustando mas de lo que quería admitir.
Cuando llego al lugar no hay muchas personas cosa que es normal a estas horas de la tarde.
-Hola Josh —saludo a uno de los meseros cuando entro— dile a Javier que llego el amor de su vida.
-Lucas! Llama a Javier, hola, Gaby ¿Cómo estás? Tenias rato que no te pasabas por aquí.
-Digamos que el trabajo me tiene un poco atareada, pero ya estoy aquí. —le explico mientras me siento en un taburete—
- ¡Gigi! —sale Javier abriéndome los brazos para abrazarlo—
-Se abrazan como si no se hubieran visto esta mañana, si viven juntos por Dios.
-Metete en tus asuntos Josh —dice Javier—¿Qué haces aquí? —pregunta dirigiéndose a mi—
-Si no puedo venir me voy.
-No seas tonta, ¿Qué te preparo?
-Lo de siempre, y no te tardes.
-Como diga su majestad, ya me encargo.
Me quedo revisando mi celular cuando una chica se sienta en el taburete que está a mi lado.
-Hola —me dice—
-Hola.
- ¿Vienes mucho por aquí?
-Solo cuando puedo, visito a los que trabajan aquí.
-Y al chef, ¿no?
-Si y no, vivo con él, así que.
-Oh es tu novio.
- ¿Javier? No que va.
-Ow, pensé que si, como dices que viven juntos.
-Es mi mejor amigo.
-Discúlpame, pensé que era tu novio, soy paula, por cierto.
-Paula, he escuchado hablar de ti, soy Gabriela. —le digo extendiéndole la mano—
En eso sale Javier con un plato de tiramisú y un café.
-Eso pudiste mandarlo con alguien, —le digo—
-No vienes mucho por aquí y tampoco quieres que te atienda, —con los ojos le señalo a paula que aun está a mi lado— hola paula ¿Cómo te va?
-Estoy bien, ya conocí a Gabriela.
Javier me mira como diciéndome que me va a matar y yo me dedico a comer de mi plato luego de que ella se despidiera, Javier no tardo mucho antes de volver adentro, me termine mi café y pague.
Ya fuera del restaurante me llama Mia.
-hola bitch
- ¿Cómo te va?
-estoy caminado hasta el departamento, ¿tú que haces?
-Tomándome un jugo en la cocina.
-Creía que ha estas horas estabas trabajando.
-Tomar un descanso no le hace mal a nadie, ¿Cómo vas con leonardo?
-Bien, creo que vamos bien.
- El creo no me sirve de nada, pero no importa más adelante me contaras.
-Buenos días —le digo a uno de los vecinos antes de subir al ascensor—
-Hoy conocí a la nueva conquista de Javier, es linda.
-Pobre alma en pena.
-No seas así mía, puede que si la quiera.
-Bueno, ¿ya llegaste a casa?
-Si estoy abriendo la puert…
- ¡SORPRESAAAA!
-AHHHHH —corro a los brazos de mi amiga— ¡eres una perra! ¿Cómo no me avisaste?
-No sería una sorpresa estúpida
Después de darle abrazos y cuantos besos se me ocurrieron, cerré la puerta que había dejado abierta y me senté con ella en el sofá.
- ¿Cómo entraste? —le pregunto—
-Javier sabía que vendría y me dejo la llave bajo el tapete de afuera.
-Ese idiota, lo vi hace un rato y no me dijo nada, pero me encanto la sorpresa, gracias.
-Ni me agradezcas, que necesitaba esto con urgencia, verte después de medio año es una locura.
-Me encanta tu pelo largo, pensé que nunca te lo dejarías crecer.
Duramos como 4 horas hablando mientras nos preparábamos sándwiches y unos cafés y pedimos pizza, eran como las 10 cuando Javier entro a casa.
-Todo era tan silencioso —dice—
-Yo también me alegro de verte tonto, —le dice mía antes de levantarse a abrazarlo—
-Veo que ya cenaron, así que me voy a dar un baño.
-Necesito un favor.
-Porque será que no me sorprende, ¿Qué quieres?
- ¿Puede Gaby dormir contigo?
-Ey, estoy aquí —la interrumpo— ¿Por qué quieres que duerma con Javier?
-Estoy en mis días y ya sabes como soy, ¿podrían?
-Lo que sea —dice Javier— no sería la primera vez.
-Bueno, ¿Qué película vamos a ver?
Vemos son como niños y cuando termina Mia esta casi babeando en el sofá, ¿Cuál es el mal que estoy pagando? La remuevo para que despierte y vaya a la habitación, se levanta como en modo automático y se va.
Termino de apagar y recoger todo antes de ir a la habitación de Javier, entro sin tocar como siempre y lo encuentro frente a su computador tirado en la cama.