Gabriela
Siempre he pensado que mientras mas evito las cosas, menos sufro y creo que es muy válido, en ocasiones esta mal cerrarse y acumular todo, pero eso no es siempre y aunque este mal, mi manera de lidiar con las cosas es pensar lo menos posible en ello.
Por eso me gusta tanto leer, ver series o películas que tengan mas de 3 partes, por eso se de estrellas y por eso se dé la mitología griega y los signos, es mi refugio, mi punto seguro.
Cuando tenia 15 años y me inscribieron a una escuela donde en mi salón la mayoría eras mucho mayores que yo, me sentía como un recién nacido en una juguetería, si es que sienten algo.
No era mi ambiente, estaba fuera de lugar y no tenía amigas, un día estaba en la biblioteca como ya era costumbre y entro el chico que me tenia viendo el mundo en colores mas brillantes, era apuesto, alto y tenia una boca que decía bésame, obvio me gustaba, pero había dos problemas, uno el hecho de que tenia 18 y segundo que no podía hablarle.
Por eso me sorprendió tanto al verlo entrar y sentarse a mi lado, ¡era una locura! En esos momentos creo que se me olvido respirar, leía un libro sobre la cultura y me dijo que tenia familiares chinos a lo que yo me reí, no tenía ese aspecto.
Dijo que no era cierto y que solo quería un tema de conversación conmigo y así empezó todo, estaba feliz, me presento a sus amigos y me volví una mas del grupo, semanas después me pidió ser su novia y no le iba a decir que no.
Me gustaba hablarle sobre las estrellas y pasábamos horas discutiendo sobre que dios era mejor, estaba super enamorada, era mi chico ideal, pero no todo es color de rosa, a Javier nunca le agrado cuando se lo presenté y que buen ojo tenia, lastima que no lo vi así en un principio.
Siempre quedábamos solos en su casa y veíamos Harry Potter. Los besos subían de tono y los manoseos estaban un poco de más, ese día, le dije que no me sentía lista y dijo que no me lastimaría, no estaba segura, por eso intente irme, pero no me dejo, uso su fuerza contra mí y no me dejo gritar poniendo sus manos en mi boca.
Patalee, mordí, pegue, pero todo fue en vano, la persona que más quería termino con mi inocencia, en la que mas confiaba marco cada parte de mi cuerpo, con la que veía un futuro termino lastimándome.
Fue mas el dolor cuando aun estando entre sabanas envuelta en una esquina me dijo que nunca me había querido, que era un juego y que yo era demasiado predecible como para saber lo que me gustaba y poder acercarse, mi error fue confiar en él.
Salió de la habitación dando un portazo y corrí a tomar mi teléfono, llame a la policía y di la dirección, luego llame a mi padre y en menos de nada se estaban llevando al que creía el amor de mi vida a una celda.
Yo estaba muerta en vida, mi padre me abrazo y no me soltó en ningún momento, luego de declarar y de exámenes para confirmar que lo qu decía era cierto le dieron seis años, seis malditos años por lo que me había hecho.
Caí en depresión y es que solo tenia 15 años, Javier y Mia fueron mi apoyo, siempre estaban ahí, Javier nunca me reprocho el no haberle hecho caso, cosa que agradecí, me abrazaba, dormía conmigo y siempre estaba ahí.
El golpe fue aun más fuerte cuando dos semanas después regresando de un paseo con Mia encontré a mi padre llorando en el sofá, mi madre nos había dejado.
Fue como un golpe de agua con hielo, no dio razones y solo me dejo, sabiendo el duro momento que estaba pasando, no le importo y me dejo sola, ese día aquella mujer llamada Sasha dejo de existir para mí.
Ya casi no leía y es que pensaba que todo lo malo había pasado por ser una simple lectora, a mi madre no le gustaba y un libro causo aquella primera conversación.
Luego comprendí que no tenia que dejar algo que me gustaba solo porque las cosas habían salido mal y así fue como se convirtió en mi escape de la maldita realidad.
Después de semanas durmiendo con Javier y sus camisas, pude sonreír, como hace tiempo no lo hacia y fue una sonrisa real, entendí que seguía viviendo y que tenia que sobrellevarlo por mas que doliera, le prometí a mi padre que seria fuerte y el me prometió nunca abandonarme, le prometí a Mia ser valiente y ella me prometió protegerme, a Javier le prometí no rendirme y el me prometió estar ahí siempre para mí.
Me prometí cumplir mis promesas y eso sigo intentando, aunque me duela y queme cada vez que lo recuerdo, pero lo sigo intentando.
El amor conmigo nunca ha sido bueno, todo lo contrario, me ha pisoteado, escupido, me ha matado, por eso cuando conocí a leonardo no quería nada con él, por eso no quería abrirme con él, las malas experiencias nunca se olvidan, siempre que intento ser feliz la vida me demuestra que no lo merezco, pero leonardo me esta enseñando que si y espero no tropezar de nuevo con la misma piedra.
Sonreír para ocultar las tristezas, aunque estés mas que rota por dentro.