No es una historia de

26

Gabriela

La verdad no esperaba resolverlo tan pronto y no por Leonardo, sino por lo terca que puedo llegar a ser, pero la verdad es que lo amo.

-Tendré que esforzarme mucho para poder tener todo tu perdón, ¿cierto?

-Lo bueno es que lo sabes, me sigue doliendo el que desconfiaras de mí.

-Y lo siento muchísimo, fui un tonto al pensar esa estupidez, ni siquiera hablé con ustedes.

-Fuiste todo un idiota.

-También siento el que te sintieras presionada al contarme lo que te paso.

-Siento no habértelo dicho antes.

-No te disculpes por eso, entiendo que no es fácil, hablar sobre eso y siento que te haya pasado. —dice antes de abrazarme—

-No pudimos celebrar tu cumpleaños —digo cambiando el tema—

-No es como que cumplir veinticinco años sea tan importante, además tendremos tiempo de sobra para eso.

- ¿Vamos a casa? Haremos un pastel.

-Con haremos espero que estes diciendo que solo vere, ¿cierto?

- ¿Esos son…gemidos? —pregunto al abrir la puerta de mi departamento—

-Al parecer alguien la está pasando bien.

Ignorando el hecho de que Mia o Javier están follando en la habitación pongo un poco de música.

- ¿De qué quieres el pastel?

-Un pastel de Gabriela, ¿Qué te parece? —dice acercándome a el—

-Creo que no tengo de esos y no tendré por un buen tiempo.

- ¿Hablas enserio, ese será mi castigo? Estarás sufriendo también.

-Tal vez, pero te lo mereces —digo antes de voltear a la puerta que abren— ¡Qué demonios Max! ¿Qué haces semidesnudo en mi departamento?

-pensé que ya le habías dicho —dice mirando hacia atrás—

-Sorpresa —dice mía—

-Esto esta resultando muy divertido —dice leonardo—

-No puedo creerlo, ¡estas follando con mi hermana!

-Diría que no es lo que parece, pero en este punto no me creerías, creo que ni yo la verdad.

- ¿Tu sabias de esto? —le pregunto a leonardo—

-No, te juro que yo no sabía nada de esto.

-Vamos gigi, no te vas a enojar por eso, tu tenias tus problemas y además solo nos estamos acostando, no tienes que ponerte así.

-No me digas lo que tengo que hacer Mia, sabes que eso me enoja más, mejor ve y ponte algo de ropa, y tu Max afuera.

Ambos se devuelven a la habitación y en segundos Max sale poniéndose una camisa.

-Por fin arreglaron las cosas, eso me alegra —dice antes de salir—

- ¡Max! —le llamo cerrando la puerta tras de mi—no me molesta que te acuestes con Mia.

-Eso no pareció allí dentro.

-Conozco a Mia, y me atrevo a decir que te conozco Max y tienen aspectos muy parecidos, puede que supiera que esto pasaría en cuanto se conocieran,

-Vamos, sabes que ninguna puede resistirse ante mí.

-Yo creo que tu no te resististe ante ella.

-Si de algún modo esto puede arruinar nuestra amistad.

-No —le interrumpo—

-Entonces, ¿Qué te molesta?

-No quiero que la lastimes.

-No haremos nada.

-Déjame terminar, Mia es una mujer maravillosa, es empoderada, hermosa física y mentalmente y tú eres un hombre espectacular y entiendo que se estén divirtiendo.

-Y eso es todo lo que haremos.

-Tienes que prometerme algo, en cuanto sientas que no puedes controlar lo que sea que pase, aléjate de ella.

-Vamos, es más rico correrse cerca.

-Hablo enserio Max.

-Vale, ya lo entiendo, eso no pasara, pero lo prometo. —dice dándome un beso en la frente—

-Creo que debo irme —dice leonardo cuando entro—

- ¿No quieres hacer el pastel?

-Quiero, pero este no es el momento, se que quieres hablar con Mia, las dejare solas.

-Te quiero —le digo antes de cerrar la puerta—

-Si me vas a echar un sermón, ahórratelo.

-No voy a decirte que no lo hagas porque te conozco.

-Bien, no me esperaba eso.

-Creo que estas mayorcita para saber lo que haces y con quien, incluso si es mi amigo.

-Siento eso, pero es muy sexi, con un demonio gigi si supieras como folla, es brutal.

-No quiero saber eso, gracias, solo te diré una cosa.

-Ya sabia yo, que esto no podía ser tan fácil.

-Quiero que te cuides mía.

-No te daré sobrinos, no te preocupes.

-No hablo de eso, estas cosas nunca salen bien y me preocupa.

- Que llegue a sentir algo por el —me interrumpe— no te preocupes por eso, no pasara, solo nos estamos divirtiendo, no soy tan idiota.

-Se que no lo eres, pero Max puede ser muy lindo cuando quiere y no estas acostumbrada a esas cosas.

-Ni me lo recuerdes te prometo algo, cuando me confunda en cualquier cosa, me alejare de él, ¿sí?

-Es una promesa.

-Ahora cuéntame como arreglaron las cosas tu y Leonardo.

 



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En el texto hay: romance, secretos, amorlaboral

Editado: 18.09.2021

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