Gabriela
La verdad no esperaba resolverlo tan pronto y no por Leonardo, sino por lo terca que puedo llegar a ser, pero la verdad es que lo amo.
-Tendré que esforzarme mucho para poder tener todo tu perdón, ¿cierto?
-Lo bueno es que lo sabes, me sigue doliendo el que desconfiaras de mí.
-Y lo siento muchísimo, fui un tonto al pensar esa estupidez, ni siquiera hablé con ustedes.
-Fuiste todo un idiota.
-También siento el que te sintieras presionada al contarme lo que te paso.
-Siento no habértelo dicho antes.
-No te disculpes por eso, entiendo que no es fácil, hablar sobre eso y siento que te haya pasado. —dice antes de abrazarme—
-No pudimos celebrar tu cumpleaños —digo cambiando el tema—
-No es como que cumplir veinticinco años sea tan importante, además tendremos tiempo de sobra para eso.
- ¿Vamos a casa? Haremos un pastel.
-Con haremos espero que estes diciendo que solo vere, ¿cierto?
- ¿Esos son…gemidos? —pregunto al abrir la puerta de mi departamento—
-Al parecer alguien la está pasando bien.
Ignorando el hecho de que Mia o Javier están follando en la habitación pongo un poco de música.
- ¿De qué quieres el pastel?
-Un pastel de Gabriela, ¿Qué te parece? —dice acercándome a el—
-Creo que no tengo de esos y no tendré por un buen tiempo.
- ¿Hablas enserio, ese será mi castigo? Estarás sufriendo también.
-Tal vez, pero te lo mereces —digo antes de voltear a la puerta que abren— ¡Qué demonios Max! ¿Qué haces semidesnudo en mi departamento?
-pensé que ya le habías dicho —dice mirando hacia atrás—
-Sorpresa —dice mía—
-Esto esta resultando muy divertido —dice leonardo—
-No puedo creerlo, ¡estas follando con mi hermana!
-Diría que no es lo que parece, pero en este punto no me creerías, creo que ni yo la verdad.
- ¿Tu sabias de esto? —le pregunto a leonardo—
-No, te juro que yo no sabía nada de esto.
-Vamos gigi, no te vas a enojar por eso, tu tenias tus problemas y además solo nos estamos acostando, no tienes que ponerte así.
-No me digas lo que tengo que hacer Mia, sabes que eso me enoja más, mejor ve y ponte algo de ropa, y tu Max afuera.
Ambos se devuelven a la habitación y en segundos Max sale poniéndose una camisa.
-Por fin arreglaron las cosas, eso me alegra —dice antes de salir—
- ¡Max! —le llamo cerrando la puerta tras de mi—no me molesta que te acuestes con Mia.
-Eso no pareció allí dentro.
-Conozco a Mia, y me atrevo a decir que te conozco Max y tienen aspectos muy parecidos, puede que supiera que esto pasaría en cuanto se conocieran,
-Vamos, sabes que ninguna puede resistirse ante mí.
-Yo creo que tu no te resististe ante ella.
-Si de algún modo esto puede arruinar nuestra amistad.
-No —le interrumpo—
-Entonces, ¿Qué te molesta?
-No quiero que la lastimes.
-No haremos nada.
-Déjame terminar, Mia es una mujer maravillosa, es empoderada, hermosa física y mentalmente y tú eres un hombre espectacular y entiendo que se estén divirtiendo.
-Y eso es todo lo que haremos.
-Tienes que prometerme algo, en cuanto sientas que no puedes controlar lo que sea que pase, aléjate de ella.
-Vamos, es más rico correrse cerca.
-Hablo enserio Max.
-Vale, ya lo entiendo, eso no pasara, pero lo prometo. —dice dándome un beso en la frente—
-Creo que debo irme —dice leonardo cuando entro—
- ¿No quieres hacer el pastel?
-Quiero, pero este no es el momento, se que quieres hablar con Mia, las dejare solas.
-Te quiero —le digo antes de cerrar la puerta—
-Si me vas a echar un sermón, ahórratelo.
-No voy a decirte que no lo hagas porque te conozco.
-Bien, no me esperaba eso.
-Creo que estas mayorcita para saber lo que haces y con quien, incluso si es mi amigo.
-Siento eso, pero es muy sexi, con un demonio gigi si supieras como folla, es brutal.
-No quiero saber eso, gracias, solo te diré una cosa.
-Ya sabia yo, que esto no podía ser tan fácil.
-Quiero que te cuides mía.
-No te daré sobrinos, no te preocupes.
-No hablo de eso, estas cosas nunca salen bien y me preocupa.
- Que llegue a sentir algo por el —me interrumpe— no te preocupes por eso, no pasara, solo nos estamos divirtiendo, no soy tan idiota.
-Se que no lo eres, pero Max puede ser muy lindo cuando quiere y no estas acostumbrada a esas cosas.
-Ni me lo recuerdes te prometo algo, cuando me confunda en cualquier cosa, me alejare de él, ¿sí?
-Es una promesa.
-Ahora cuéntame como arreglaron las cosas tu y Leonardo.