23 de febrero de 2024
Eleonore
Mi oficina era mi santuario, el único lugar en toda esta torre de cristal donde podía permitirme un respiro. Cerré la puerta tras de mí y me apoyé en ella por un momento, tratando de calmar el caos que retumbaba en mi cabeza. La reunión había sido un desastre, al menos para mí. Entre la declaración de Howard y el beso impulsivo que había seguido a nuestra conversación posterior, apenas podía mantener mi equilibrio emocional.
Abrí los ojos y vi a Cole sentado cómodamente en uno de los sillones frente a mi escritorio, jugueteando con uno de los pisapapeles de cristal que solía usar como decoración. Se giró hacia mí al escuchar la puerta.
—Por fin. Pensé que nunca saldrías viva de esa reunión con Howard —dijo, arqueando una ceja.
—Cole, no estoy de humor para tus bromas —respondí, cruzando la sala para sentarme en mi silla.
—No es una broma, Ellie. Todos nos quedamos en shock. Y papá... bueno, papá está entre furioso y confundido. Así que dime, ¿qué está pasando? ¿De verdad estás comprometida con Howard Wainscott?
Suspiré y dejé caer la cabeza entre mis manos. Había tantas cosas que quería ocultar, tantas que ni siquiera yo había terminado de procesar, pero si había alguien en quien podía confiar, era Cole.
—No, no estoy comprometida con Howard —dije finalmente, levantando la cabeza para mirarlo.
Él frunció el ceño, claramente confundido.
—¿Entonces por qué dijo lo que dijo? Y, más importante, ¿por qué le seguiste la corriente?
—Porque no tenía otra opción —contesté, dejándome caer contra el respaldo de la silla—. Si lo desmentía frente a todos, habría sido un escándalo. Papá y mamá habrían exigido explicaciones, y los Wainscott... bueno, no quiero ni imaginar lo que habría pasado.
Cole asintió lentamente, pero su mirada seguía llena de preguntas.
—Ok, pero ¿por qué lo hizo en primer lugar? Howard no es del tipo que hace algo tan impulsivo sin una razón.
Vacilé por un momento antes de responder.
—Porque dice que me ama.
Los ojos de Cole se abrieron como platos, y dejó caer el pisapapeles en la mesa.
—¿Qué?
—Así como lo escuchas. Dice que me ama y que ha estado sintiendo esto desde hace tiempo.
Cole me miró fijamente, como si tratara de descifrar si estaba bromeando. Cuando vio que hablaba en serio, se reclinó en el sillón y soltó un suspiro.
—Eso explica por qué parecía tan seguro al decirlo en la reunión. Pero tú... ¿qué sientes?
—No lo sé —admití, pasándome una mano por el cabello. Era raro decirlo en voz alta, incluso más raro admitirlo ante mi hermano. Howard era un hombre atractivo, seguro, y siempre había admirado su habilidad para mantener la calma en cualquier situación. Pero esto... esto era diferente—. Lo que sí sé es que no estoy lista para hablar de matrimonio. Apenas puedo asimilar todo esto. Sigo queriendo a Howard, eso es bastante cierto, no obstante, tenemos un pasado y no quiero que las cosas vayan demasiado rápido.
—Entonces, ¿qué vas a hacer?
Lo miré con algo de aprensión.
—Él me pidió que finja ser su prometida por un tiempo. Dice que así podremos manejar la presión de nuestras familias y, mientras tanto, ver qué pasa entre nosotros.
Cole dejó escapar un silbido bajo, claramente sorprendido.
—¿Y aceptaste?
—Sí... aunque no estoy segura de sí fue la mejor decisión.
—Ellie, esto es peligroso. Fingir algo así puede complicarse mucho más rápido de lo que crees.
—Lo sé, pero ya estoy dentro. Y, para ser honesta, parte de mí quiere ver qué pasa. No sé si lo que dice es real o si solo está usando esto por alguna razón estratégica, pero... no quiero rechazarlo sin darle una oportunidad.
Cole me miró con seriedad, algo poco común en él.
—Está bien, te apoyo en esto, pero con una condición.
—¿Cuál?
—Si las cosas se salen de control, si sientes que Howard está jugando contigo o si simplemente no te sientes cómoda, vienes a mí. No importa qué tan mal se pongan las cosas, no tienes que enfrentarlo sola. Sin duda, Howard es mi mejor amigo de toda la vida, no obstante, tú eres mi hermanita menor y siempre irás primero por sobre lo demás.
Su voz era firme, y su sinceridad me desarmó. Asentí lentamente, agradecida de tenerlo de mi lado.
—Gracias, Cole.
—Siempre, Ellie. Pero en serio, ten cuidado. Los Wainscott no son precisamente conocidos por ser fáciles de manejar.
Sonreí, aunque sabía que tenía razón. Esto iba a ser complicado, pero al menos no tendría que enfrentarlo sola.
#2649 en Novela romántica
#915 en Chick lit
amor fingido, romance amor dolor drama sufrimiento, romance amor y odio errores amistad
Editado: 03.04.2025