1 de abril de 2024
Eleonore
La luz que entraba por los enormes ventanales de mi oficina me dio una sensación extraña de normalidad. Después de todo lo que había pasado, estar de vuelta en el trabajo parecía un paso hacia la recuperación. Cheryl estaba sentada frente a mi escritorio, una taza de café en las manos mientras observaba todo con una expresión curiosa.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó, sus ojos llenos de preocupación y apoyo.
Me acomodé en mi silla, mirándola un momento antes de sonreír.
—Bien, la verdad. Creo que ya era hora de volver a la rutina, ¿no? —respondí con un tono de voz que intentaba sonar confiado, aunque aún había algo dentro de mí que no podía sacudirme del todo. Cheryl me dio una mirada de comprensión antes de tomar un sorbo de su café.
—Eso está bien. Sabes que siempre estaré aquí para ti —dijo, y yo me sentí agradecida por tenerla cerca. Entonces, decidí confesarle algo que había estado guardando para mí, aunque no sabía si estaba lista para hablar de ello. Pero Cheryl era mi amiga de toda la vida, y me sentía cómoda abriéndome a ella.
—La verdad... anoche hice el amor con Howard —dije, sintiéndome un poco incómoda al decirlo en voz alta, pero al mismo tiempo aliviada de compartirlo con ella—. Y... me sentí bien a su lado. Fue como si todo lo que habíamos pasado... lo que sentía por él... se hubiera puesto en su lugar. Me hizo sentir... segura. Como si por fin hubiera encontrado un pedazo de paz.
Cheryl no dijo nada al principio, pero su mirada pasó de la sorpresa a una expresión más suave. Después, con un suspiro, asintió.
—Me alegra que te haya hecho sentir así. Al final, lo importante es que tú estés bien con eso —dijo, su tono lleno de empatía. Asentí, aliviada por sus palabras, pero rápidamente cambié de tema.
—¿Y qué pasa contigo, Cheryl? —le pregunté, levantando una ceja—. ¿Qué sientes por Cole?
Ella se quedó en silencio por un momento, mordiéndose el labio, antes de hablar con una sinceridad que nunca me había mostrado antes.
—Lo amo. Creo que siempre lo he amado, pero no estoy segura de lo que él siente por mí. A veces siento que solo quiere tener sexo conmigo, que todo lo que quiere es lo físico, no algo serio. Me confunde. A veces parece que no le importo, y otras veces es tan dulce y atento que me hace pensar que tal vez estoy equivocada.
Mi corazón dio un vuelco al escuchar sus palabras. Era evidente que Cheryl estaba confundida, pero también que había algo profundo entre ella y Cole, algo que no podía ignorarse. Así que me incliné hacia adelante en mi silla, mirándola fijamente.
—Cheryl, tú eres una persona increíble. Y no puedes dejar que el miedo a lo que podría pasar te detenga. Si sientes algo por él, tienes que decírselo. No puedes seguir guardando esos sentimientos. Si él te quiere, lo sabrás. Y si no, al menos habrás sido honesta contigo misma. No puedes esperar que las cosas sucedan por sí solas. Tienes que luchar por lo que quieres, por lo que sientes.
Cheryl me miró por un momento, como si las palabras estuvieran calando hondo en ella. Después, con un suspiro, asintió lentamente.
—Tienes razón. Tal vez tenga miedo de ser vulnerable, pero creo que es hora de arriesgarme.
Sonreí, feliz de verla abrirse de esa manera. Cheryl era fuerte, y si alguien podía manejar lo que fuera que tuviera con Cole, era ella.
—Me alegra escuchar eso. Te apoyaré en todo, ya lo sabes.
Ella me sonrió, agradecida, y luego cambiamos de tema, pero sabía que el momento había sido importante. Cheryl iba a enfrentar sus propios miedos, y yo estaba decidida a hacer lo mismo con los míos. La vida era difícil, pero a veces, solo tenías que dar el paso correcto, aunque fuera aterrador. Al final de nuestra conversación, Cheryl dejó su taza de café sobre la mesa y me miró con una expresión algo preocupada.
—Eleonore, hay algo más que quiero preguntarte... ¿Tu acosador ha vuelto a molestarte? —su voz estaba llena de cautela, como si temiera que la respuesta fuera la que menos quería escuchar. Me tensé un poco al escuchar su pregunta. No era un tema fácil de tocar, pero era algo que sabía que debía compartir con ella. Miré hacia la ventana, como si fuera a encontrar la respuesta en la ciudad que se extendía más allá del cristal.
—No, por suerte no. No he recibido nada de él desde... lo último. Espero que siga así. Que se quede lejos, de una vez por todas — respondí, tratando de sonar más tranquila de lo que realmente me sentía. Pero sabía que no podía vivir con miedo todo el tiempo. Lo que pasó, lo que viví... no debía definir mi futuro.
Cheryl asintió, con una expresión de alivio, pero aún visible preocupación.
—Me alegra escuchar eso, pero sabes que si necesitas hablar o cualquier cosa... estoy aquí para ti —dijo, su voz suave y reconfortante.
La miré, sonriendo levemente.
—Lo sé, Cheryl. Gracias. De verdad, eres la mejor amiga que podría tener.
Ella me sonrió de vuelta, y aunque las sombras de lo que había vivido seguían rondando en mi mente, por un momento, me sentí un poco más en paz. Con Cheryl a mi lado, con Howard, y con el apoyo de mi familia, creía que podría seguir adelante, dejando atrás ese miedo que tanto me había atormentado.
—¿Vamos a dar una vuelta por la ciudad después de esto? —le pregunté, cambiando de tema y buscando despejar mi mente. Cheryl asintió con entusiasmo.
—Claro, vamos. A veces, un poco de aire fresco hace maravillas.
Me sentí aliviada, como si poco a poco las piezas de mi vida estuvieran encajando nuevamente. O al menos, estaba trabajando en eso.
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Editado: 23.10.2025