No está en tus planes

38 | Construir un lugar para mí

9 de abril de 2024

Eleonore

La habitación estaba tranquila, con la luz cálida de la lámpara de noche iluminando suavemente el espacio. Howard y yo estábamos sentados en la cama, las piernas cruzadas, como si el tiempo se hubiera detenido para nosotros. A veces, en medio del caos y las emociones que me rodeaban, esos pequeños momentos de calma eran los que más valoraba.

Miré a Howard, que me observaba con esa expresión que siempre tenía cuando algo le importaba de verdad. Habíamos estado conversando sobre el trabajo, sobre cómo iba todo después de la inauguración de Nebolous, cuando la idea surgió.

—Tengo algo que quiero contarte —dije, un poco nerviosa. La verdad era que había estado pensando en esto durante un tiempo, pero no estaba segura de cómo lo tomaría él.

Él levantó una ceja, mostrándome su atención completa.

—¿Qué pasa, amor? —preguntó con esa suavidad en su voz que siempre lograba calmarme, como si supiera que, cuando lo veía así, podía confiarle cualquier cosa.

Respiré hondo antes de hablar.

—Quiero empezar mi propia marca de maquillaje —dije de golpe, sin más rodeos. Mis ojos se fijaron en sus manos, jugando con el borde de las sábanas, mientras esperaba una respuesta.

Hubo un silencio por un momento, y cuando lo miré, su expresión era seria, pero no sorprendida. Howard siempre había sabido que yo tenía grandes aspiraciones, y esta no era una idea nueva para él, aunque nunca antes había hablado de ello.

—Eso suena increíble, Eleonore —respondió al fin, sonriendo de manera cálida, casi orgullosa—. ¿Qué necesitas para hacerlo? Yo te lo puedo dar.

Sentí una pequeña punzada en el corazón. El dinero de Howard nunca me había importado, ni mucho menos la idea de depender de él. Siempre había sido independiente, y no quería que mi sueño se viera empañado por el hecho de que él tuviera más recursos que yo.

—No quiero que me des el dinero —le dije, alzando una mano, como si eso pudiera detener cualquier intento de ayudarme de inmediato—. Quiero hacerlo por mí misma, no quiero que mi marca esté ligada a tu dinero o a tu influencia. Tengo mis propios recursos, no quiero que se vea como algo que vine a pedirte.

Howard me miró fijamente, y por un momento no dijo nada. Después, se acercó un poco más, levantando mi rostro con suavidad para obligarme a mirarlo a los ojos. Su expresión era seria, pero había algo en su mirada que me hizo sentir entendida, como si no estuviera juzgando mis palabras, sino escuchando lo que realmente sentía.

—Te entiendo, Eleonore —dijo suavemente, con la voz llena de convicción—. Pero quiero que sepas que yo te apoyaré en todo lo que necesites. Si necesitas el dinero, no dudes en pedírmelo. No tiene nada que ver con que yo te esté ayudando, es solo que quiero verte feliz. Quiero que persigas tus sueños y yo voy a estar aquí, a tu lado.

Sentí una mezcla de emociones al escuchar sus palabras. Por un lado, me sentía un poco más aliviada, sabiendo que podía contar con su apoyo. Pero por otro, no podía evitar sentir que, si aceptaba su ayuda, estaría cediendo algo de mi independencia, algo que me había costado mucho tiempo construir.

Me quedé en silencio, pensando, antes de suspirar y finalmente ceder.

—Está bien, aceptaré tu ayuda —dije, casi en un susurro. Howard sonrió, y esa sonrisa fue como un bálsamo que calmó las inseguridades que había sentido. Era el tipo de apoyo que no podía rechazar.

Pero entonces, con un toque de suavidad, él se inclinó hacia mí y, casi en un susurro, preguntó:

—¿Cómo estás? ¿Cómo está tu salud mental?

Lo miré, sorprendida por la pregunta, pero también agradecida por su preocupación genuina. Howard siempre había estado ahí para mí, y sabía que esa pregunta venía de un lugar de amor, de querer entenderme realmente.

Bajé la vista por un momento, reflexionando sobre mi respuesta. Había sido un viaje difícil, y aunque estaba mejor, no podía negar que aún quedaba mucho por sanar.

—Ha sido duro —dije, mi voz un poco quebrada—. Pero ahora tengo varios motivos por los cuales vivir. Tú eres uno de esos motivos, Howard. Tú me das una razón para seguir adelante, para creer en mí misma.

Hubo un silencio entre nosotros, pero no era incómodo. Era un silencio lleno de entendimiento, de la conexión que compartíamos. Howard levantó una mano y acarició mi mejilla con ternura.

—No voy a dejar que te caigas, Eleonore. Siempre estaré aquí para apoyarte, en lo que sea —dijo con firmeza, su voz llena de promesas que sabía que cumpliría.

Sentí una cálida sensación en mi pecho. La verdad era que, aunque el camino hacia mi sanación sería largo, tener a alguien como Howard a mi lado hacía que todo pareciera más soportable. Su amor era lo que me impulsaba a seguir luchando. Y con ese amor, sabía que no había nada que no pudiera lograr.

Lo miré a los ojos, viéndolo con más claridad que nunca, y supe que, con él, podría enfrentar lo que fuera.

—Te amo —dije en un susurro, mi voz llena de emoción.

Y él sonrió, abrazándome con ternura.

—Yo también te amo, Eleonore. Siempre lo haré.

La habitación estaba impregnada de una quietud suave, como si el mundo exterior hubiera desaparecido y todo lo que existía en ese momento era él y yo. Howard y yo nos mirábamos, el contacto visual siendo un intercambio silencioso de emociones, deseos y promesas no dichas. Sentí el peso de su mirada sobre mí, una mirada llena de amor, comprensión y una calidez que me envolvía completamente.

Sin decir una palabra, sus labios se posaron sobre los míos con una suavidad que pronto se transformó en algo mucho más profundo, más urgente. Mi respiración se aceleró, y el mundo a nuestro alrededor pareció desvanecerse mientras nos perdíamos el uno en el otro. Las manos de Howard se deslizaron por mi espalda, atrayéndome más cerca, y pude sentir el latido de su corazón a través de nuestras ropas. Cada roce, cada beso parecía decir lo que nuestras palabras no habían podido expresar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.