Capitulo 7

Hanna se incorporó al ambiente callado de aquella sala, no terminaba de comprender lo que Evelyn le había hablado, aunque una cosa estaba clara, y era que tenía que ir en busca de Armando.

Reviso el área con sus ojos, con la esperanza de encontrar algún rastro de su visión, por desgracia todo parecía normal, se dirigió al escritorio blanco y al notar que el asistente virtual seguía inmóvil, le pregunto:—¿Tienes algún nombre? —dijo, a lo que aquella cabeza sin un rostro asintió—el único nombre definido es Leonardo —cuando dijo esto, a Hanna le recorrió un leve escalofrió por la espalda— ¿Sabes donde se encuentra el Doctor Laurence? —pregunto Hanna con el anhelo de poder encontrar a Armando.

—la última ubicación registrada del doctor es………—mientras la maquina hablaba, un mapa apareció en la pantalla— Reino Unido-Inglaterra-Londres-30 St Mary Axe —cada palabra que dictaba aquel robot, venia acompañado de un acercamiento en el mapa que mostraba el lugar que señalaban las palabras, cuando termino de dictar, un enorme punto rojo se posó en un rascacielos de la ciudad de Londres, en forma de pepinillo.

Hanna estaba conmocionada, el doctor Laurence había sido llevado a Londres en cuestión de ¿horas?, eso no era posible no podía serlo, se decía la muchacha a sí misma, hasta que vio en la parte superior izquierda de la enorme pantalla, con letras blancas:16/09/21.

Hanna casi se desmaya al ver aquella fecha, en medio de la conmoción pregunto a Leonardo: — ¿cuánto tiempo llevo aquí? —a lo que él respondió— usted lleva dos días en estas instalaciones —concluyo Leonardo, Hanna conmocionada cayó al suelo por la impresión de la respuesta, se preguntaba cómo era eso posible, la visión con Evelyn solo duro unos minutos, ¿como es que paso tres días?

Mientras aquella joven ordenaba sus ideas, el punto rojo que señalaba la última ubicación del doctor Laurence empezó a parpadear de pronto, una alarma empezó a sonar de forma suave pero audible.

—¿que ocurre? —pregunto Hanna, mientras se incorporaba nuevamente— el transmisor del doctor está emitiendo una señal de socorro —aclaró Leonardo, inmediatamente Hanna quedo sobresaltada, más claramente estaba emocionada— hay que ir por él, rápido! —exclamó la muchacha, tenía la esperanza de que el doctor supiera donde estaba Armando.

—el viaje durara 12 horas, ¿desea que le reserve un vuelo? —pregunto Leonardo mientras mostraba los planos de un Jet privado— bueno, eso quisiera pero no tengo el dinero suficiente —respondió Hanna, perdiendo toda la valentía de hace un momento, ¿como era posible que viajara a Inglaterra, sin tener un solo centavo? , maldecía la muchacha— no hay problema —explico aquella voz robótica— el doctor Laurence me pidió que le otorgue todos los recursos que usted necesitara— finalizó Leonardo.

—¿Recursos? —pregunto Hanna confusa por las palabras del robot—en efecto —respondió Leonardo— me ordenó que utilizara todos los recursos que me fueran posibles —aclaro el robot siendo interrumpido por Hanna al segundo siguiente— un momento, ¿a que recursos de refieres? —pregunto Hanna desconfiando de lo que le decía el robot— A mi…. —aclaro Leonardo— ¿a ti? —continuo la muchacha, aún no terminaba de comprender aquellas palabras cuando de pronto en la enorme pantalla apareció en un color verde una la cifra de cien millones.

—¿Qué… ?! —exclamó de manera muy impactada al ver la inmensa cifra— acabo de “transferir” cien millones a una cuenta recién creada especialmente para usted —dijo Leonardo con un tono amable, imposible para una mera máquina— soy la segunda computadora más avanzada, compleja y potente del mundo, soy capaz de conseguir cientos de criptomonedas en minutos, romper cualquier barrera informática y hasta ahora soy inmune a cualquier tipo de peligro informático —finalizó el robot con un tono relativamente humilde, aunque sus palabras decían lo contrario— un viaje a Londres no será un problema para mi —continuo Leonardo— entonces, ¿reservo un vuelo? —pregunto la voz robótica, pero ahora parecía más humana.

Hanna soltó una pequeña sonrisa cuando terminó de entender lo que Leonardo le explicaba— Por supuesto…. —dijo la joven con emoción, después de todo, ahora todo sería más sencillo con Leonardo de su lado y esto la hacía sentir muy tranquila y entusiasmada.

Cuando Leonardo anunció que todo estaba listo segundos después, unos lentes plateados salieron del mismo escritorio— por favor tome los lentes, le permitirán conectarse conmigo de manera inmediata, luego diríjase hacia la puerta de la derecha —explico Leonardo mientras una puerta ubicada justo a la derecha de la enorme pantalla se iluminó con una luz verde, por órdenes de Leonardo Hanna la abrió, dejando ver un pequeño garaje con un elegante automóvil dentro.

—¿y el conductor? —preguntó Hanna al ver el asiento delantero vacío— soy yo. —afirmo Leonardo, eso hizo que Hanna dudara dos segundos antes de entrar— es un vehículo eléctrico, es fácil de controlar para una computadora como yo —aclaro la máquina, logrando que Hanna entre al vehículo, aunque sin mucha confianza.

Al cabo de lo pareció ser una media hora, llegaron al aeropuerto, pero el automóvil no se detuvo en la entrada principal, si no que continuo hasta llegar directo a la zona de despegue.

Hanna se sintió incomoda y extrañada por lo que sucedía, por lo que pregunto a Leonardo: — ¿a dónde vamos?! —dijo alarmada mientras se revolvía en su asiento intentando encontrar alguna respuesta, cuando estaba a punto de gritar Leonardo intentó tranquilizarla. — no hay razón para alarmarse —anuncio Leonardo con tono calmado a través de los lentes— eso no me trae confianza, ¿a donde me llevas?!  —exclamo temerosa la muchacha, por alguna razón no se sentía nada segura— a su vuelo —respondió Leonardo confiado, al segundo siguiente un elegante Jet captó la atención de Hanna— ¿Qué…? está pasando? —pregunto Hanna sin apartar la vista de la flamante aeronave, toda su preocupación había desaparecido o tal vez solo se había ocultado.