No Estas Aqui

Capitulo 11

Hanna persiguió a Roberto por todo el segundo piso, hasta que se detuvo frente a una habitación marcada como B16, como si de un hotel se tratara, al girar el pomo de la puerta marrón inmediatamente una canción llamo su atención, una melodía extraña y ajena pero muy dulce al oído invadía su mente. Mientras Hanna se adentraba a la habitación que por su decorado era dedicada a una niña pues el color rosa claro decorado con flores blancas de las paredes resaltaba a la vista, al igual que la gran cama blanca ubicada en una esquina, la habitación era espaciosa y estaba bien iluminada, tanto que bastaba para una fiesta de té sea de día o de noche.

Cuando entro Hanna, apenas se fijó en el color de las paredes, o lo suave de la cama, sino que se dirigió directamente al origen de aquella melodía.

Ubicada en un escritorio blanco, entre multitud de hojas blancas, lápices para colorear, un portarretratos de una familia desconocida y algunos libros, se encontraba una pequeña caja de música color marrón, aquella melodía patrocinada por la bailarina de la caja atrajo de inmediato el interés de Hanna dejándola hipnotizada.

De pronto sin previo aviso, un dardo aterrizo en el cuello de la muchacha, haciendo que cayera desmayada y mientras luchaba para mantenerse consciente pudo observar a Roberto, acercarse y decirle algunas palabras que Hanna no descifraba, para posteriormente cerrar la caja de música y desaparecer como todo un holograma.

—Sera mejor que despiertes, despierta querida —dijo Evelyn logrando que Hanna abriera sus ojos abruptamente— ¡¡Evelyn!! —exclamó Hanna asombrada mientras se levantaba de una manera brusca solo para darse cuenta de que se encontraba en la misma habitación, abrió y cerró sus ojos varias veces para comprobar la realidad, cuando se aseguró se dirigió casi por instinto hacia la caja que antes tanto le encanto, pero no se encontraba en el escritorio o en algún lugar de la habitación, inmediatamente Hanna sintió una especie de tristeza, no era tristeza exactamente, pero se acercaba bastante.

Recordando que tenía que ubicar a Armando intento salir de la habitación, cuando lo hizo noto de inmediato que el pasillo, estaba más oscuro de lo normal tanto que apenas si divisaba sus el camino o sus propias manos.

Inmediatamente el miedo se apodero de ella, empezó a caminar lentamente como un animal que sabe que va a ser cazado y como si hubiera obtenido una súper oreja podía escuchar todo, los latidos de su corazón que cada vez aumentaban, el contacto de sus zapatos con el piso, cada diminuta respiración de su cuerpo, incluso podía escuchar como sus pensamientos era producidos.

De alguna manera había perdió la noción del tiempo, no sabía cuánto tiempo había estado caminando, y hubiera continuado infinitamente de no ser por unas corrientes de aire que abrazaron su nuca, basto que se diera la vuelta para que se diera cuenta de que se encontraba en media calle, a la mitad de la noche.

Asombrada por tal situación comenzó a dar vueltas sin fin tratando de encontrar alguna lógica, aquello no podía ser nada más que un sueño se dijo, producido tal vez por el dardo de antes y aunque sabia aquello no podía evitar sorprenderse, todo aquello era tan real que considero que despertó en aquella calle y no en la habitación.

Mientras pensaba esto, algo llamo la atención, para su sorpresa era la misma melodía de la caja musical, ahora le parecía mucho más familiar que antes y le llenaba de felicidad saber que estaba cerca.

Dirigiéndose hacia el origen de la música, pudo llegar a la misma mansión de antes, emocionada por encontrar a algún conocido entro sin dar mucha importancia a su alrededor fijando su ruta hacia directo hacia la puerta, ignorando el resto, a diferencia de la mansión donde tiempo atrás había estado, esta mansión se veía mucho más nueva, atraída por la melodía proveniente del segundo piso, se adentro con total confianza como si está fuera su hogar, fue grande su sorpresa cuando descubrió que la melodía provenía de la misma habitación rosa.

A medida que se acercaba empezaba a escuchar varias voces, reconoció de inmediato a Roberto, pero lo extraño era que también escuchaba una voz de una niña y de una mujer.

—sí, es realmente hermoso —escucho decir a la mujer, acompañado de risas de Roberto— aunque no es nada barato construirla —dijo Roberto con alegría, algo que dejo sorprendida a Hanna, pues el Roberto que escuchaba era una persona amable y no el demente que conoció horas atrás.

Lentamente Hanna se empezó a acercar a la puerta, la luz de la habitación alumbraba parcialmente el pasillo dando una extraña sensación de calidez, cuando Hanna quedo frente a la puerta la escena le hizo dar un paso hacia atrás, ya que ahora veía una hermosa escena familiar. Roberto ahora estaba arrodillado frente al escritorio blanco atornillando algo que Hanna no lograba ver, el hombre parecía un verdadero padre, amoroso, trabajador y muy alegre, a su lado una pequeña niña ayudaba al hombre, vestía un hermoso vestido color rosa y el lazo rojo que sujetaba su cabello dorado hacía de la niña una pequeña princesa, que también compartía la felicidad de la familia en general, luego se encontraba la mujer, una persona alta con cabellos dorados al igual que la niña, a simple vista parecía que pertenecía a la realeza.

La niña estaba afanada en aprender lo que su padre hacía, tanto que no paraba de mirar las herramientas y las acciones del hombre, ignorando completamente a la mujer que estaba parada en una esquina observando pacientemente al padre y a la niña, con una enorme sonrisa.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion, romance

Editado: 10.04.2021

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