No Estas Aqui

Capitulo 14

—¡¡¡corre!!! —aquella palabra se escuchaba una y otra vez en la mente de Armando y cada vez se escuchaban más lejanas— te buscare, lo juro —continuaba la voz de Armando que el mismo apenas reconocía.

Esas palabras retumbaban en la moribunda mente del muchacho, aquel no sabía de a quién o a que se dirigían, al menos no por ahora. 

Cansado intento formular alguna pregunta, pero la energía que tenía solo le alcanzaba para respiros débiles. Por otro lado, Dalton sufría talvez lo peor. Había dejado de sentir su cuerpo, aun así, la mente no se escapaba del sufrimiento que provocaba la enorme aguja en su frente.

Ambos habían perdido la noción del tiempo desde que Roberto salió de la habitación, tampoco de lo que podría estar pasando con sus rescatistas. 

—Vaya que es pesada —se escuchó decir de la persona que Dalton más odiaba, ¡¡¡¡Roberto había entrado en la habitación cargando lo que parecía ser un cadáver— ALICIA!!!  —exclamo el adolorido Dalton al ver su rostro, produciendo un enorme dolor en todo su cuerpo a causa del grito. 

Alicia estaba ahí, justo en frente de Dalton, parecía que estaba en perfecto estado, salvo por la suciedad y unas cuantas raspaduras en su ropa, estaba bien, aunque en un profundo sueño. 

—tranquilo casanova, aún está viva —aclaro Roberto al ver que Dalton miraba fijamente a Alicia con cierta preocupación—¡es…hora…de…empezar! —continuo el hombre acompañado de risas psicópatas, mientras colocaba a Alicia en una silla idéntica que la de Dalton y Armando, solo que más limpia.

Sentada justo enfrente de Dalton, un sonido hizo que dirigiera su mirada hacia el centro de la habitación. De pronto una enorme esfera de lo que parecía ser metal, surgió del suelo.

Esta esfera tenía varios tubos y cables saliendo de ella, acompañada de sonidos de gases y líquidos asquerosos ante la vista, la máquina pareciera haber surgido de las profundidades del infierno.

Sin previo aviso, Roberto inyecto una aguja en la parte trasera de la cabeza de Alicia, parecía ser la misma que Dalton y Armando tenían en su frente, solo que más pequeña, mucho más pequeña. 

Dalton quedo enfurecido ante tal hecho, pero no pudo hacer nada, estaba muy debilitado, tanto que, aunque pusiera toda su alma en mover el cuerpo no podría ni siquiera levantar un dedo, esta impotencia le quemaba el alma. 

Ante aquella situación solo pudo soltar un débil grito, lo cual provoco risas psicópatas en Roberto. 

—¡¿qué es lo que pasa?! —grito Roberto al ver el enojo de Dalton— no me digas que……—afirmo Roberto entre risas. Dalton no dijo nada, sabia a lo que se refería, sabía que dar una respuesta solo provocaría más risas psicópatas en Roberto— le agarraste cariño. —continuo Roberto acercándose al rostro de Alicia, algo que solo incremento la ira de Dalton— no…digas……—intento pronunciar alguna defensa, pero Dalton no pudo ni terminar la frase— ¿tu?, un simple pensamiento producto de un error, te preocupas de ella……!!! —exclamo el demente, aunque a Dalton le causaba mucho enojo lo que decía, otra cosa llamo su atención— no es ella………no es ella…………no es ella………—pronunciaba una y otra vez Roberto mientras se golpeaba con un control la frente, parecía que trataba de olvidar o sacar algo de su mente. Cuando termino, pequeñas gotas de sangre brotaban de su cabeza, esto acompañado de su sonrisa maléfica formaban una pesadilla en toda regla.

—empecemos, hay otros clientes en espera —dijo el demente mientras se acercaba a la cabeza de Alicia y hacia algo que Dalton no lograba ver— lo primero que debes entender es la llave —decía con mucha calma, como si de un profesor se tratara— la ubicación del reloj está en tus recuerdos, protegido por el olvido y por ti, Dalton —aclaro Roberto mientras apuntaba a Dalton y se acercaba a su cabeza haciendo lo mismo que hizo con Alicia, pero de igual modo no se lograba ver que es lo que hacía— para sacarlo se necesita una llave —continuo y en ese momento saco una especie de control remoto, el sonido de un botón se escuchó claramente seguido del sonido de fluidos, dichos fluidos subían por un tubo hacia la esfera y de la esfera hacia la cabeza tanto de Dalton como de Alicia— esa llave es un recuerdo, tan potente que me permita entrar a tus más profundos temores, y así poder entrar en tu mente, más claramente a tus recuerdos valga la redundancia  —al terminar su tenebrosa explicación, Roberto se dirigió hacia una consola ubicada cerca de una esquina, apretó una tecla y movió unas cuantas palancas, cual científico loco, seguido a esto dolores empezaron a aparecer en Dalton, sentía como succionaban su mente, sus recuerdos, además un gran sueño empezaba a inundarlo, gritos procedentes de su interior, de Armando lo atemorizaron de sobremanera, y mientras ambos se quedaban dormidos, Roberto dijo débilmente:— y esa llave se encuentra en tres personas —.

Ambos, tanto Armando como Dalton caían en lo que parecía un túnel blanco, Dalton fue el primero en abrir sus ojos, seguido de Armando, ahora ya no estaban juntos si no separados, y mientras el asombro entraba en sus cabezas cayeron en un enorme océano, el agua empezaba a tragarlos, ambos intentaban salir a flote y al cabo de unos minutos se aferraron a una especie de tabla que flotaba por ahí.

Ninguno de los dos tuvo tiempo siquiera para hablar, pues el cielo se puso gris, y la lluvia hizo presencia, pero no venía sola, pues varios rayos arrebataron contra los dos infelices que cayeron nuevamente en las fauces de las aguas.



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En el texto hay: fantasia, ciencia ficcion, romance

Editado: 10.04.2021

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