No estoy en tu destino

Cap. 22

-- ¿Ya llegamos? -pregunto cuando me despierto. E dormirdo muy mal, es incómodo dormir en un asiento. -Me duele el trasero. -digo y me acomodo.

-- A mi igual. -sonríe. -Aún faltan casi 7 horas. 

-- Falta muchoooo. -exagero y hago pucheros.

-- No tanto... -me da un toquesito en la nariz. -Ahora vuelvo voy al baño. -James se levanta y se dirige al baño del avión.

Cierro los ojos y recargo la cabeza en el asiento. Ya quiero llegar, me duele todo.

-- Hola. -me saluda nuestro compañero de asiento.

-- Hola. -digo pero no volteo a verlo.

-- ¿Es cansado verdad? 

-- La verdad si. Ya quiero llegar.

Platicamos un rato, me termina callendo bien. Su nombre es Daniel, y me a platicado que va a visitar a su pareja, es sorpresa por su segundo aniversario, sus ojos se iluminan cuando habla de ella y yo sonrió, me preguntó si a James se le iluminan igual los ojos cuando habla de mi.

El teléfono de James comienza a sonar y lo tomó para contestar.

-- Un momento. -le digo a Daniel. -¿Bueno? -pregunto al teléfono.

-- Hola James. ¿Ya llegaron? ¿Ya le preguntaste a Alice? -dice una voz masculina.  

No entiendo de que habla.

-- ¿Preguntarme que?

-- ¿Alice? 

-- Si. ¿Qué me va a preguntar James? -insisto. Quiero saber.

-- Qué... si...

-- Ya volví. ¿Con quién hablas? -pregunta James. Me mira, después a Daniel y de nuevo a mi.

-- Es para ti. -le doy el teléfono, el lo toma y comienza hablar.

-- ¿Hola? Ah si hola. -se aparta un poco de mi. -No aún no, si, gracias. 

Intentaba escuchar, pero fue inútil, sólo escuche un "ya la tengo lista", no entiendo nada y estoy confundida.

-- ¿Quién era? -pregunto cuándo termina de hablar.

-- Un amigo. 

-- ¿Qué es lo que tienes que pregunarme? -Miro a Daniel pero aparta la vista.

-- ¿Yo? Nada. 

Se que esta mintiendo, pero no pregunto más.

-- ¿Cómo te sientes? -me pregunta.

-- Un poco mareada. -me recuesto en su hombro.

-- ¿Necesitas ir al baño? -pone su mano en mi mejilla y la acaricia lentamente.

-- No, estoy bien.

Las horas se me hicieron eternas, lo único bueno era James. No me gusto viajar en avión porqué terminé algo adolorida, pero James hizo que fuera perfecto.

Antes de salir del avión me despido de Daniel y le deceo suerte, el me sonríe amablemente, y James sólo nos mira.

 

-- Al fin. -digo cuando vajamos del avión. Ya es de noche.

James tomo las maletas. Un taxi nos esperaba para llevarlos al hotel. 

-- Qué emoción. -digo mirando por la ventana. Estoy fascinada con este lugar.

-- Es casi igual de precioso que tu. -me susurra al oído. Entrelazo los dedos con los suyos y me recuesto en su hombro.

Le damos las gracias al taxista, y vajamos nuestras maletas. 

El hotel era grande, y muy lujoso, parecía estar todo echo de oro. 

Nos dirijimos al mostrador.

-- Buenas tardes. Tengo una reservación. -dice James.

-- ¿Nombre? -pregunta la encargada.

-- James Mateo. 

-- ¿Mateo?

-- Si. -James pone los ojos en blanco, y yo me río.

Después de unos minutos la encargada le da una llave de la habitación a James. Nos instalamos de inmediato.

El cuarto es aún más bonito de lo que pensé, tiene una cama matrimonial, cocina y sala, es cómo una casa sólo que más pequeña y lujosa. Miro por la ventana, se puede ver la torre iffel desde aquí, me siento más emocionada aún.

-- ¿Qué quieres hacer? -me pregunta James, y me abraza por la espalda.

-- ¿Ir a la torre iffel? 

-- ¡¿Ya?! -se sobre salta.

-- Supongo. -digo confundida. -¿Qué sucede? 

-- Nada... -dice nervioso. Noto cómo le sudan las manos.

Antes de irnos me doy un retoque.

James rento un carro. Conducio hasta la torre, tardamos sólo unos minutos en llegar. Miré cada lugar por la ventana, este lugar es hermoso. 

Dimos un paseo por la torre, se ve bellísima de noche, con las luces prendidas. No hay tantas personas, y por una parte me alegro, porque prefiero estar solos James y yo.

-- Alice... -dice James por detrás de mi.

-- ¿Qué pasa? -me vuelvo para mirarlo.

Se puso de rodillas. La piernas me comienzan a temblar, no estoy segura que hará pero si es lo que pienso estoy emocionada.

-- Amor de mi vida... -dice y hace una pausa. -Quiero que nos unamos y ser uno sólo. ¿Te quieres casar con migo? -saca una cajita de su pantalón y la abre, es un hermoso anillo con un diamante color turquesa.

Me siento muy feliz y no puedo evitar llorar.

-- Cla... ¡claro que me quiero casar con tigo! -corro hacía el. Pone el anillo en mi dedo y se levanta, me carga en sus brazos.

Me besa y yo a el. Me siento más feliz que nunca.

-- Te amo. -susurro.

-- También te amo. -dice y me vuelve a besar.

La poca gente que se encuentra en el lugar nos ven fascinados, y nos felicitan.

-- ¿Vamos a una cita? -me pregunta James. 

-- ¡Si! -digo emocionada.

-- Acompañame. -toma mi mano y caminamos por un rato.

Mientras caminábamos el me decía lo hermosa que me veía a sus ojos. Para mi no soy una chica hermosa o admirable, pero para James era perfecta. Con el ya lo e ganado todo. 

Dimos un hermoso paseo en canoa.

-- Alice... -dice mientras la canoa avanza.

-- ¿Si? 

-- Eres el amor de mi vida. -me dice mirándome a los ojos.

-- Y tu el mío.

Se que lo es.

Cuándo terminó el paseo fuimos a una cafetería.

Tenía las mesas fuera, con sombrillas, y luces. Estoy enamorada de este lugar.

James abrió una silla y me invito a sentarme.

Ordenó dos cafés, no soy fan del café pero nunca había ido con alguien a tomar uno.

-- Esto va dedicado para ti. -dice James, y unos cantantes se nos unieron.

Comenzaron a cantar y James junto con ellos. Es la mejor cerenata que me han dado. James cada día me enamora más. 

Mientras ellos cantan yo me tomó mi café y sonrió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.