No estoy en tu destino

Cap. 23

Hemos buscado por más de una hora, los pies comienzan a dolerme.

-- ¿Crees que lo hayan robado? -pregunta James. 

-- No lo sé. 

Nos sentamos en una banca.

-- Estoy agotada. -me recargo hasta atrás.

-- Igual yo. Tu quedate aquí, iré a buscar de nuevo. -se levanta y comienza a caminar.

Espero que lo encuentre, quiero ir a dormir.  Cierro poco los ojos para descansar.

-- Hola guapa. -dice una voz masculina.

¿James a vuelto tan rápido? Abro los ojos de inmediato. Para mi sorpresa enfrente de mi se encuentra un señor de avanzada edad, tiene la ropa sucia al igual que su cabello.

-- Ho... hola. -digo asustada.

-- ¿Qué hace una muchacha tan guapa cómo tu sola en esta calle? ¿Acaso no sabes que esta ciudad es muy peligrosa? -dice y se hacerca a mi, se sienta a lado mío.

-- Estoy... es... esperando a... mi novio... -tartamudeo. El señor se hacerca más a mi y yo trago saliva.

-- Es muy malo que estes sola. -intenta tocar mi brazo pero yo me aparto.

-- Me tengo que ir. -intento levantarme pero el señor me jala para no poder hacerlo.

-- Aún no. Quédate un rato con migo. -sonríe maliciosamente. 

Tengo mucho miedo. Desearía que James no me hubiera dejado. Ojalá hubiera ido con el.

Trago saliva nuevamente. Poco a poco me arrastro por la banca para alejarme del señor. 

-- ¿Porqué te ajelas? -se hacerca a mi disminuyendo la distancia que había logrado poner. 

Intento alejarme de nuevo, pero caigo al piso. El señor aprovecha para tocar mi estómago y sube lentamente su mano hasta mi pecho. Mi respiración se vuelve agitada, no se si gritar o correr, el miedo se apodera de mi.

-- ¿Te gusta lo que hago? -pregunta acariciando mi pecho. Su voz es horrible.

Niego con la cabeza.

Las calles están completamente vacías. Desearía que hubiera aunque sea una persona. El señor sigue tocándome y yo comienzo a llorar. Intentó apartar sus manos pero el me hagarra con más fuerza. 

-- Sueltame. -le ruego. 

-- Eres muy bella ¿lo sabías? 

Intenta quitarme la falda pero yo me resisto. Cierro los ojos con fuerza imaginado que esto no esta sucediendo. No puedo hacer nada, sólo resistirme. 

El señor se detiene, pienso que me dejará en paz, pero no es así, pasa las manos a mis muslos y comienza a acariciarlos. La tortura continúa. Mete sus manos debajo de mi falda. Intentó con todas mis fuerzas apartarlo.

-- ¡Alice! -escucho la voz de James a lo lejos. 

El señor se aparta, se levanta lo más rápido que puede, intenta correr, pero James lo alcanza.

-- ¿Qué te a echo? -pregunta James sujetando al señor de su camiseta.

-- Me a tocado... -susurro aún en el suelo.

James comienza a golpear al señor, lo tira al suelo y lo sigue golpeando, hace que su nariz y su boca sangre. El señor también golpea a James pero no le hace nada. Cómo puedo me levanto.

-- James ya déjalo. Vamonos ¿si? -tomó a James del brazo, y se levanta. El me mira unos segundos y después suelta al señor, lo empuja y este vuelve a caer al suelo.

-- Perdóname por dejarte sola. -me abraza con fuerzas.

Caminamos en silencio.

-- Encontré el carro. Estuvimos buscando mal todo el tiempo, siempre estuvo dónde lo estacione. 

-- Ohh... -es lo único que consigo decir.

No puedo dejar de ver al señor tomándome. Comienzo a llorar de nuevo. Seco mis lágrimas para que James no me vea, no es culpa de el, nisiquiera mía.

Ambos subimos al carro, y ninguno de los dos habla.

 

-- Perdóname... -dice James por detrás de mi.

E estado mirando por la ventana del hotel por un buen rato.

-- No es tu culpa. -digo y mantengo la vista en la ventana.

-- Si no te hubiera dejado sola, nada de esto habría pasado. 

-- Tu no podías saber lo que pasaría... Nadie decide lo que pasa. -me vuelvo para mirarlo. Lo abrazó con todas mis fuerzas. -No es tu culpa. -susurró.

-- Te amo. -dice contra mi cabello. 

-- ¿Quieres cenar? -digo para cambiar de tema. No quiero seguir pensando en lo que paso.

-- Muero de hambre. -se aparta de mi para ir a la cocina.

-- Me daré un baño. 

Tomo una pijama y me dirijo al baño. Dejo que el agua caliente caiga sobre mi cuerpo. Miro la pared un rato, me quedó pensando el porqué los hombres hacen ese tipo de cosas, no encuentro respuesta. Lavo mi cuerpo lo mejor que puedo, quiero quitar marcas de que ese señor me estuvo tocando.

-- Princesa ya esta la cena. -dice James cuando toca la puerta del baño.

-- Voy.

Me pongo la pijama y me voy a la cocina, mientras camino me cepillo el cabello, ya que terminó me recojo el cabello en una cola de caballo.

-- Incluso así te vez hermosa. -me dice James cuando entro en la cocina. Me hacerco a el para darle un beso. 

-- ¿Qué preparaste? -digo mientras me siento en una silla frente a la mesa.

-- Hamburguesas. -pone un plato enfrente de mi.

-- Mmmmm huele delicioso. 

Me meto un bocado a la boca, sabe delicioso. Creo que nunca antes había tenido tanta hambre en mi vida

-- Esto sabe riquísimo. -digo con la boca llena.

-- Te lo estas devorando. -ríe James y se mete una papa frita a la boca.

 

Lavo mis dientes antes de acostarme.

-- ¿Me cuentas un cuento? -digo acostada en la cama.

-- Claro. -James se acuesta a lado mío y me abraza. -Había una vez un hombre común que se enamoró de una bella princesa, para el, ella era inalcanzable, hasta que un día decidió hacercarse a ella, salieron juntos y se conocieron, el hizo todo lo posible por enamorarla, hasta que lo consiguió, pasaron por varios problemas pero ellos jamás se rindieron y siguieron luchando por su amor, y así fue. Un pequeño secreto es que el día que se convirtieron en novios fue el día más feliz para el. Ellos vivieron felices y amandoce por siempre, fin. 

-- Que lindo. Me encantó el cuento. 

Siempre me han encantando los cuentos que James me inventa. 




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