Cap. 28

Alice 

Despierto demasiado adolorida. Una venda blanca cubre todo mi estómago, y tengo puesta una bata blanca.

-- James... -es lo primero que digo al despertar. -Tengo que ir con el... -susurro, aunque se que nadie está escuchando.

Intentó levantarme de la cama, pero la herida en mi estómago me duele muchísimo. Decido no darle importancia, y me levantó. Salgo de la habitación, y lo primero que miro es a paramédicos llevando a un joven en una camilla.

-- ¿Qué le sucedió? -pregunta un doctor que se aproxima a la camilla.

-- Lo atropellaron fuera del hospital. Esta muy grave. -contesta una enfermera.

Tardo unos segundos en darme cuenta de lo que está pasando. 

-- Un momento... es... -digo acercándome al grupo, pero el doctor Ulises llega y me toma por el brazo.

-- ¿Qué haces fuera de la cama? Aún estas muy delicada.

-- Tengo... tengo... -digo tratando de encontrar las palabras. -Tengo que verlo, ¡James! -grito. -¿Ese es James?, no no no ¡James! 

-- Enfermera trae el sedante. -escucho que dice el doctor mientras me detienen varias enfermeras como si estuviera loca. Sólo quiero ver a James, ¿qué tan difícil de entender es eso?

-- ¡Sueltenme! ¡James! Ja... -digo. Siento un piquete en el brazo, y caigo rendida. 

¿Ese era James?, no puede ser, ¿Mi James?, no es posible. Dos horas después por fin puedo despertar.

-- ¡Hija! -dice mi mamá levantándose de un sillón al tiempo que se hacerca a mi.

-- ¿Dónde está? -necesito saberlo ahora.

-- ¿James? 

-- Si mamá ¡¿Dónde está?! -levanto la voz. ¿Cómo es posible que nadie pueda decirme algo sobre el?

-- El, esta muy grave... 

-- ¿Estará bien verdad? ¡Dime que estará bien! -grito llorando. Esto no puede estar pasando.

-- Yo no lo sé, hija. Llamaré al doctor para que nos de información sobre el.

-- ¡Llámalo! -grito. Intento levantarme pero me duele la herida.

Después de unos minutos que parecen ser horas, al fin llega el doctor.

-- ¿Cómo está James? -pregunto en cuanto lo veo entrar. Tengo miedo de lo que pueda responder, pero necesito saberlo.

-- Te seré sincero. El esta muy mal, aún no a despertado.

-- ¿Qué... qué le... sucedió? -tartamudeo.

-- Lo atropellaron fuera del hospital. Tuvo un golpe muy fuerte en la cabeza y se quebró uno de sus brazos. No perdió sangre, por lo que puede ser más pronto su recuperación. 

-- Pofavor ayudelo.... -digo y me tapó la cara para que no me vean llorar.

-- Haremos todo lo que está en nuestras manos. -asegura. Espero que si.

-- Quiero verlo... Porfavor déjeme verlo. 

-- Alice, estas muy delicada.

-- Pude levantarme. 

-- Fue muy arriesgado de tu parte. Pudo abrirse tu herida.

-- Alice, tienes que obedecer al doctor. -dice mi mamá.

-- Porfavor déjeme verlo. -digo de nuevo. No me cansaré hasta que me dejen verlo.

-- Ali... -dice el doctor pero lo interrumpo.

-- ¡Porfavor! ¡Necesito verlo! -grito, y todo queda en silencio.

-- Bien. -suspira. -Traeré la silla de ruedas.

-- Gracias. -no puedo evitar sonreír.

Me subieron con mucho cuidado a la silla de ruedas, y me llevaron con James. Pedí que me dejarán sola con el y aceptaron. El corazón se me partió al verlo en esa cama. Tiene una venda que cubre su cabeza, y yeso en su brazo izquierdo, tiene su cara llena de golpes, y sus preciosos ojos están cerrados.

-- James... -digo. Tomo su mano y acarició lentamente su rostro perfecto lleno de golpes. --¿Por qué te a pasado esto?, se fuerte mi niño. Estarás bien, despertarás, volverás a casa conmigo y con chimi. Amor tu puedes, eres fuerte. 

El esta tan mal, y sólo lloré y lloré. No soportó verlo en esta cama, con sus ojos cerrados, su cuerpo lleno de golpes. Necesito verlo sonreír, hablandome, haciéndome reír.

-- Tienes que ponerte bien. ¿Qué haré si algo te sucede? -comienzo a llorar de nuevo. -Como quisiera que tus ojitos se abrieran y contestaras sólo una palabra. -sollozo. -Pero mientras estés aquí yo cuidaré de ti ¿okey? okey.

-- James, estaba embarazada y perdí al bebé. -lloro con más fuerzas y toco mi vientre. -Perdóname... Yo si quería tener a esa niña. James ¡era una niña!, ¿Te imaginas? Una Jamesita... Pero por algo no la tuve ¿no? -tapó mi cara. Me duele muchísimo, ver a James en esa cama, y haber perdido a mi hija. -Tal vez después tengamos un pequeñito o una pequeñita. Aunque chimi ya es nuestro hijo.

Intentó sonreír pero no puedo.

-- El doctor dijo que el medicamento no me estaba funcionando, así que me dio otro. Pero ¿sabes? se que esté nuevo si funcionará. Te juro que lucharé con todas mis fuerzas para quedarme más tiempo, años si es posible, pero tu tienes que salir de aquí... Yo se que tu eres fuerte y lo lograrás, eres mi guerrero. -tomo su mano de nuevo. -Te amo... como nunca había amado a nadie. Eres la persona con la que decidí pasar el resto de mi días, esperó que esos días sean muchos. Tal vez parezca una tonta hablando, pero yo se que tu me estas escuchando, sigues siendo tu y sigues ahí, en una parte de tu ser. No te pido que despiertes hoy mismo, porque se que necesitas descansar y recuperarte, lo único que pido es que seas fuerte... 

Los ojos me pesaban, la cabeza me dolía pero no me dolía tanto, como el corazón lo hacía... Lloré como nunca antes lo había echo. Tan sólo de pensar que lo podía perder, me dolía todo.

-- Te contaré un cuento, así como tu lo hiciste aquella vez... -digo y me sobresalto cuándo la puerta se habré.

-- Ya tienes que volver a tu habitación. -dice el doctor por detrás de mi.

-- Quiero quedarme aquí, con el. -estrecho la mano de James con más fuerza.

-- Mañana podrás regresar. Ahora tengo que practicarle unos estudios más. 

-- Porfavor aviseme todo lo que pasa con el, ¡todo! -asiente con la cabeza.

Antes de irme le di un beso en la frente a mi James, y le susurré que lo amo. Me acostaron en la cama de la habitación del hospital. Mire el techo por horas, recordando todo los momentos que pase a su lado, imaginaba su hermosa sonrisa y como sus ojos se escondían al sonreír, cuando sus brazos rodeaban mi cintura, y como nuestra risa se volvía una sola. Consigo quedarme dormida después de tanto llorar.