No estoy en tu destino

Cap. 29

-- No no no, el no está en coma, no puede ser posible, ¡No! -grito golpeando la cama. 

Me niego a creerlo. "¿Y si no despierta?" No, lo hará, es James de quien estoy hablando, el es fuerte.

Mientras la enfermedad me consumía, me tocaba ver como James se mantenía inmóvil en esa cama. Luche conmigo misma para ser fuerte. Se que en cualquier momento puedo morir, pero estoy haciendo todo lo posible por quedarme, quiero seguir viva para cuándo el despierte; quiero ponerme de pie por el, quiero seguir adelante por el, haré todo lo necesario por seguir a su lado. Ese día, el día en el que mi vida casi se me escapa de las manos, no pude dormir ni un sólo minuto; tan solo pensé en James, soñé despierta que el estaba bien, que regresamos a casa y el sonreía como siempre, con esa sonrisa encantadora que me enamora, y esos ojos llenos de vida. Cada que lo miraba sabía que todo estaría bien, porque el estaba conmigo para ayudarme y acompañarme lo que queda de mi vida. Tenía planeado pasar los últimos días, sonriendo, jugando, pasando tiempo con chimi, salir a cualquier lugar... y ahora lo único que tengo de el, es el recuerdo, y tengo miedo que se quede sólo en eso, en un recuerdo. Ahora ambos estamos en una cama de hospital, muriendo lentamente, cada quien a su manera.

Espero que el este luchando como yo por su vida, porque si no lo hace, estaré luchando en vano... Y si, tal vez suene egoísta, por pedirle algo que quizá no pueda darme, pero esta egoísta muere por verlo una vez más. Verlo ser el mismo, es mi forma de ser preferida; es tan perfecto siendo el mismo. Y si me preguntan, yo no cambiaría absolutamente nada de el.

Al día siguiente, tengo unas ojeras horribles. Estoy lista para ir a visitar a James, apesar de no haber conseguido dormir nada.

-- Tienes que comer antes de ir. -ordena mi mamá. No tengo nada de hambre, y la comida que sirven aquí es un asco.

-- Bien. 

La enfermera me deja un plato de avena. "¿A esto le llaman avena?" Tiene forma de todo, menos de avena. Sabe asquerosa, pero hago mi mayor esfuerzo por comer. Después de casi vomitar ocho veces, al fin consigo acabarme el plato. Me llevan en silla de ruedas al cuarto de James.

-- Hola mi amor... -digo en un susurro.

El sólo echo de verlo en esa cama, estando en el estado que está, me parte el alma.

-- El doctor me a dicho que estas en coma... pero yo se que despertarás. Eres fuerte. Mi niño, porfavor se fuerte. Tienes que recuperarte... -estrecho su mano. -No sabes cuánto te extraño, cuánta falta me haces...

Le inventó un cuento pésimo, no se compara con los que el me inventa. Lloro de nuevo, y no hago mas que llorar. Intento hablarle, pero la voz se me corta.

 

A pasado un mes desde el accidente. James a respondido bien al medicamento, pero aún no despierta. A sido una tortura, la peor de mi vida. Me dieron de alta nueve días después del accidente, después de la semana pude levantarme sin problemas, la herida casi cierra. 

Chimi tiene los ojitos tristes por no ver a James, así que el día de ayer lo traje al hospital y sus ojitos se iluminaron al verlo. El día de hoy me encuentro sentada frente a el, tomando su mano de nuevo.

Me e quedado la mayoría de las noches cuidando de James. Vengo cada día sin falta, le leo cuentos y citas de mis libros preferidos, y le platico sobre mi día. 

Tan sólo deceo que despierte. Me desespero al ver que nisiquiera se mueve, es tan doloroso ver a la persona que amas sufrir de esa forma, ver como se le esta llendo la vida. Todos los días son difíciles sin el, todos los días siento el mismo dolor, es como si el día se repitiera una y otra vez. Lo extraño muchísimo, una parte de mi esta con el y la otra lucha por ser fuerte, estoy intentando dar lo mejor de mi; ya no se de donde estoy sacando fuerzas.

Entonces me di cuenta, si es bueno tener un acompañante de vida; que juntos se ayuden y ambos salgan adelante. Todos necesitamos a una persona a nuestro lado, que con el podamos ser nosotros mismos sin temor a que nos juzguen, con quien podamos hacer locuras, ser serios, ser de todas las formas, y que apesar de todo, te mire con amor y como si fueras lo mejor que le paso en la vida. James era esa persona, la persona que necesitaba para ser completamente feliz.

Que ironía; deceo desde lo más profundo de mi ser, que despierte para poder estar juntos, pero en el fondo se que no podremos estarlo mucho tiempo. Aún así, deceo estar con el aunque sea una vez más. Necesito ver que este bien, necesito ver sus ojos, su sonrisa. Necesito que me corresponda aunque sea sólo un beso. Lo necesito, necesito de el.

Hacerco mi cabeza a la de James, y lentamente beso sus labios. Retiro el cabello que tapa su hermoso rostro y beso su frente, para después besar su mano.

-- Porfavor despierta... -digo al borde del llanto. -Te amo... -susurró.

Me paro de la cama al ver que mueve la mano. Miro como poco a poco abre sus ojos, y la vida me regresa. Siento una enorme felicidad y un gran alivio. ¡James al fin despertó! Después de tanto sufrimiento y llanto. Al fin puedo ver esos ojos otra vez. Lo vi unos segundos, y nuestras miradas se cruzaron, sonrió como tonta al ver a mi James una vez más. Corro a abrazarlo de inmediato, no puedo esperar ni un minuto más por estar en sus brazos de nuevo.

-- Te extrañé... -sollozo.

 Lo abrazo con fuerza, pero el me aparta. Pienso que lo e lastimado así que retiro los brazos de su cuerpo. Inspecciona mi cara unos segundos, y después de un minuto de absoluto silencio pregunta:

-- ¿Quién eres tu? 

"¡¿Qué?!" Me quedo helada parada frente a el. 




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