- Américo- susurro sin creerlo
-Ivette- se quedo estupefacto al verla después de tanto tiempo
Se quedaron mirándose mutuamente como si el tiempo se hubiése detenido para ellos y nada hubiése cambiado, estaban en su burbuja que los apartaba de lo sucedía alrededor, se acercaron mutuamente quedando a solo centímetros de distancia. Ella acarcio su rostro y él sujetaba su mano con la misma firmeza de hace cinco años.
- ¿Por qué vuelves ahora? ¿Por qué?- interroga ella preocupada por lo que sentía nuevamente por él pero con más fuerza que antes- Ahora que pude cerrar un poco esa herida ¿Por qué me haces tanto daño?- dice a punto de las lágrimas
- Volví solamente por asuntos familiares- confiesa suspirando, ahora es él quien acaricia el rostro de ella cariñosamente- no llores mi cielo-susurra secando sus lágrimas- nunca fue mi intensión hacerte daño, siempre te he amado y respetado, te lo demostre de muchas formas pero lo que ocurrió aquella noche aun sigue borroso en mi mente- confiesa un poco desesperado
- Ya no pudo creerte Américo- se aleja un poco de él dejando una distancia amplia entre ambos- me lastimaste de la peor manera que un ser humano puede hacer y eso no te lo puedo perdonar- lágrimas corren por su rostro- tuve que dejar mi familia con la excusa de estudiar en el extranjero para no volver a verte- seca sus lágrimas con delicadeza al sentir un jalón en su vestido
- ¿Por qué lloras Señorita bella?-pregunta el pequeño angustiado saliendo de su escondite
- No pasa nada, pedacito de cielo- termina de secarse las lágrimas y ponerse a su altura- solo me entro una basurita en el ojo- sonríe dulcemente- ves ya no hay una lágrima en mi rostro- acaricia su rostro con amor
- Ya lo conociste- comenta Américo acercándose
- ¿A qué te refieres?- gira Ivette confundida
- Papi ¿Sabes? Ella es una Señorita bella- sonríe el niño con sus mejillas sonrojadas- ójala que ella fuese mi madre- dice inocentemente- ¿Te quieres casar con mi papi?- pregunta el pequeño saltando de alegría a Ivette
- Gracias tesorito- acaricia el cabello del pequeño- pero no creo que tu padre y yo podamos casarnos- el niño la ve con inocencia- hace mucho él y yo fuimos amigos, nos queriamos mucho, aunque tuvimos que separarnos para cumplir nuestros sueños; también dejamos de querernos- le explica al niño
- Pero podrían volverlo a intentar- sujeta las manos de ella- si una vez se quisieron, pueden volver a quererse y así tendría una familia de verdad- los ojos del pequeño brillaban como dos estrellas- así dejaría de vivir con mi mamá que no me quiere- el llora a moco tendido mientras ella trata de asimilar las palabras del niño y calmarlo
- Frederick, deja de presionar a la señorita- le dice serio- no puedes obligar a las personas para que hagan lo que deseas, las cosas no funsionan así- agrega- no molestes a la señorita con problemas familiares- le reprende- sabes que tu madre, si te quiere pero lo demuestra a su manera- finaliza cargandolo en sus brazos mientras que Ivette lo observa detenidamente
"Has cambiado bastante. Tal vez ese pedacito de cielo pudo haber sido nuestro hijo"- penso
- No llores pedacito de cielo- interviene Ivette- debes sonreír, tal vez tu padre y yo no podamos estar juntos pero tus padres pueden estar juntos o tu padre forma una familia con otra persona- sujeta su pequeña mano- mientras le canta una canción para que se relaje
- Gracias señorita- susurra Frederick sin soltar su mano
- Puedes llamarme Ivette- le dice al ver curiosidad en la mirada de Frederick
- Y tu puedes seguirme llamando pedacito de cielo- sonríe el niño casi dormido
- Por supuesto que si, pedacito de cielo- susurra en su oído hasta que cae rendido
- Lamento lo que ha dicho- lo interrumpe- no te preocupes por mi, debes cuidar a tu hijo en un ambiente sano- le dice seria- se que no debería interferir en tu vida pero ¿Por qué no te quedaste con ella a criarlo?- pregunta
- No podía estar junto a ella, después de saber la razón de todo aquel día, además tampoco la soportaba-
- De igual modo de viste cuidarlo, cuando nació- le recrimina- él no tiene la culpa de lo que ocurrió con ustedes, no lo hagas pagar por algo que no merece- le hace saber- no le niegues la oportunidad de ser feliz- suspira- es mejor que me marche, mi familia debe estar preocupada- se aleja
-Pero...- no pudo terminar pues se había marchado rapidamente
Américo
Nunca pense que me volvería a encontrar con ella, tampoco esperaba todas las cosas que me dijo, lastimosamente no puedo volver el tiempo atrás, solo puedo intentar recuperarla aunque será complicado ahora que se la razón por la que se marcho y su actitud un tanto fría hacia mi persona, pero al menos Frederick y ella se llevan bien, más de lo que esperaba.
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desiciones entre lo que es debido y lo correcto, reencuentros
Editado: 31.01.2019