Capítulo Veintiséis

Pasaron semanas desde la muerte de Caro, desde el incidente de Laín. Era algo difícil de asimilar, sin embargo, poco a poco lo iba procesando.

Por lo que me enteré, Eros ya había tenido cargos antes y con el asesinato de Carolina se encargarían de que estuviera un buen tiempo en prisión, Eros culpó repetidas ocasiones a Laura, dijo que a la que deberían investigar era a ella. Le dijeron a mi madre que habían iniciado un proceso legal contra Laura, se le acusaba de algo, pero no me mencionó que. Dejaron en libertad a Jesús y después de ello nadie supo de él.

Todos los días hablaba con Naím, me contaba cosas sobre Laín y trataba de animarme, me decía que cuando despertara y estuviera bien los tres nos iríamos de vacaciones. Él ya tenía sus planes hechos. En una de esas llamadas me dijo.

— Sé que este no es el mejor momento, pero estuve hablando con mi padre y le conté que pensaba reconstruir la librería. Pensé que quizá una vez que estes lista quieras ayudarme con ello, a lo mejor te podrías hacer cargo y ser como el abuelo.

— Nadie podría ser como Norbert—respondí—Además no tengo idea como conseguir los libros de la forma que él lo hacía.

— Eso se puede arreglar Sofí, la cuestión es que si quieres el puesto es tuyo. Junto con el baboso de Laín podríamos ser un buen equipo.

— Lo pensaré— dije simplemente intentando terminar la conversación.

Siendo sincera mi vida no iba del todo bien, extraña mucho a Laín, sus bromas, su sonrisa y su voz. Una noche después de cenar y bañarme tomé mi celular y me puse a releer nuestras conversaciones, miré la foto que un día me mandó, me hice bolita en la cama y comencé a llorar hasta quedarme profundamente dormida.

...

Sonaba de fondo la canción <<Hooked on a feeling>> el volumen iba subiendo y fue cuando me percaté de que lo que se escuchaba era mi celular.

— Bueno—respondí.

— Laín ha despertado— Naím estaba al otro lado de la línea emocionado—. Aún no lo podemos ver, pero los doctores ya nos han dado la noticia, Sofí esto es increíble.

Lo era. Realmente era una muy buena noticia.

Le agradecí rápidamente y colgué.

Bajé a toda prisa para encontrarme con mi madre. Estaba como siempre en la cocina partiendo fruta. Al verme se sobresaltó.

— Laín esta consiente mamá, hay que irnos.

— Eso...eso es excelente hija. Solo que en estos momentos no podemos viajar.

— ¿De qué estás hablando? — pregunté confundida.

— Hablé hace menos de cinco minutos con el padre de Laín, él no te quiere ver ahí. Sé que tu anhelas estar con B, pero no te puedo exponer a que ese señor te diga algo o te trate mal.

Y entonces toda mi emoción se evaporó.

— Madre, tu no me puedes hacer esto.

— Debes entender, lo hago por tu bien.

— El que debe entender es ese viejo loco. No puede prohibirle a mi hija el ver a su novio, yo la llevaré. Y si tiene algún problema bueno...lo golpearé. Ignora que escuchaste eso ultimo hija, la violencia nunca es buena ¿entendido?

Mi madre y yo nos miramos luego a mi padre.

— Por Dios que estás diciendo, no vas a golpear a nadie, por favor contrólate.

Él tomó un vaso y mientras servía agua negó

— Mujer, todo este tiempo las cosas se hicieron a tu manera, ahora es turno de hacerlas a mi modo. Sofía ve por tus cosas, vamos a ir a ver a ese muchacho de inmediato.

Mientras mi mamá le reclamaba a mi papá, subí rápidamente, entre al baño y al salir tomé mi chaqueta y una mochila. Cuando bajé de nuevo mi mamá estaba preocupada.

— No te preocupes madre, no dejaré que se pelee con nadie.

— Ay Sofí, no me preocupa la otra gente...me preocupa tu papá. Si se pone con el padre de Laín, me lo va a matar.

— Escuché eso mujer— dijo saliendo por otro lado de la cocina—. Aunque me vea débil soy más fuerte de lo que crees. Ya es hora de irnos Sofí.

Nos subimos al auto y para mi sorpresa nos dirigimos al aeropuerto.

— ¿Papá?

— Se lo que estás pensando, pero si nos vamos en auto o en camión es mucho tiempo, y así en avión será todo más rápido.

— Lo sé, pero es más dinero... y ahora no podemos darnos el lujo de gastar.

— A veces hija hay que hacer algunos sacrificios por la persona que amas— dijo eso con nostalgia ¿Qué sacrificio había hecho él por amor?

Tal como lo había dicho era mucho más rápido, llegamos al aeropuerto, compramos los boletos esperamos y en menos de 3 horas ya estábamos ahí. Tomamos un taxi y nos dirigimos al hospital.

Estaba nerviosa, emocionada, ansiaba verlo otra vez.

Cuando me estaba acercando le mandé mensaje a Naím para que saliera por nosotros. Al llegar nos guio hacia la habitación de Laín.

Entró el primero, luego mi padre y yo me quedé en la puerta observándolo. Estaba entre sentado, su aspecto era muy pálido, flaco, demacrado lleno de vendas y gasas cubriendo la mayor parte de su cuerpo, Estaba viendo a la nada, como ido. Una lagrima necia se salió. Me limpié de inmediato y entré, le dediqué una sonrisa, pero él no me correspondió.

— Me alegra demasiado que hayas despertado—me acerqué a él sentándome en la orilla de la cama.

El miró a su hermano y después a mí.

Tres palabras salieron de su boca.

Tres palabras que se sintieron como una puñalada.

Tres palabras que me dejaron sin aliento.

— ¿Quién es ella?