No fue otra noche loca

Capítulo Veintisiete

Estaba segura que la desgracia me perseguía, estaba salada, tenía una suerte del asco.

Laín miraba a su hermano esperando una respuesta a su pregunta.

Me levanté de la cama y sonriendo evitando que las lagrimas salieran, le hice la seña a Naím que me acompañara al pasillo, mi padre iba a hablar, pero le pedí que saliera el también.

— Papá, puedes por favor ir a la sala de espera. Necesito hablar con Naím.

— Por supuesto. — dijo dándome una apretón en el hombro.

Una vez que estuvimos solos se empezó a disculpar repetidas veces.

— Lo lamento, de verdad lo lamento.

— Como es que no lo sabían...perdió la memoria y no pudiste advertirme, prepararme para esto. — dije confundida.

— Pequeña es que no lo entiendo, Laín al parecer recuerda a todos...a todos menos a ti. No teníamos contemplado que esto llegara a pasar, yo...yo le preguntaré al doctor que ocurre.

— Oh no, no lo harás. — para nuestra sorpresa el padre de ellos se acercó a nosotros—. Él por suerte está vivo, pero perdí a mi esposa y casi lo pierdo a el por tu culpa, niña. El que Laín no te recuerde es una señal, está claro que tu no debes estar en su vida.

— Padre no puedes decir eso. — reclamó Naím.

— Digo la verdad.

Lo miré molesta, pero tranquilamente le dije.

— Yo haré todo lo posible porque Laín recuerde quien soy, y si no lo hace lo conquistaré de nuevo, estaré con él, no lo pienso abandonar aun así no sepa de mi existencia.

Sentía que ahora las cosas estaban ocurriendo al revés. Al principio mi madre quería alejarme y ahora era el padre de él.

— Silencio. — dijo levantando la mano haciéndome callar—. Para tu información en cuanto Laín esté en condiciones me lo llevaré de aquí, ya no sabrás nada de él, hazte a la idea de que Laín esta muerto para ti. Al final de cuentas era lo que querías ¿no? Desde un principio querías que te dejara en paz. Tu deseo se te ha cumplido, Sofía.

Un nudo se formó en mi garganta, quería responderle, pero las palabras no salían.

— Yo me encargaré de que ella siempre lo tenga presente. — dijo Naím metiéndose—. No puedes ser cruel y alejarla de la persona que quiere.

Ignorando lo que Naím le dijo se dirigió hacia mí.

— El amor no es un cuento de hadas, así que toma tu distancia si sabes lo que te conviene. — advirtió.

Cuando por fin logré que las palabras salieran mi padre intervino sin percatarme en que momento se acercó.

— Ya es suficiente, no permitiré que siga humillando a mi hija de esa manera— dijo furioso—. Se arrepentirá de esto créame que lo hará. Vámonos Sofí

El padre de ellos me miraba con una sonrisa de satisfacción, al parecer el si había logrado su objetivo...separarme de su hijo.

Salimos de hospital e hicimos lo mismo, tomar un taxi, comprar los boletos y llegar a casa. No dije nada en todo el trayecto, no reclamé ni me puse a discutir.

Mas tardamos en llegar, mas gastamos dinero que el tiempo que estuvimos ahí. Lo había visto... había visto a Laín y quizá esa era la última vez.

Al llegar a casa mi madre me abrazó, fue entonces cuando solté en llanto. No hubo necesidad de decirle nada, ella lo sabía.

— Déjalo ir Sofí, sé que es tu felicidad, pero si el ya no sabe quién eres la única que se perjudicara eres tú. No te puedes aferrar a él.

No podía. Me rehusaba hacer aquello. No quería perder a Laín.

— No podemos hacer nada hija, perdón. — dijo mi padre mirándome con tristeza.

Ahora entendía, si yo quería a Laín siempre debí demostrárselo...cosa que no hice, el me cuidaba a su manera, me brindaba su cariño y yo no se lo correspondí.

Debía haber disfrutado con el cada momento, cada instante como si fuese el ultimo porque ahora lo era.

Quizá realmente Laín era la persona indicada para mí y lo perdí, por más que lo quisiera ya no podía hacer nada, el no me recordaba y su papá lo alejaría de mi vida.

Todas las palabras que Laín me decía estaban llenas de razón, me hubiese gustado poder abrir los ojos en aquellos momentos.

Una vez me lo dijo... << El día que me vaya me vas a extrañar, eso te lo puedo asegurar>>

Ese día había llegado, ahora era el momento...Era momento de dejarlo ir, era momento que fuera realmente feliz.

No podría tenerlo en mi vida pero siempre estaría presente en mi corazón. 

 



#11936 en Joven Adulto
#30403 en Otros
#4420 en Humor

En el texto hay: romance, romance drama humor

Editado: 28.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.