Narra Alonzo
Después de darme una ducha y ponerme un pantalón de pijama junto con una camiseta cómoda, salgo de mi habitación. Camino con tranquilidad por el pasillo hasta llegar al salón, donde me encuentro con mi hermana, que está ocupada colocando los platos y los cubiertos sobre la mesa.
Al acercarme, nos sentamos y comenzamos a cenar. Este momento estaba lleno de conversación y risas, pero de repente, recibo una notificación de Facebook. Intrigado, decido entrar a la aplicación y, al hacerlo, me encontro con una publicación de Mariam. En la foto, podía ver a Mariam junto a un chico que mostra una actitud muy cariñosa hacia ella. Al observar esa imagen, una oleada de celos me invade, y no pude evitar sentir un nudo en el estómago.
Bajo la atenta mirada de mi hermana, se inclina hacia mi móvil. Sus ojos se centran en la imagen de Mariam acompañada de un chico. Tras observarla durante un momento, levanta la vista hacia mí y dice, con un tono de voz tranquilo y reflexivo, que quizás solo se trate de un amigo o, incluso, de un primo.
—No te pongas celoso, hermanito —me aconseja
—. No te apresures a sacar conclusiones, porque tal vez las cosas no son lo que tú crees. A decir verdad, te comportas bastante parecido a nuestro padre.
Suspiro profundamente mientras una serie de dudas invade mi mente acerca de ese chico y sobre el beso que Mariam y yo compartimos. Para mí, ese momento fue verdaderamente especial; sin embargo, no estoy seguro si tiene el mismo significado para Mariam. No puedo evitar preguntarme qué siente ella al respecto.
Suspiro profundamente mientras continúo comiendo. En ese momento, mi hermanita recibe un mensaje y, al notar su expresión de miedo y preocupación, me preocupo y le pregunto qué sucede. Ella, con un gesto nervioso, simplemente me enseña el mensaje. Rápidamente, utilizo mi móvil para capturar el mensaje y enviárselo a nuestro hermano Deimon. Mientras tanto, trato de tranquilizar a Nora, quien parece algo inquieta. En ese preciso momento, recibo un mensaje de Deimon que me informa que, de inmediato, comenzará a investigar quién fue la persona que envió a Nora.
Deimom me comenta que desea hablar con Nora. En ese momento, le ofrezco mi teléfono móvil para que pueda comunicarse. Mientras ella comienza a conversar, decido terminar mi cena. Luego, me levanto para alejarme y así brindarle un poco de privacidad durante su charla.
Al entrar a la cocina, me ocupo de lavar mis cubiertos y mi plato. Una vez que he terminado con la limpieza, regreso al salón y me doy cuenta de que Nora está finalizando una conversación con nuestro hermano. En el momento en que ella me ve, me entrega mi teléfono móvil. Posteriormente, se levanta con su plato en la mano y se dirige hacia la cocina.
Empiezo a tener una conversación con él y, durante el diálogo, me menciona que planea estar en Barcelona este fin de semana. La razón de su visita es que desea pasar tiempo con nuestra hermana.
Durante nuestra conversación, me expresó su preocupación sobre dejar a Nora sola. Me enfatizó que no debería dejarla desatendida bajo ninguna circunstancia, ya que le preocupaba su bienestar.
Después de haber terminado nuestra conversación, que se prolongó durante varias horas, me despido de él. Luego, me dirijo a la habitación de mi hermana Nora con el propósito de verificar cómo se encuentra después de haber tenido esa charla con nuestro Deimom. Mi intención es asegurarme de que todo esté bien y de apoyarla en lo que necesite.
Al entrar a la habitación, me topo con la imagen de ella tumbada y profundamente dormida. Con delicadeza, me acerco y, con ternura, la cubro con la manta para que esté más abrigada. Luego, le doy un suave beso en la cabeza, deseándole sueños bonitos. Después de ese gesto, me retiro de la habitación, cerrando la puerta con calma tras de mí. Dirijo mis pasos hacia mi propia habitación, sintiendo una mezcla de tranquilidad y cariño.
Al entrar a mí habitación, lo primero que hago es cambiarme rápidamente a una ropa cómoda. Luego, me acuesto en la cama, donde aprovecho para enviar dos mensajes. En el primero le escribo a Matteo y en el segundo a Jorge, para informarles sobre la situación de Nora. Además, aprovecho para preguntarles si podrían venir a Barcelona, ya que Deimom tiene planeado visitarnos este fin de semana.
Continúo conversando con ellos, pero de repente recibo un mensaje de Mariam. A pesar de eso, sigo intercambiando mensajes con Matteo y Jorge hasta que finalizo la charla con ellos y me despido. Luego, comienzo a conversar con Mariam.
Durante nuestra conversación, me sentí muy a gusto, experimentando una mezcla de emociones que no puedo explicar del todo. Cuando le pregunté acerca de un chico que aparece en una foto en su Facebook, ella me respondió que se trataba de un buen amigo y que él es gay. Al escuchar esto, solté un profundo suspiro de alivio. Luego, ella me preguntó por qué había hecho esa pregunta, a lo que le respondí que había pensado que podía ser su novio y que eso me había provocado bastante celos. Ante mi respuesta, ella comenzó a reírse.
Justo ahora mismo continúo conversando con ella, pero de repente empieza a hablarme.
— Alonzo, ¿por qué has pensado que mi amigo es mi novio? Te prometo que el chico que realmente me gusta eres tú. Sin embargo, necesito sanar mi corazón antes de poder corresponderte como tú te lo mereces. Quiero amarte sin las ataduras de mi pasado.
Mientras escucho atentamente y comprendo cada palabra que dice, decido que es mejor esperar un poco más. Durante ese tiempo, continuamos nuestra conversación de manera animada, entre risas y coqueteos, disfrutando de la conexión que hemos establecido. Cuando finalmente llegamos al final de nuestra charla, me despido de ella con una sonrisa. Coloco el móvil en la mesita de noche y cierro los ojos, intentando relajarme. Después de un par de horas de descanso, comienzo a escuchar la voz de mi hermana. Al abrir los ojos, la encuentro delante de mí, con una expresión de miedo en su rostro. Me pregunta tímidamente si puede dormir conmigo, y en ese momento, siento la mezcla de preocupación y cariño hacia ella.
Ella me pregunta si puede dormir conmigo.
Editado: 11.03.2025