pido matrimonio a Mariam

Narra Alonzo

Ya han transcurrido tres años desde que nuestra princesa llegó a nuestras vidas, iluminando nuestro mundo con su sonrisa radiante y su inocencia que es nuestra responsabilidad proteger.
Espero que no le suceda nada malo y confío en que crezca un poco más para poder enseñarle técnicas de defensa personal, de manera que pueda protegerse a sí misma cuando sea necesario.
Mariam y yo hemos disfrutado de unos días en París sin la compañía de nuestra hija, ya que sentimos que necesitábamos un merecido descanso. Afortunadamente, mis padres han aceptaron con gusto la responsabilidad de cuidar a Laia durante nuestra ausencia, lo que nos han permitió relajarnos y aprovechar al máximo nuestra estancia en la ciudad.

En este momento, nos encontramos en un restaurante disfrutando de una comida. Mientras tanto, mi sobrina está siendo cuidada por la prima de mi cuñada, Rihanna, y se están divirtiendo mucho. Sin embargo, debo admitir que estoy un poco nervioso.

De repente, me arrodillo en el suelo y saco una pequeña caja de mi bolsillo. Cuando abro la caja, el ambiente se vuelve silencioso, todos los ojos están puestos en nosotros. Entonces, con el corazón latiendo con fuerza, le hago una pregunta muy importante: “¿Quieres pasar el resto de tu vida con este hombre que ha robado tu corazón desde el primer día en que nos conocimos?”

Sin dudarlo, ella me responde con un entusiasta “sí”. En ese instante, la beso con ternura. Luego, con cuidado, le coloco el anillo en el dedo, y comenzamos a besarnos de una forma tan romántica que parece sacada de una película, mientras de fondo suena una música que complementa el momento.

Nuestra hija, al vernos, se acerca corriendo con una sonrisa brillante en su rostro y, en un gesto espontáneo, la levanto en mis brazos. Hay una frase que dice que la felicidad es hermosa y auténtica, y que hay que cuidar de esa felicidad. En este momento, siento que esa frase cobra un significado especial para mí.

Después de que mi familia nos brinda sus más sinceras felicitaciones por nuestro compromiso, no puedo evitar fijarme en la expresión que asoma en el rostro de Mariam. Hay una mezcla de alegría y tristeza que me resulta evidente. Al acercarme y preguntarle qué le sucede, me confiesa con un susurro que siente una profunda nostalgia por sus padres, a quienes no ha visto en un tiempo. En ese momento, como si el destino quisiera ser parte de esta situación, aparecen de forma inesperada los padres de Mariam. Esta Aparición fue gracias a mi y a tomar la decisión de contactarlos para que se unan a nosotros en esta celebración. Sin embargo, debo admitir que no fue una tarea sencilla; me tomó considerable tiempo localizarlos, ya que son personas muy enigmáticas y difíciles de encontrar. Su naturaleza reservada ha hecho que sus rastros sean escasos, lo que complicó enormemente mi búsqueda. Pero, finalmente, logré dar con ellos.

No fue una tarea sencilla para mí, ya que no han querido ver a Mariam. Quizás tuvieron alguna pelea o discusión, aunque no estoy seguro de lo que ha ocurrido. Sin embargo, tengo una sensación extraña que me dice que la relación entre ellos y Mariam no va a ser muy positiva. He notado la manera en que ellos miran a mi hija y, sinceramente, eso no me gusta nada, especialmente viniendo de mis futuros suegros.

Mariam, al darse cuenta de que sus padres están observando la forma en que su hija se acerca a ellos, decide intervenir. Se acerca con confianza y les dice que la niña es su nieta. Sin embargo, puedo notar en las expresiones de sus padres que no se ven muy contentos con la noticia, aunque intentan disimularlo. Sus rostros muestran una mezcla de sorpresa y descontento que les resulta difícil ocultar.

Después de aquello, todos nos quedamos en silencio ante las expresiones de mis futuros suegros. La tensión era palpable en el aire y nadie sabía muy bien cómo reaccionar. Mis padres, intentando aliviar la situación, decidieron intervenir de manera amable, sugiriendo que se unieran a nosotros y compartieran un momento más cercano. Sin embargo, mis suegros, buscando una salida que pareciera razonable, encontraron una excusa un tanto convincente al anunciarnos que ya tenían otros planes y, por lo tanto, no podían quedarse.
Se despide de todos, pero su despedida con Mariam es especialmente breve y distante. Después de esto, se marcha del restaurante. Por mi parte, decido seguirlos para poder hablar con ellos y comprender qué está sucediendo. Al salir, logro alcanzarlos y les propongo que me den una explicación. Ante sus miradas, uno de ellos comienza a explicarme cada detalle de la situación. Sin embargo, sus explicaciones no logran dejarme tranquilo; sigo sintiendo que hay algo más que no me han contado.

Después de esa situación, ellos se alejan, dejándome en un estado de confusión por su comportamiento. Después regreso al restaurante, y al llegar, noto que el ambiente es diferente al que había experimentado antes. Sin embargo, no logro encontrar a Mariam por ningún lado. En ese momento, mi madre se acerca a mí y me comenta que ella está en el baño, ya que parecía un poco afectada.

Así que me dirijo al baño. Al entrar, observo a Mariam lavándose la cara. Me acerco a ella, y en ese instante, se quiebra entre mis abrazos, soltando un sollozo que me parte el corazón.

—Mis padres no me quieren, y se avergüenzan de mí —confiesa con la voz entrecortada

—. Cuando fui la novia de mi exnovio, parecían muy felices. Pero cuando les conté que él me pegaba, no me creyeron. He intentado hacer todo lo que ellos desean, pero hoy, al ver cómo miran a nuestra hija, siento que la ven como si fuera un bicho, como si no valiera nada.

La abrazo entre mis brazos y, con sinceridad en la voz suave, le dije:

—Amor, siento que tengo la responsabilidad de ha ber reunido a tus padres, para que estén aquí contigo en este momento tan especial que compartimos. Lamento mucho si esto ha causado alguna incomodidad.