1
― ¿Te hicieron daño? –Preguntó Sorath-
― ¿Dónde está el niño? ¿Está bien? -preguntó Mercy que acababa de llegar y no sabía casi nada sobre lo sucedido, demostró más humanidad de lo que aparentaba-
Cierto, Kentín… Pensó Sorath.
―Él está bien, pero los siervos de Dios me hicieron esto -Dijo Gabriel señalando una herida en el costado izquierdo, que al parecer no era tan grave- Y esto -Dijo, ahora señalando el brazo derecho-
Él estaba sangrando, la sangre le caía a borbotones por el brazo y de un momento a otro un inmenso charco de sangre se esparcía por el piso.
―Está herido –dijo Sorath señalando su brazo- ¡Que alguien lo ayude!
Desde luego él no podía hacer nada, estaba estupefacto.
2
―No, no lo haré, no pueden renunciar -dijo Leonardo hecho todo un energúmeno- No puede haber pasado eso. Mis acciones en la bolsa de valores eran una millonada, Cristian.
Cristian era su asistente personal y su suplente en caso de que tuviera que viajar, como justo en ese momento. Antes de eso fue el guía en Ahokigahara, después de ese viaje se volvió un buen amigo de Leonardo.
―Pero señor. Todo está perdido, no hay nada que podamos hacer, la empresa en la que invirtió se vio obligada a clausurar por culpa de la competencia -dijo Cristian justificándose-
―Tienes que darle el dinero suficiente como para que no vaya a su declive sino a su apogeo ¿entiendes de lo que hablo? Cristian -preguntó Leonardo en un tono más calmado después de meditar y dar como resultado esa respuesta a su pequeño problema empresarial. Después de todo tenía las mansiones, los establos, no vivía para nada mal- Haz las transacciones ahora mismo si es posible, adiós -y, colgó-
Entonces escuchó unos disparos y salió corriendo de la habitación hacia el pasillo con el revólver en la mano.
3
― ¿¡Qué pasa!? -Exclamó Leonardo justo cuando Sorath comenzaba a explicarle lo sucedido a Mercy-
―Los ángeles han intentado llevarse a Ken –Contestó Sorath algo pensativo-
― ¿El niño está bien?
―Estupefacto, igual que todos, pero fuera de eso, si, lo está.
―Llamen a Kate, ella sabe de primeros auxilios -ordenó Mercy- ve a recostarte -Gabriel obedeció-
Después de que Lissette encontrara a Kate volvieron a la habitación de Gabriel.
―Señor Mercy, ya estoy aquí -Dijo una chica...eh...gótica, creo que gótica es la palabra para describirla, cabello negro con extensiones verdes, pulseras con púas y una minifalda a juego con su cabello- ¿Necesita algo?
Gabriel se quedó mudo al verla.
―Por favor, atiende a Gabriel mientras nosotros discutimos lo sucedido -Dijo marchándose y todos lo siguieron-
Mercy quería encontrar la falla en su sistema de seguridad, quería saber cómo es que aquellos ángeles habían podido entrar a la habitación de Gabriel y lo más importante, ¿A qué tipo de amenaza se estaban enfrentando? ¿Tenían oportunidad de ganar? Había muchas preguntas que pasaban por su mente en ese momento, preguntas que jamás formularía verbalmente para sus invitados y amigos cercanos.
4
― ¿Eres linda y también enfermera? -preguntó Gabriel-
― ¿Estás herido y también eres ciego? -preguntó Kate en un tono amargo y cortante-