Capítulo 12: La casa blanca

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El vuelo llegó Washington en aproximadamente una hora y media, Sorath y Kiria tomaron un taxi hacia el pentágono. Sorath pensó en porque debía de pagar por ella también si no era necesario que viajara en taxi pero ella comenzó a quejarse hasta que él finalmente aceptó que subiera junto con él. Lo peor de todo fue que el taxista le puso un cargo extra por presenciar la discusión y esperarlos en lo que terminaban.

A Sorath le pareció una estafa pero ya estaba encima del taxi. 20 minutos de camino.

Sorath entró al pentágono y Carter lo estaba en la puerta.

―Lo están esperando en la sala cuatro, señor Dirk -Dijo Carter-

―Muy bien, recuerdo el camino, gracias –Contestó Sorath y posteriormente corrió rápido hacia la sala-

Y llegué después de unos cuatro minutos, se debe reconocer que se encontraba en una excelente condición física.

―Perdón por llegar tarde, señores. ¿Puedo entrar? –Preguntó al agitado-

― ¿Puede? señor Dirk -Preguntó el anciano de las mil preguntas que estaba sentado en la silla trece-

―Claro que puedo –Respondió mientras pasaba y tomaba su lugar en la sala-

―Llegas tarde -Susurró Leonardo que se encontraba junto a él-

―Había mucho tráfico –Contestó Dirk-

―Las calles están vacías.

―Entonces fue otra cosa, eso realmente no importa lo realmente importante es que estoy aquí.

―Muy bien, comienza la sesión justo en este momento -Dijo el anciano-

― ¿Qué tema vamos a discutir? –Preguntó Sorath- No estoy informado de nada. Acabo de llegar a la ciudad hace unos minutos.

― ¿Alguien puede darle una breve explicación al señor Dirk? -Preguntó el anciano-

―Esta sesión se ha programado para elegir a la persona o personas que representarán a la S.I.E.M.U. En La Casa Blanca -Respondió uno de los chicos, Sorath creía que era el de la silla diez-

―Gracias, número diez -Dijo el anciano- ¿Te ha quedado claro? Dirk.

―Sí, señor, tengo otra pregunta.

― ¿Cuál?

― ¿Quién me acompañará a La Casa Blanca?

―Nadie ha dicho que tú irás.

―Saben lo del final apocalíptico ¿cierto?

Sorath se reclinó un poco en su silla para estirarse.

―Evidentemente, todo el mundo está enterado de ello.

― ¿También sabe sobre los ángeles vengadores?

―No tengo idea de que es lo que está hablando, señor Dirk.

Después de una breve pero concisa explicación, toda la sala estaba enterada de lo sucedido los últimos meses.

―Y dada su posición, ¿quién cree que sea lo suficientemente capaz para acompañarlo?

―Creo que el señor Smith es fidedigno para esta operación.

―Cree, más no está seguro.

―Yo estoy seguro de ello -Dijo alguien desde la puerta-

― ¡No puede interrumpir una...! -El anciano se quedó mudo-

―Jajá cállate, William -Contestó el presidente de los Estados Unidos que, estaba parado junto a la puerta- Lo he escuchado todo y, creo que el señor Dirk está más que capacitado para venir y, si el señor Smith es de su confianza, también será aceptado.

―Claro que sí, señor Kiribati -Contestó William-

El señor Akira Kiribati es el presidente de los Estados Unidos, es una persona cuyo padre es chino y madre japonesa, llegó a ser presidente de los Estados Unidos tras descubrir que su contrincante había comprado la mayor parte de los votos a su favor. Cuando el señor Kiribati ganó las elecciones se fundó la ''Unión Asiática-Americana Bipotencial'' también llamada por sus siglas la ''U.A.A.B. ‘‘el señor Kiribati hizo al gobierno de los Estados Unidos de América parte (temporalmente) del continente Asiático.

―Es un... ¿holograma? –Preguntó Sorath tras notar una no tan buena calidad de audio en su voz-

―Sí, lo es, es lo último de la tecnología de LS Company -Contestó el señor Kiribati señalando a Leonardo-

― ¿Crisis? -Le preguntó Dirk a Leonardo-