No lo digas, alguien puede escuchar

El Comienzo Parte I

 


Un ruido estridente, el sol entrando por la ventana y el frío en el rostro.


 

- ¡Que día! - murmura acomodando el edredón.


 

- ¡Cariño! ¡Levántate! - vociferan de alguna parte.


 

- ¡Ah! - cierra los ojos con fuerza. Abren la puerta.


 

- ¡Alexa! ¡Recuerda quedaste en ayudar a tu padre ! - se cruza de brazos con el ceño fruncido - Mientras empiezas la Universidad, así que ¡Arriba! - corre las cortinas, retira el edredón.


 

- ¡Mamá! ¡Respeta mi privacidad! ¡No soy una niña! - gruñe, peinando su cabellera roja ondulada.


 

- ¡Oye muy bien Srta! - alza la voz. - Mientras vivas bajo este techo y tengas la edad mía, serás mi niña y cumplirás las reglas de esta casa - cierra la puerta, una vez examinado a su hija.


 

- Ash - chasquea la lengua.


 

...


 

- ¡Suerte cariño! - besa su frente.


 

- ¡Gracias! - sacude su mano en despedida.


 

De camino a la tienda de ropa, Alexa leía una novela referente Amor de Verano, tan absorta se encontraba que no, estaba atenta a las miradas de un joven curioso por los gestos que ella, emitía en cada línea. En su parada, presurosa guardo el libro, bajando del bus con su gélida expresión.


 

- ¡Pensé que no vendrías! - saluda su padre.


 

- De no ser por madre, seguro que así sería - sonríe desde la entrada.


 

- Vaya, vaya - carraspea escondiendo sin éxito la sonrisa - comencemos la inducción - se gira antes de reírse disimuladamente.


 

- Perfecto - retira su melena hacia atrás.


 

- Tu desempeño será "atención al cliente" - detiene ligeramente su andar - saludar cordialmente, guiar en la tienda, podrás dar sugerencias, llevarás al vestier, acompañaras hasta la caja y listo - sonríe - guardas tus cosas en el casillero, podrás salir en tu hora de almuerzo - se queda en silencio.


 

- Creo que sobreviviré - comenta exageradamente, aunque ama la atención al cliente - dejaré un testamento, pagarás los honorarios del abogado - resalta muy segura.


 

- ¡Déjate de palabrerías! - frunce el ceño - ¡A trabajar! - se marcha.


 


 

Poco después ella empieza su labor.


 

- ¡Bienvenidos a Vive en Alto donde hallarás calidad y mucho más!… - sonriente cuál participante en certamen de belleza a punto de ser coronada.


 

- ¡Oh! ¿Eres pelirroja natural o artificial? - inquiere una joven altanera.


 

- Vaya a este estilista - tan acostumbrada a esos comentarios, estira una tarjeta que la joven mira altiva y curiosa.


 

- ¡Está en blanco! - sus ojos se iban a salir, Alexa la deja hablando sola - ¿A caso no sabes quién soy? - arremete furiosa en voz alta - ¿Cómo has de saberlo? Solo eres una pobretona que se gana, un par de monedas por ensuciar el suelo - aún así Alexa no presto atención - por si fuera poco, no entiendes lo que digo mugrienta, analfabeta, irrespetuosa, escoria, sin olvidar pelirroja artificial - su rostro estaba rojo.


 

- ¡Hey! ¿No dirás nada? - susurra una joven vendedora discretamente.


 

- ¿Y por qué debería? No hay nadie además de las personas que estoy atendiendo - se expresa desconcertada.


 

Se queda sin palabras, continuando su labor - Eres tan diferente a tus padres - dice para sí.
 




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