Ya no aguantaba más ese dolor de opresión en el pecho, que terminé despertándome abrupatadamente, todo sudoroso y con la respiración agitada.
Traté de tranquilizarme cerrando los ojos comenzando inhalar y exhalar, al poco rato ya me encontraba levantándome de mi cama y dirigiéndome al baño en dónde se encontraba mi uniforme( lo llamo así por la costumbre) para la universidad que consiste en ropas dos tallas más grande de lo que debería.
Me aseé, me vestí, luego salí del baño para bajar a la primera planta de mi casa encontrando a mi madre en la mesa de la cocina con el desayuno ya todo preparado sobre la misma.
Me acerque a mi madre y le plante un beso en su mejilla.
-Buenas días, Mai~ - La saludé. Ella me respondió de forma cariñosa como todas las mañanas:
-Buenas días, mi amor, ¿Cómo amaneciste?, Ven, siéntate y desayuna para que luego no se te haga tarde. -Palmeo con su mano la mesa en dónde sería mi lugar.
-Bien, gracias, ¿Y tú?, ¿Cómo amaneciste? Espero que no hayas madrugado solo para hacer el desayuno, debes descansar bien. - Le reproché tomando aciento.
-Oh, no te preocupes, cariño. - Evitó responder y para cambiar de tema dijo: - ¿Quieres ver las noticias? - De nuevo esa opresión en mi pecho, que me evitó responderle a mi madre, para disimular solo dije "si" con un hilo de voz que mi madre no notó por estar pensando en otra cosa.
Al encender la televisión mostró un canal de dibujos animados, cambió de canal dando a un ase deportes y así hasta dar con el canal de las noticias.
Todo iba normal con las noticias hasta que mencionaron la palabra "leyenda" que hizo que mi piel se erizará, mi pecho oprima y mi corazón se agite.
-..." Aún no sabemos mucho del caso, ya mandamos a varias personas para que investiguen sobre esta leyenda, según nuestro informante anónimo, se trata de un caso de hombres lobo, sinceramente, no me la creí cuando llegó el informe, pero hubo cosas que nos sorprendieron y concuerdan, coinciden, por eso, nos tomamos la molestia de investigar, pero...- Inmediatamente pensé en Willy.
Él me había hablado algo sobre una leyenda de hombres lobo, tal vez el sea el informante anónimo.
¡Que ridículo! ¿Hombres lobo? ¡Puaj! Esas cosas no existen, solo son bromas creadas para entretener a la gente de tan aburrida que es la vida, ahora mismo quisiera extrangulara aquel que inventó a esos hombre lobo, puras patrañas.
-¿Hombres lobo?- Preguntó mi madre con una ceja alzada. Rio con gracia para luego decir:- Me corto un dedo antes de que existan esos cuentos para niños. -¡Eso mismo!
Sonreí para luego ponerme de pie.
-Ya termine, gracias Mami, estuvo delicioso, ahora debo irme, duerme un poco antes de ir al trabajo. - Me acerqué a ella para dejarle otro beso. Ella me respondió de la misma forma.
-Bien, cuidate, adiós. - Se dió la vuelta para ir a otro lugar.
-Adios. - Salí de la cocina para atravesar la sala de estar y salir por la puerta de enfrente.
Sin duda, hablaré con ese Willy.
~Primer capítulo, espero lo hayan disfrutado, si hubo algún error, avísenme para poder corregirlo, gracias, bye~