1. Yo Te Cuidaré.

—¿Morell? —Chad se sentía confundido y a la vez feliz de verla. 

—Si, cariño, soy yo, dame un segundo —dijo mientras lo liberaba de sus ataduras. 

 Chad trató de ponerse de pie, pero por las torturas era obvio que no podría hacerlo rápidamente, sin embargo, eso no le impidió lanzarse a los brazos de ella como un niño en busca de afecto y con una sed insaciable de besos.... 

—Reina de corazones, los equipos de rescate vienen hacia este sitio, la ambulancia está con ellos —informó uno de los policías que venía con ellos. 

—Gracias, nos iremos de inmediato —Chad trató de retenerla, y aunque no tuvo éxito ella sí lo notó— Chad mírame un segundo, por favor —él obedeció, ella pudo ver que estaba angustiado por tener que separarse de ella de nuevo— debo irme, pero necesito que te quedes aquí un momento más, los equipos de rescate llegarán y te llevarán al hospital, te veré ahí y me quedaré contigo todo el tiempo que sea necesario ¿quedó claro? —Chad asintió débilmente— bien, recuerda que te amo, cariño. 

 Morell salió por la puerta trasera junto a Irina, As, Red King, tomaron algunos atajos por el bosque hasta que llegaron con el equipo de extracción que los llevó a un sitio seguro donde Korina sólo tuvo que esperar la llamada con la dirección del lugar donde habían internado a Chad. 

—Estoy aquí —le susurró al oído cuando estuvo cerca de él— yo me encargaré de todo. 

—Debo saber ¿quién es usted y cuál es su parentesco con el paciente? —dijo el doctor mientras que la enfermera se preparaba para escribir.

—Mi nombre es Morell Smith y soy la prometida del señor Davies —informó ella mientras sostenía la mano de él— no tiene padres ó hermanos, por lo menos, no que yo sepa.

—Bien, de momento solo esta dormido, sólo tiene dos costillas fracturadas, y algunas heridas bastante profundas, pero que afortunadamente no causaron demasiados daños —anunció el doctor mientras observaba el expediente médico de Chad— hay evidencia de tortura física prolongada, es un hombre muy fuerte. 

—Ese es mi chico —susurró mientras acariciaba el cabello de él con delicadeza— doctor ¿podemos trasladarlo de regreso a nuestro país o lo considera peligroso?.

—De momento me gustaría tenerlo en observación un poco más, si pudiera esperar unas cuarenta y ocho horas sería mejor, así podremos tenerlo en mejores condiciones para enviarlo de vuelta —explicó el doctor con serenidad para que ella no se alterara (como había pasado en otras ocasiones).

—Entiendo, entonces haga lo que tenga que hacer tranquilamente, confío en sus conocimientos, sólo asegúrese de mantenerlo cómodo ya que como notará es un chico bastante grande, pero es tan mimado como un niño pequeño —dijo ella casi susurrando para el doctor quien entendió el punto de ella.

—¿Intentas destruir mi reputación? —preguntó mientras abría los ojos poco a poco.

—¿No te consiento lo suficiente? —preguntó ella mientras acercaba para acariciarlo, pero se detuvo ante su mirada seria de él— entonces ya no te consentiré más —intentó alejarse de él pero Chad atrapó la mano de ella.

—No —Morell lo miró fijamente y levantó una ceja como diciendo "no, qué"— quédate a cuidarme, por favor.

—Creo que te consiento demasiado —respondió luego de una largo suspiro.

—Necesitaremos hacerle algunos exámenes más para cuidar que todo esté bien antes de enviarlo de regreso.

—Está bien, tómese su tiempo doctor —dijo ella con una sonrisa en el rostro y luego de despedirse el doctor salió de la habitación.

 Hubo un silencio en la habitación, habían demasiadas cosas que explicar y Morell no sabía por donde iniciar así que solo se quedó en silencio a la espera de que él hiciera la primera pregunta, sin embargo, pasaban los minutos y esto no ocurría, así que ella volteó para mirarlo, Chad parecía estar furioso, su mirada lo delató y de pronto....

—¿Por qué tienes que sonreirle al doctor? —Morell se mordió la lengua para no estallar en risas que seguro lo iban a poner de peor humor.

—¿Tú..... de verdad... sólo vas a preguntar eso? —parecía incrédula ante la situación— ¿seguro?.

—No quiero que le sonrías a ese doctor de nuevo —ella simplemente parecía no poder creerlo y eso era poco para decir.

—¿Estás celoso? —Morell lanzó una sonrisa traviesa.

—Para nada, es que no quiero que el doctor se haga la idea equivocada —su entrecejo estaba fruncido con firmeza.

—Te aseguro que no tiene ninguna oportunidad, además de que tiene la edad de mi abuelo; a su edad piensan más en las cosas que harán luego de que aprueben su jubilación que en conseguir mujeres.

—¿Segura? —hasta a él le parecía ridículo estar celoso de aquel anciano.

—Claro que estoy segura, nunca te cambiaría por un simple mortal a punto de morir —él parecía no entender demasiado bien el hecho de que no cualquier persona podía compararse con alguien de su calibre.

—Espero de verdad que eso sea así —ella sintió ganas de abrazarlo, pero recordó las palabras "costillas fracturadas" que habían salido de la boca del doctor y se detuvo— ¿por qué te detienes? ¡Abrázame!.

—Pero tus costillas.....

—No es la primera vez que están fracturadas —aclaró con seriedad en la cara y ella sonrió— apresúrate y abrázame.

—Y luego dices que no eres mimado —pensó mientras abría los brazos para abrazarlo— estaba asustada Chad, tenía miedo de no llegar a tiempo para sacarte de ese lugar.

—Está bien, lo importante es que me encontraste, pero lo que hiciste fue muy arriesgado y no creas que no noté que no tenías chaleco antibalas además de que estabas casi desnuda por cierto, sin embargo, no sabes cómo me alegra que no salieras herida —Chad trataba con todas sus fuerzas de aferrarse a ella a pesar del dolor agudo y punzante que esta acción le generaba.