No Me Comprarás

IV. Una Fiesta Para Seis.

 La mansión tenía todo el estilo de Dubai, era de dos plantas, pero la envergadura era casi imposible de calcular ya que era demasiado grande a la vista, tenía un amplio estacionamiento, una fuente que medía alrededor de cinco metros en toda la circunferencia, estaba adornada con plantas acuáticas y luces que hacía que las cascadas naturales que tenía en el interior se vieran de lo más delicadas. Tenía un campo de golf, una cancha de tenis, una piscina olímpica adornada de la mejor manera posible; eran pocos los argumentos para describir la mansión de Chad y él lo notó.

 

—¿Te gusta? —preguntó aunque estaba seguro de cuál sería la respuesta de ella.

 

—¿Está bromeando? ¡Es genial! —Morell no pudo contener su expresión de asombro, debido a la casi bancarrota que su empresa experimentó, había tenido que vender muchas de sus propiedades y muchos de los autos que tenía, en parte había olvidado lo mucho que le gustaban las cosas lujosas— Tienes muy buen gusto para la decoración.

 

—Todo fue obra de los diseñadores y el arquitecto, no te emociones —bromeó William y ella se rió por un breve tiempo.

 

 Los amigos de Morell no estuvieron menos sorprendidos que ella, cosa que aumentaba en cierta manera el ego del propietario, quien no paraba de mostrarle las cosas maravillosas de su humilde hogar, decidieron que se quedarían en el bar de la mansión para seguir con la fiesta y todo parecía ir de maravilla.

 

—Esta noche tendré a Morell —le dijo Chad a William, él sabía que era presuntuoso de su parte, pero en parte estaba seguro de haber encontrado el "precio" de ella.

 

—Ten cuidado con lo que dices, ella no es como las mujeres que acostumbras tener, te lo he dicho desde el inicio —advirtió mientras le servía otro trago a su amigo.

 

—No lo creo, ella también tiene un precio y estoy seguro de que no podrá resistirse —su sonrisa fue capaz de sacar de sus casillas a William quien optó por retirarse.

 

—Debo encargarme de la "encomienda" del club —su rostro serio se hizo presente sin ningún tipo de disimulo, caminó hacia Morell quien estaba bailando con Kelly y Jhon— señorita Smith —sacó una tarjetilla de presentación y se la entregó— si me necesita, por favor llámame, no importa la hora.

 

—Muchas gracias, William, lo tendré presente —ella respondió para luego guardar la tarjetilla en su bolsa de mano— que tengas una buena noche.

 

—Igualmente para usted, diviértase con sus amigos —se retiró del lugar aún con su expresión seria.

 

 Las horas de la madrugada pasaban lentamente y al final todos (por ofrecimiento de Chad) se quedaron a dormir en las habitaciones de invitados, Morell fue llevada a su habitación; estaba cansada, pero se sentía muy feliz de que todo saliera bien al final. Se dió una ducha y se puso el pijama que le proporcionaron; no era nada fuera de lo común, lo extraño fue que al terminar su aseo y salir del baño para acostarse, encontró a Chad acostado en la cama.

 

—¿Qué se supone que haces aquí? —no podía negarlo, por alguna razón sentía mucho miedo.

 

—Quiero dormir contigo esta noche —soltó sin más, cosa que ofendió y sorprendió a la chica.

 

—Lo siento, estoy cansada hoy, quizás la próxima vez —le dijo manteniéndose de pie frente a la cama.

 

—No lo creo, ven a la cama y juguemos un rato —Morell entornó los ojos y le dió la espalda para salir de la habitación— ¡Oye! No te vayas, te compraré una mansión igual o mejor que esta si pasas la noche conmigo.

 

—¿Acaso crees que puedes comprarme? —Morell se dió la vuelta para mirarlo, aquel comentario le había dolido— debí suponerlo, no eres más que un cerdo con dinero.

 

—¿No quieres una mansión? Entonces dime qué es lo que quieres —se levantó y se paró frente a ella para mirarla fijamente— y lo conseguiré para tí sea lo que sea.

 

—¿Crees que soy como las demás mujeres con las que te acuestas? Me desilusiona saber que tipo de mujer crees que soy —puso la mano sobre la manija para salir, pero él la detuvo.

 

—Morell, por favor, no te compliques demasiado, todas las mujeres tienen un pre.......

 

—No me dejes ver tu rostro nuevamente —dijo con rabia luego de darle una fuerte bofetada que dejó a Chad sorprendido y molesto.

 

—¿Quién te crees para golpearme? — Chad estaba listo para discutir, pero se detuvo al ver que ella recogía sus cosas apresuradamente.

 

—¿Quién soy? —lo miró con desprecio mientras tomaba su celular— Soy una mujer que sabe darse su lugar..... no me comprarás; de eso puedes estar seguro y en caso de que te lo preguntes, una noche conmigo no podrás pagarla ni con todo el dinero de tus cuentas bancarias.

 

—¿A dónde crees que vas? —preguntó al ver que ella abría la puerta para salir.

 

—¿Yo? Me iré de aquí, soy alérgica a la basura de tu tipo —cerró la puerta y se alejó sin dirección fija.

 

 Morell se metió en lo que parecía ser uno de los baños de la casa para cambiarse de ropa y volver a ponerse su ropa, sus zapatos los llevaba en la mano para poder salir sin hacer ruido; a lo lejos conseguía oír a Chad buscándola por todos lados, en aquel momento recordó que tenía la tarjeta de William, si lo llamaba para pedirle ayuda no sabía cómo resultarían las cosas, al final no le importó y lo llamó......

 

—¿Hola? —la voz de William parecía muy serena, como si estuviera esperando la llamada.

 

—William, soy Morell —escuchó al hombre anunciar que se retiraría por un momento—, necesito ayuda.

 

—Claro, dime que necesitas —parecía sospechar la respuesta y estar familiarizado con las situaciones desesperadas.

 

—Es que Chad dijo que quería dormir conmigo y yo me negué........

 

—¿Te hizo algo? —William sabía que Chad no era capaz de abusar de una mujer, pero era capaz de otras cosas que quizás podrían asustarla.



#13126 en Otros
#2058 en Acción

En el texto hay: peligro, independencia, mafia atraccion

Editado: 18.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.