—Sólo hay una cama y una habitación, mi habitación de huéspedes la convertí en un almacén —explicó con elocuencia y Morell se alejó un poco— por eso no puedo usarla; pero puedes estar tranquila, no te haré nada, mi prioridad es que descanses tanto como puedas.
—No lo sé, no creo que me sienta cómoda —no sabía si creerle o no, aunque ella simplemente no quería resistirse demasiado.
—No te preocupes, juro que no haremos nada —su mirada cargada de seriedad terminó por convencerla así que simplemente entró a la cama junto a él.
Chad acarició el cabello de ella hasta que se quedó completamente dormida, luego de eso puso una almohada pequeña en uno de los cajones de la cómoda que estaba cerca de la cama y puso a Snow ahí para que durmiera, revisó que todo estuviese cerrado con llave y que el gas estuviese cerrado también, se aseguró que sus armas estuviesen en los sitios de siempre y que estuviesen preparadas en caso de que algo inesperado ocurriera; regresó a la cama luego de terminar su labor. Morell sólo se movió un poco pero se mantuvo dormida, el hombre se quedó a un lado de la cama, no quería que ella despertara y lo encontrara demasiado cerca de ella.
Eran casi las tres de la mañana cuando Morell comenzó a moverse de manera constante, cosa que despertó a su acompañante; supo de inmediato que estaba teniendo una pesadilla así que tomó su mano y estuvo dándole palmaditas, pero ella no despertaba.
—Basta......... duele mucho —un par de lágrimas rodaron por sus mejillas y Chad tuvo que sacudirla.
Morell se despertó y lanzó un fuerte grito, su acompañante se alejó un poco para no asustarla más, luego de unos segundos, la chica se puso en posición fetal mientras lloraba, Chad se acercó y puso la mano en su hombro derecho para llamar su atención.
—Todo fue un sueño....... ya pasó —Chad extendió los brazos y ella simplemente se quedó muy quieta para dejarse abrazar por él— todo está bien, vuelve a dormir.
—Soñé con el secuestro de nuevo —dijo ella con la voz temblorosa.
—Lo sé, debió ser aterrador para tí, pero ya estás bien, estarás segura —acarició el cabello de ella con suavidad mientras trataba de contener la ira que el tema del secuestro le generaba.
—No quiero dormir, no quiero revivir esa experiencia —lo miró a los ojos, estaba asustada, podía verlo, estaba temblando y eso sólo confirmaba lo que se reflejaba en sus ojos.
—Debes dormir, no soñarás con eso —le dió un beso en la frente, hizo que se acostara con la cabeza apoyada en su pecho— te lo prometo.
—Chad, no quiero dormir, ese sueño se sintió muy real —dijo acostada a su lado.
—Todo estará bien, sólo cierra los ojos, yo te cuidaré —Chad se sintió como el hombre más cursi del mundo y en parte no podía creer lo que estaba diciendo, pero aquello pareció calmar a Morell así que en su mente valió la pena.
—Gracias —cerró los ojos y poco a poco se quedó dormida de nuevo.
Chad estuvo quieto hasta asegurarse de que ella estuviese completamente dormida, fue a la cocina por un poco de agua, llamó a William un par de veces hasta que este contestó.
—¿No entiendes el significado de sueño ajeno, verdad? —no estaba feliz de recibir aquella llamada, eso era mucho más que obvio.
—¿Qué ocurrió con la encomienda del club? —William lanzó un largo suspiro.
—Creí que te habías olvidado de eso, está enterrado en el lugar de siempre —se levantó de la cama y caminaba arrastrando los pies pesadamente, probablemente buscando alguna cosa— te llevaré la información mañana a primera hora a tu casa, espero que estés despierto.
—No estoy en casa; estoy en el departamento del centro y trae desayuno para dos personas —ordenó mientras volvía a la habitación en silencio.
—¿La señorita Smith? ¿lo lograste? Eres......
—No, no hicimos nada de lo que te estás imaginando; luego te explicaré la situación, colgaré, vuelve a la cama —Chad dejó su teléfono en la mesa del comedor y regresó a la cama.
Morell entreabrió los ojos y se rodó hasta él y a Chad no le molestó en lo más mínimo recibirla en sus brazos, se quedaron dormidos profundamente hasta que los golpes en la puerta despertaron a Chad, le dió un beso en la mejilla a la chica y la dejó bien arropada para que siguiera durmiendo, cerró las ventanas para que la luz no la despertara.
—Buen día, jefe —dijo William al entrar al sitio, miró a todos lados— ¿dónde está ella?.
—Aún está durmiendo —cerró la puerta luego de que su amigo pasara— así que no hagas demasiado ruido.
—Ya veo........ entonces..... ¿nada de nada? —William puso el desayuno en la mesa y le entregó una memoria USB y una carpeta llena de papeles.
—No por falta de ganas; lo que ocurrió es que ella ha sido muy irresponsable con su cuidado personal y tuve que intervenir —explicó Chad mientras empezaba a comer la comida traída por William— pasó casi cuatro noches seguidas sin dormir, sólo trabajando, su asistente me llamó anoche porque se rehusaba a irse a casa a descansar.
—¿Cuatro noches? —William parecía sorprendido luego de escuchar aquello— ella sí que es ruda.
—Eso no es ser rudo, eso es ser irresponsable y muy tonto —tomó un poco de agua mientras que William preparaba el café.
—No te enfades, ella está trabajando duro para salvar a su empresa de la quiebra.......
—¿De qué le servirá salvarla si muere o se enferma en el intento? —Chad negó con la cabeza, ella ya era una mujer grande e importante, no necesitaba sobrecargarse de esa manera.
—Tienes razón, fue imprudente de su parte hacer eso —argumentó el otro mientras servía el café para su amigo con una sonrisa en el rostro.
Revisaron juntos la información obtenida por los torturadores, el hombre se llamaba Terence, era nativo de Estados Unidos y tenía en Reino Unido alrededor de siete años, su apodo era "el manicurista" por su anormal fijación con las uñas, en especial con las de las mujeres, su jefe había ordenado el secuestro de Morell y la posterior muerte de ella una vez obtenido el dinero del rescate, él fue el único sobreviviente de los ataques del agente encubierto que la salvó, también dijo que su jefe aún estaba detrás de Morell, por lo que la mandó a seguir con muchas personas, pero al ver que estaba saliendo con Chad el número se redujo; la noche en la discoteca había sido también ordenado por su jefe, la idea era asustarla lo suficiente como para que saliera corriendo del lugar y ahí secuestrarla por segunda vez, además de muchas otras cosas que Terence dijo luego de algunos minutos de tortura.