No Me Comprarás

IX. Desnudos.

  Morell estaba esperando a que trajeran su almuerzo, pero esto no ocurría, si se demoraba más era probable que se retrasaran las próximas reuniones; era muy obvio que ninguna reunión era más importante que su almuerzo y al ser la jefa todos tenían que esperar por ella.

 

—Irina, ya estoy en la recepción —avisó la voz de Chad al otro lado de la línea— necesito que saques a Morell de su oficina por los próximos cinco minutos.

 

—Si, jefe —Chad comenzó a reírse— ya lo hago.

 

—Que no escuche tu jefa que me llamas jefe —Irina se unió a las risas de él.

 

—Morell, ocurrió algo en la sala de juntas —sus dotes artísticos convencieron a la crédula chica— te necesitamos, parece que se extravió un material importante para la próxima junta de inversores.

 

—¡¿Se perdió qué cosa?! —la chica se levantó y salió casi corriendo en dirección a la sala de conferencias.

 

—Todo listo, señor Davies —él había permanecido en la línea todo el tiempo.

 

—Eres bastante rápida y eficiente ¿no te interesará trabajar para mí? —bromeó Chad mientras escuchaba a William quejarse a lo lejos.

 

—Gracias, pero mi jefa me paga bien —Irina siguió de lejos a Morell para asegurarse de que no regresara antes de tiempo— colgaré.

 

 Chad llegó directamente a la oficina donde con ayuda de William armaron la mesa mejor que en cualquier restaurante, con manteles, copas y algunas velas aromáticas esparcidas por los rincones, la comida era deliciosa, su amigo se retiró y Chad solo se sentó en el sofá de la oficina para esperarla, estaba feliz de ver que ella había conservado la rosa y la había puesto en su escritorio, le envió un mensaje a Irina para que dejase volver a Morell y así lo hizo......

 

—¿Cómo pudiste cambiar los papeles de sitio? —Morell regañaba a Irina y ella sólo se disculpaba entre risas— ¡Casi me da un infarto por tu culpa!........ ¡Oh! —se detuvo en seco al ver la figura de Chad sentada en su sofá— Creo que ya entiendo lo que pasó —miró a su amiga y esta le guiño el ojo antes de irse corriendo— ¿así que compraste a mis empleados?.

 

—Para nada, es solo que le agrado a tu amiga —respondió con una sonrisa mientras colocaba sobre la mesa el folleto de la empresa que estaba leyendo— y me ayudó amablemente; es una coincidencia que resultara ser tu secretaria; creo que la suerte está de mi lado.

 

—Que descarado eres —dijo entre risas mientras se sentaba frente a él.

 

—Eres la primera persona que me lo dice —sirvió el vino con una precisión casi milimétrica que dejó a la chica sorprendida— pero si te resulta incómodo, puedo intentar dejar de serlo.

 

—¿Qué es lo que busca, señor Davies? por favor sea directo —interrogó ella mientras comenzaba a comer con tranquilidad para disimular que estaba a punto de vomitar su corazón.

 

—Señorita Smith, le seré sincero, usted me gusta —Morell luchó por no atragantarse después de escuchar aquellas palabras y su corazón estaba por salirse de su pecho— y entiendo que teme a lo que me dedico por motivos personales, pero usted es testigo de que no sería capaz de ponerla en peligro o hacerle daño; primero quisiera pedirle disculpas por no haberle indicado mi profesión desde el inicio y haber dejado que se enterara de esa manera, lo segundo es que quería decirle lo mucho que la extrañé todo este tiempo; sepa que en mi cabeza no circulaba nada más que no fuera usted, tercero y último vine a hacerle saber sobre mis intenciones de cortejarla formalmente.

 

—Muy bien, gracias por su sinceridad, sin embargo, el tercer asunto es muy complicado.......

 

—Señorita Smith, conozco todo lo que debería conocer acerca de usted y ahora usted sabe todo lo que debe saber sobre mí, estamos desnudos uno frente al otro; creo que nos merecemos intentarlo una vez más...... sin máscaras, sin apariencias....... solo nosotros dos, sin miedos.

 

—Desnudos —Morell miró a Chad como si de verdad estuviese imaginando una relación así.

 

—Así es, desnudos..... sin nada que esconder del otro —Chad hablaba seriamente y mirándola directamente a los ojos.

 

—Por lo que entiendo ahora usted se mostrará tal y como es —Chad asintió mientras frotaba nerviosamente sus manos, esta respuesta era increíblemente importante para él.

 

—Así es, desde ahora le mostraré cómo es que soy en verdad, de esa manera usted confirmará por sí misma si desea estar conmigo —el corazón de ella gritaba ¡si!, pero su cabeza no estaba del todo convencida de aquella respuesta.

 

—Si ese es el caso tendré que pensarlo un poco —la mirada de Chad se cargó de dolor— ¿qué le parece si lo invito a cenar?.

 

—Sería un honor para mí —el corazón de él se aceleró y para disimularlo comenzó a comer con una gran sonrisa en el alma.

 

 Morell lo miró con detenimiento por un momento, él siempre trató de hacerla sentir segura, a su manera, siempre trató de protegerla, además de que literalmente había salvado a su compañía de la quiebra, eso sin mencionar que la había salvado de ser secuestrada por segunda vez, que había colaborado con la contratación y sustento de nuevos empleados que fueron claves para llevara cabo el proyecto con éxito; él había sido un caballero la mayor parte del tiempo y eso era algo que ella sabía apreciar.

 

 Luego del almuerzo Chad se retiró para dejarla continuar con su trabajo, sin embargo, para Morell fue casi imposible concentrarse en su trabajo, las reuniones siguientes fueron atendidas en piloto automático, se fue a casa temprano y le dijo a Chad que pasara a recogerla.

 

 Puntual como un reloj, Chad llegó a recogerla, fueron al hotel donde se conocieron y cenaron ahí, naturalmente Chad se negó a dejarla pagar aunque quien estaba invitando era ella.......



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En el texto hay: peligro, independencia, mafia atraccion

Editado: 18.07.2021

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