No Me Comprarás

XIII. Insignificante.

—En que es un chico muy agradable —su mirada delató que no era solo eso.

 

 Chad regresó a la habitación de Morell y la encontró mirando a todos lados, parecía estar buscándolo, estaba recién levantada y parecía algo incómoda, cuando sus ojos se encontraron ella extendió los brazos y como si fuera un ritual de protección él corrió a sus brazos y la llenó de besos en todo el rostro. El desayuno fue entregado y posteriormente él la alimentó hasta que ella comió todo lo que le habían traído, la enfermera Sarah entró para llevarse la bandeja de con los platos y aprovechó para darle una mirada pícara que fue ignorada por Chad, pero no por Morell.

 

—¿No tienes trabajo qué hacer? —preguntó Morell mientras la fulminaba con la mirada.

 

—Si, pero no puedo dejarte sola, así que le dije a William que se encargue de todo —Chad pensó que la pregunta iba dirigida hacia él— así que estaré aquí por algún tiempo, le pedí al director de la clínica que me preparase una habitación de descanso, para asearme y descansar.

 

—¿Te quedarás aquí todo el tiempo? —Morell no pudo ocultar la felicidad que le generaba eso, ya no tendría miedo de que alguien intentase hacerle daño durante su estancia en el hospital (ella ignoraba el hecho de que Charles y su clan habían sido eliminados).

 

—Si, me quedaré para cuidarte todo el tiempo —le dió algunos besos en las mejillas y ella comenzó a reírse por lo bajo.

 

—Eso hace cosquillas —dijo Morell entre risas y él se detuvo luego de unos minutos con una gran sonrisa.

 

 Chad se quedó tal y como lo prometió para cuidarla, William iba constantemente para llevarle ropa limpia y llevarse la sucia, comía en un sitio cercano a la clínica e iba al gimnasio también cerca de la clínica, Morell era cada vez consentida por él, y Sarah hacía todo lo posible para acercarse a él a pesar de las advertencias de la jefa de enfermeras, un día "coincidieron" en el centro donde él se ejercitaba, fueron por un café que él (como de costumbre) pagó. Muchos otros encuentros casuales despertaron algunos rumores sobre ellos que llegaron a los oídos de Morell; no sabía quién era la mujer a la que se referían por lo que terminó por no prestarle atención.

 

—Chad ¿quién es Sarah? He escuchado que te han visto seguido con ella —Chad la miró con una ceja levantada.

 

—¿Sarah? No lo sé —él conocía a la mujer de cara, pero no por su nombre ya que había olvidado su nombre— ¿por qué lo preguntas?.

 

—Es que escuché que hay algo raro entre tu y una enfermera llamada Sarah y sentí curiosidad —Morell no era una mujer demasiado celosa, pero debía reconocer que escuchar rumores era algo molesto para ella.

 

—¿Una enfermera? —Chad pensó un poco hasta que al fin recordó a la mujer en cuestión— ¡Ah! Creo que ya lo recuerdo; hay una chica con la que he coincidido un par de veces fuera de la clínica, sabía que era enfermera en este sitio porque me ha pedido que firme algunas cosas sobre tu estadía aquí, pero no sabía que se llamaba Sarah.....

 

—¿Y qué tanto han hecho? Porque por la magnitud de las habladurías es casi como si estuviesen por casarse —Chad dió unas cuantas carcajadas bastante sonoras.

 

—Una vez pagué su almuerzo porque dijo que había olvidado su cartera, creí que por su salario no tendría suficiente dinero para su almuerzo así que decidí ayudarla, en otra ocasión coincidimos fuera del sitio donde hago ejercicio y me siguió hasta que le compré un café..... Fuera de eso no recuerdo haberla visto antes ó después además de las veces de que ha pedido mi firma para una que otra cosa —Chad parecía divertirle la situación, por lo que ella supo que no era nada serio, de hecho parecía insignificante dada la reacción de él.

 

—Entiendo.......

 

—Ella no puede compararse contigo, de eso puedes estar segura —Morell negó con la cabeza mientras se reía; ella era vanidosa, sabía que no habían demasiadas personas que pudiesen compararse con ella.

 

—Ya cierra la boca —dijo entre risas mientras que su rostro se ponía rojo.

 

—Cuando salgas de aquí me aseguraré de cerrarle la boca a los habladores —dijo Chad mientras se recostaba en el regazo de ella.

 

 El resto de los días fueron iguales a los anteriores y Sarah por su parte parecía muy segura de sí misma y de sus habilidades de seducción, Chad seguía siendo amable con todos los que estaban a su alrededor, caballero con las mujeres y amigable con los hombres, sin embargo, los rumores siguieron hasta que el día en el que le dieron de alta a Morell.

 

—Aquí está tu ropa, nos irémos en lo que termines de arreglarte —dijo William mientras le entregaba la ropa y una caja con zapatos y otra con maquillaje.

 

—Gracias, seré rápida —Morell abrió la caja del vestido y sus ojos brillaron— ¡esto no puede ser real!.

 

 El vestido rojo largo tenía una una abertura en la pierna que dejaba muy poco a la imaginación, era ajustado a su figura y con tirantes gruesos, un escote nada pequeño que llegaba a la mitad de su cavidad torácica y que con el tamaño de sus pechos resaltaba bastante, en la caja habían tacones plateados, se hizo un maquillaje tan perfecto que su mirada era tan sensual que William tuvo que apartar la vista cuando salió del baño, parecía alguien completamente diferente hasta tal punto que hasta que la cicatriz de la herida se veía sexy en ella.

 

—¿Nos vamos? —dijo Morell mientras se acercaba a un muy sonrojado William.

 

—Claro, el jefe te está esperando en la recepción —le extendió el brazo sin mirarla a la cara.

 

 En la recepción todos estaban trabajando como de costumbre y Sarah estaba pegada a Chad hablándole de lo mucho que extrañaría coincidir con él, pero el hombre no parecía importarle aquel hecho, las personas miraban la escena y murmuraban entre ellos, lo cual parecía hacer feliz a la chica, sin embargo, de pronto se abrió la puerta del elevador y todos se quedaron callados mirando en la misma dirección, el sonido de un par de tacones de aguja llenaron el lugar, Chad sonrió mientras se daba vuelta para quedar sin aliento cuando sus miradas se encontraron. Morell miró a la enfermera y de inmediato supo que era Sarah, con elegancia abrió los brazos y Chad se apresuró a abrazarla con fuerza y besarla tanto como lo había deseado a lo largo de los días.



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En el texto hay: peligro, independencia, mafia atraccion

Editado: 18.07.2021

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