—No es que me importe lo que le hagas, porque de hecho no me importa, es solo que Giano puede ser una fiera cuando se trata de su hija y no quiero que te metas en problemas que no puedas manejar —su preocupación era genuina por lo que ella le creyó.
—Tranquilo, no me meteré en problemas a partir de este momento —dijo Morell mientras caminaba tranquilamente en sus tacones cuando de pronto sintió que pisó el pie de alguien por lo que por instinto se volteó para pedir disculpas pero ....— ¡Oh! Pisé mierda de dinosaurio.
—¡Santo cielo! —pensó Chad al ver el rostro rojo de Giano— ¡señor Giano! Que bueno verle en persona.
—Escuché que alguien fue grosero y golpeó a mi hija, vine a conversar sobre el tema —Giano estaba serio por lo que Chad supo que estaba furioso.
—Fui yo y en efecto —dijo Morell sin mucha preocupación sobre el tema— no me disculparé..... su hija es muy grosera; si usted no puede educarla adecuadamente no es mi culpa y a decir verdad, me encanta domesticar a ese tipo de animales salvajes.
—¿Ella te ofendió? No lo sabía; si ese es el caso entonces me aseguraré de hablar con mi hija —Giano no estaba feliz de verla, pero estaba en desventaja, no estaban en Italia y Chad tenía a varios de sus socios en el país.
Al final cada uno decidió mantenerse al margen del otro y no intervenir en la vida del otro, de ninguna manera, aunque Chad sabía que habría alguna reacción por causa del pisotón que ella le había dado por parte de Giano, por lo que de momento debía mantenerse alerta al más mínimo movimiento parte del hombre.
Al volver a la habitación del hotel notó lo mucho que había comprado cuando vió los muebles del recibidor y todo el piso del mismo, cubiertos con bolsas de las diferentes tiendas en las que habían estado, Morell miró a Chad como si esperara alguna respuesta por parte de él, pero este simplemente ignoró la gran cantidad de compras y se fue a la habitación.
—¿No vas a decirme nada? Gasté demasiado hoy —dijo Morell sorprendida por su reacción luego de entrar también a la habitación.
—Creí haberte dicho claramente que no me importaba cuanto gastaras —dijo mientras se preparaba para tomar una ducha caliente.
—Pero.......
—Morell, eres la mujer de mi vida —Chad la tomó de los hombros y la miró a los ojos— sólo yo puedo consentirte de esta forma y espero que lo entiendas, porque la mesada, este viaje y todo lo que está incluido, lo hago porque te amo y porque eres tan hermosa que no se me ocurren maneras de consentirte además de estas.
—Chad, aunque eso sea lo que toda mujer quiere escuchar no es jus.......
—Morell, estoy feliz de que te hayas divertido junto a mí el día de hoy....... Espero que podamos repetirlo en el futuro con más calma —dijo antes de cerrar la puerta del baño detrás de él.
—Eso no parece para nada lógico —Morell consideraba que había cometido un error y quería que Chad dijese algo al respecto, pero aquello al parecer no sería posible en lo más mínimo, así que decidió que no iría de compras tan seguido.
Al día siguiente, Chad, salió muy temprano luego de dejar preparado el desayuno a la bella durmiente que había amanecido en sus brazos; William llegó unas horas más tarde a buscarla para salir de compras, pero ella se negó con la excusa de que quería conocer la ciudad y sus sitios turísticos en caso de que los tuviera, sin embargo, aquello no fue del todo una solución ya que aquellos lugares estaban repletos de tiendas con cosas bellísimas por lo que nuevamente terminó cayendo en las compras masivas.
—Morell, ¿quieres ir a la costa? Conozco algunos sitios a los que podemos ir a pasar el día hasta que Chad regrese —William trataba de salvar las finanzas de su amigo ya que reconoció la tarjeta que estaba usando la chica para comprar— los conductores están esperando por nosotros.
—¿Y Chad? —preguntó ella mientras recordaba que su novio le había pedido que no se alejara demasiado del hotel.
—Me encargaré de avisarle para que se nos una cuando termine..... si es que no hemos regresado antes de eso —William estaba convencido de que debía llevarla lejos de las tiendas.
—Está bien, entonces vamos a donde digas, pero si hay agua salada me gustaría usar traje de baño —el hombre de pronto sintió escalofríos, pero los ignoró y siguió su plan de salvar a su amigo de la quiebra.
—Eso es lo de menos, estoy seguro de que encontraremos un traje de baño cuando lleguemos —ya estaba hecho, ahora lo más caro que podía pagar sería el agua de coco o alguna otra bebida.
—Tienes razón, ¡vamos a la playa! —dijo ella mientras daba saltitos de felicidad.
Salieron de ahí hacia el sitio indicado por William; estaban tan ansiosos de alejar a Morell de las tiendas que no notaron que Giano y su comitiva los seguían, Morell por su parte miraba por la ventana y registraba en video cada segundo del camino, como buena turista.
—¿Por qué esos autos de atrás son diferentes? —preguntó ella mientras señalaba los autos que los seguían y el cuello de William dió vuelta con tanta rapidez que sus huesos sonaron.
—No es nada, mantén la cabeza gacha por si acaso —Morell pudo sentir la tensión que su comentario había generado no solo en William sino en todos los que viajaban en el auto junto a ellos— chicos, estén atentos, tenemos un par de seguidores inesperados.
—¿Son malos? —Morell intentó mirarlo, pero tuvo miedo de levantar la cabeza.
—Estamos por llegar, si hubieran querido atacar, ya lo habrían hecho, no te preocupes —William hizo que ella se quedase en una posición más cómoda, pero sin levantar demasiado la cabeza.