No me dejes dormir, por favor

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La vida es un vaivén infinito. Lo que hoy son vivencias, mañana serán recuerdos. 

Es difícil prever cuándo será nuestro último día feliz, es imposible imaginar que nuestra vida cambiará en cuestión de segundos. Al final, no somos dueños de nuestros destinos. 

Lo único cierto es que, aunque suene como frase de cajón, la vida es para vivirla día a día sin planificar tanto porque, como dicen por ahí, el hombre planea y Dios se ríe. 

Hoy te quiero contar la historia de Ámber, una chica de 17 años cuya vida cambió de un momento a otro después de recibir un regalo... un hermoso e inofensivo regalo a simple vista. 

Déjame ponerte en contexto.




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