De camino a la carretera, Ám miraba con nervios el teléfono esperando recibir la llamada de Loren, que sería su única compañía.
La carretera nuevamente estaba solitaria y muy silenciosa. Aunque ese día no estaba lloviendo y el pavimento estaba seco, el cielo sí estaba bastante nublado y no había mucha claridad.
Ám decidió poner música mientras Loren la llamaba, esta vez fue muy cuidadosa.
Pero minutos más tardes entró la videollamada de Loren y saltó de emoción.
[Videollamada con Loren]
—Loren, te echaba de menos, pensé que no llamarías —le dijo Ám con felicidad.
—Lo siento, Ám, estaba terminando de acostar a mi abuela; pero ya estoy aquí, tranquila —le respondió Loren mientras se aplicaba unas mascarillas faciales.
—Gracias, Loren. ¿Qué te estás haciendo en el rostro? —le preguntó Ám con curiosidad mirando hacia la carretera.
—Embelleciéndome más, amiga, a ver si el idiota de Kevin me suplica para volver —le dijo Loren mientras se lavaba el rostro.
—Ya tú eres bella, Loren. Kevin se lo pierde, ya vendrá el chico que te merezca —le dijo Ám con una sonrisa.
—Te quiero, amiga. Ahora sí, dime qué te pasó ayer, ¿por qué no me has contado? —le preguntó Loren con intriga.
En todo ese momento, Ámber se sentía más tranquila y segura. Estar conversando con Loren sobre otros temas la había hecho olvidar por un momento el mal rato que había pasado.
Sin embargo, lo que pasaría a continuación sería peor que lo que ya había vivido la chica.
Ám estaba a punto de contarle a Loren lo que le había pasado el día anterior en la carretera.
Se distrajo mirando la pantalla del teléfono y, una vez más, confiada en que el camino estaba despejado, quitó los ojos de la carretera para hablarle a Loren directamente.
—Sí sí, entre tanta conversación había olvidado decirte que ayer cuando iba a casa de Harry, y también cuando venía en la noche, una mu...
De pronto, la terrorífica mujer volvió a aparecer en medio de la carretera. Había salido de un sendero del bosque. Aunque seguía luciendo un vestido blanco, esta vez su vestido y manos estaban manchados con algo rojo...
¿Sangre? Eso aparentaba.
Los ojos de Ám se exaltaron de inmediato, frenó tan precipitadamente que la marca de los neumáticos quedó en el pavimento, mientras que estos emitieron un fuerte sonido. El móvil se cayó y se desconectó la videollamada con Loren.
—¿ÁM? ¿ÁM QUÉ FUE ESO? —gritaba Loren con desesperación cuando la llamada todavía estaba activa.
Loren dejó lo que estaba haciendo y comenzó a llamar a Ám, pero el móvil estaba apagado.
Lo que Ám tanto temía se había vuelto a repetir, la mujer estaba delante de su coche de nuevo.
—¡¿QUÉ QUIERES DE MÍ?! DÉJAME EN PAZ, POR FAVOR, NO SÉ QUIÉN ERES —le gritaba Ám desde el coche asustada, entre lágrimas y con el corazón latiendo con fuerza.
La mujer, que estaba inmóvil con su gran melena color negro cubriéndole el rostro, de pronto volvió a señalar algo hacia el mismo lugar por donde ella había salido.
Ám temblaba de miedo, no sabía si voltear a ver después de lo que había pasado el día anterior; pero no lo pudo evitar, sus ojos se fueron inmediatamente a seguir a la mujer.
La mujer la llamaba con la mano para que la acompañase por ese sendero.
Ám, agotada por sus constantes apariciones, bajó del coche para tratar de entender quién era esa mujer y qué le quería mostrar.
Antes de sumergirse en ese pantano, respiró profundo y limpió las lágrimas de su rostro. En ese momento, la imagen de la pesadilla invadió su mente.
Ám recordó que la noche anterior había soñado que estaba en medio de un pantano.
—¡¿POR QUÉ ME ATORMENTAS?! —gritaba Ám desde el borde de su coche mirando a la mujer con los ojos exaltados y conteniendo lágrimas.
La mujer no decía ni una palabra, solo le insistía con la mano que la acompañara al pantano.
—¡¿ERES LA MUJER DE MIS PESADILLAS?! —le preguntó Ám con un fuerte tono de voz.
La mujer seguía sin pronunciar nada, su mano seguía llamando a Ám con insistencia.
—Terminemos con esto de una vez —dijo Ám mientras seguía a la mujer y se sumergía en un terrorífico pantano.