Capítulo 21. ¿Lo soportaremos?

Ám llegó a casa de Harry, él la recibió en la puerta con un gran abrazo y un tierno beso.

—Estoy muy orgulloso de ti, Ám. Eres muy valiente —le dijo mientras le daba otro tierno beso.

—Gracias, Harry. No podía haberlo hecho sin el apoyo de ustedes —le respondió Ám abrazándolo.

Ám y Harry pasaron todo el día juntos. Vieron películas, se divirtieron, rieron, conversaron... 

Aunque Ám no quería tocar el tema de la universidad para no empañar la felicidad de ambos, debía comentarle a Harry que ya su beca era un hecho y se iría en dos semanas.

—Hemos pasado un hermoso día juntos, Harry —le decía la chica mientras ambos estaban acostados en el sofá viendo una película.

—Sí, Ám. Después de días difíciles parece que todo está volviendo a la normalidad por fin —le dijo el chico abrazándola y sonriendo. 

—Sí, pero ahora que fui al instituto me dijeron que debía irme a la universidad dentro de dos semanas —le dijo Ám con tristeza en su voz.

Harry se levantó de prisa del sofá. Su rostro cambió completamente, su felicidad se había evaporado en cuestión de segundos.

—¡¿Tan pronto?! —exclamó Harry con sorpresa.

—De hecho, debía hacerlo hace dos semanas, Harry, ya tú lo sabías —le respondió la chica confundida.

—Sí, pero ya hasta lo había olvidado —le respondió el chico cabizbajo. 

—Harry, mírame. Lo soportaremos, lo lograremos si estamos juntos —le dijo Ám mientras levantaba su rostro.

—No lo dudo, Ám. ¿Pero y si conoces a otro chico? —preguntó Harry con melancolía.

—Conoceré muchos, de hecho —dijo Ám entre risas—, pero eso no quiere decir nada, Harry.

—¿Y si me olvidas? —le preguntó el chico.

—Jamás lo haría, Harry. ¿Estoy entendiendo mal o estás dudando de mí? —le preguntó la chica mirándolo con desconcierto.

—No no, no fue eso lo que quise decir —respondió Harry—, tienes razón, lo soportaremos juntos, Ám.

En ese momento, ambos se abrazaron por un largo tiempo. Sin darse cuenta, la noche ya había caído y Ám debía regresar a casa. 

—Harry, ¡ya es muy tarde! Mamá me pidió que regresara temprano —le dijo Ám preocupada poniéndose su abrigo con mucha prisa. 

—Sí, Ám. Cuando estamos juntos no medimos el tiempo. Vamos, te acompañaré a casa —le dijo Harry mientras tomaba su abrigo. 

—No, no es necesario, Harry, quiero hacerlo sola —le respondió Ám con seguridad caminando hacia la puerta de salida de la casa.

—Ám, por favor, déjame acompañarte, ya es muy tarde —le insistió Harry. 

—Hagamos algo, acompáñame nuevamente por videollamada, por favor —le suplicó la chica.

—No quiero dejarte conducir sola por esa carretera a esta hora, Ám —le dijo Harry.

—No pasará nada, te lo prometo. Estoy tranquila, acompáñame por videollamada, ¿sí? —le insistió Ám mirándolo tiernamente.

—Está bien —contestó Harry entre suspiros—. Vamos, te acompaño a subirte al coche.

Mientras Ám se embarcaba en el coche y se despedía de Harry con un dulce beso y abrazo, a lo lejos alguien los observaba.