No me digas adiós

Capítulo 50

Sábado 15 de septiembre

¡Se han besado!

¡Son novios!

El chico está muy feliz. Cualquier sombra de duda o tribulación ha sido borrada de un plumazo. Su grado de enamoramiento es tal que piensa que debería sentir incluso miedo. Pero no es así, lo que siente es felicidad en estado puro.

En algún momento del día ha pensado en Carmen, un pensamiento fugaz, y no se ha sentido culpable. La culpa debería ser por la fuerza de sus sentimientos hacia Karol cuando la otra es  todavía pasado reciente. La cuestión es que no se siente culpable.

Está en su habitación en cuerpo, pero su mente vuela incesante al momento de su primer beso.

 

―Estás guapo.

Entonces siente los labios de la chica sobre los suyos. ¡La de sensaciones que experimenta! Sabe que intentar describir ese primer contacto entre sus labios es un esfuerzo fútil, y eso que solo pegan los labios. Es el joven quien al final se atreve a tomar de la barbilla a la chica y entreabre su boca, movimiento que la chica replica. No hay lengua, sólo movimiento de labios, algo torpes al principio. Al principio…

―¿Esto significa que serás mi novia? ―pregunta luego, tras una corta sesión de besos que demuestran al joven que sí es posible volar sin alejarse del suelo.

―No acostumbro besar a personas que no son mi novio, joven.

Karolina cae en la cuenta de lo que dijo hasta que ya ha concluido. Matías también piensa en el beso que Rafael le robó. Ese es un momento como cualquier otro para hablar al respecto.

 

El sonido del whatsapp devuelve a Matías al presente. Es un mensaje de Karol, naturalmente. Están poniéndose de acuerdo sobre lo que van a hacer el día de mañana, domingo. La joven no tiene claro que su madre vaya a darle permiso para salir ya que los últimos días ha pasado más tiempo fuera que en casa, pero hacen planes como si no existiera tal impedimento.

Matías no tiene dudas sobre sus sentimientos, ni acerca de los de la joven. ¿Existe un sexto sentido que avisa cuando los sentimientos de la otra persona son sinceros? Lo duda, de lo contrario no habría tanto cornudo con la certeza de que su pareja lo ama. Pero en su caso, no duda de que Karol lo quiere. A pesar de que el tema de Rafael no quedó del todo esclarecido.

La joven contó que, alrededor de un año atrás, el muchacho insistió un par de ocasiones con acompañarla cuando ella volvía a casa al regreso de la escuela, y, harta de él, como hiciera con algún otro, se valió de Alejandra para alejarlo. Su amiga podía ser despiadada con comentarios mordaces y subidos de tono que enseguida hacían que cualquier chico se fuera por su camino, con la complicidad de Karol, por supuesto.

Durante una fracción de segundo a Matías le pareció que la muchacha se guardaba algo, pero esa sensación se esfumó antes de que el joven lograra aprehenderla.

Luego Matías contó que, aunque Rafael y él vivían en el mismo barrio, y prácticamente crecieron juntos, nunca fueron grandes amigos, apenas conocidos. Desde niño el chico tuvo una personalidad que pocos soportaban. También contó del domingo que le dijo a él y a Francisco que Karol se había ido con Alfredo a casa de este.

No sacaron nada en claro. Excepto que tal vez fue una combinación de ambas cosas, resentimiento porque la chica no diera pie siquiera a una amistad y antipatía hacia el chico que claramente sí había avanzado en cuanto a conseguir el cariño de Karol se refiere. Quizá si lo encaraban esclarecieran qué lo había movido a hacer lo que hizo, o si tenía intención de volver a portarse como un idiota, cosa que Matías pensaba hacer, pero la joven le rogó que no hiciera más grande el asunto, que si ellos pasaban por alto el episodio lo más probable era que Rafael también lo dejara ir. Matías accedió a regañadientes.

La explicación elaborada entre ambos sirvió para relegar el asunto a una casilla sin importancia. Si Rafael no intentaba algo más, no tenían por qué darle más vueltas.

Y así es, para Matías al menos. En esos momentos no importa Rafael, no importa Alfredo, ni Carmen ni Andrea. En esos momentos sólo importa que por fin está con Karolina, su chica de la sonrisa mágica. En esos momentos sólo importa que mañana la verá de nuevo.

En esos momentos sólo importa que es feliz.

*******

La joven abraza una almohada. Emite un suspiro soñador y sonríe a la oscuridad. Apenas la mañana del día de ayer era una chica amargada, taciturna y su mundo era gris. Luego salió el sol y ahora brilla a plenitud. No se explica cómo puede gustarle tanto ese chico. Da igual, lo mágico no tiene que tener explicación.




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