No me digas adiós

Capítulo 57

Viernes 21 de septiembre

La semana para Matías se ha pasado volando. Y no es únicamente que el tiempo vuele, sino que él mismo se siente en una nube. Los últimos días al lado de la chica de la sonrisa mágica han sido, a falta de una palabra mejor, mágicos, y cualquier epíteto que le haga justicia. 

Solo hay algo que amenaza con enturbiar esa felicidad. Sucedió hace poco menos de una hora, mientras estaba con Karolina en casa de ésta.

 

―¿Quieres que te traiga algo de beber? ―le pregunta la joven.

―Si todavía hay soda me gustaría otro vaso.

―Veré si te dejó Joselyn. Hablarte no lo hace mucho, pero la soda que traes bien que se la empina.

Mientras espera el regreso de su novia, el teléfono vibra en su bolsillo. Lo extrae y mira que se trata de un mensaje multimedia de un número desconocido. El mensaje consiste en una sola foto de Karolina abrazada a un chico moreno de cabello lacio y grasiento. Como pie de página trae una interrogante: ¿En serio crees que eres el único?

La foto y la leyenda causan un profundo impacto en el joven. Lo más probable es que se trate de una foto antigua; a pesar de ello, la conmoción es enorme.

Karolina vuelve con un vaso de Pepsi y uno de zumo para ella; el joven se apresura a guardar el teléfono.

―¿Ocurre algo?

―No, nada ―miente.

La chica lo mira, consciente de que no le está diciendo la verdad, pero no insiste.

 

En la soledad de su habitación, el joven piensa que hizo mal ocultando el mensaje. Seguro no es nada que merezca muchas vueltas, está convencido de que esa foto no significa nada. Su novia es muy simpática y lo más probable es que tenga muchos amigos y fotos con la mayoría de ellos. Ya le ha hablado de algunos, y aunque ha sentido celos, ha pasado página rápidamente.

«¿Seguro que sólo son amigos?» El joven se incorpora con violencia de la cama. ¿De dónde surgió ese pensamiento? No se puede creer que la estúpida leyenda de la foto esté influyendo en sus pensamientos. Que se haya planteado esa pregunta absurda le llena de miedo y lo hace sentir vil y sucio.

Decide que lo mejor será que le pregunte a la joven. Toma su teléfono, pero en lugar de entrar a WhatsApp abre la aplicación de Facebook. La chica tiene muchas fotos en su perfil, y aunque el joven ya las ha visto todas, es posible que en alguna esté el muchacho de la foto y salga de dudas sin tener que arriesgarse a un malentendido con su novia.

Diez minutos después termina de ver las casi doscientas fotos que Karolina ha colgado en su Facebook. La única conclusión que ha sacado es que su novia es muy hermosa y también discreta, pues el número de amigos es bastante reducido considerando lo guapa que es. Se nota que pasa en filtro todas las solicitudes antes de aceptarlas o rechazarlas. ¿No debería ser eso muestra de que es una muchacha centrada?

Del chico que busca no ha encontrado rastro. «Si se trata de su exnovio es probable que las haya borrado», piensa.

«¿En serio crees que eres el único?» De haber sabido lo que venía en ese mensaje no lo habría abierto. Después ha respondido preguntado quién envía el mensaje, pero no ha obtenido respuesta.

Se da cuenta que está en la pestaña de fotos subidas. Todavía faltan las fotos en las que la han etiquetado. Su última esperanza antes de enviar ese mensaje que lo saque de dudas. Empieza a ver las fotos etiquetadas.

¡Bingo! No pasa más de un minuto para dar con la foto en la que sale el chico de la otra fotografía. Se trata de una selfie en la que Alejandra sale en primer plano y de fondo se puede ver a Karolina con el muchacho en cuestión. Los tres ríen y el chico abraza a su novia. La foto fue subida dos meses atrás, aun así, la punzada de celos es como una puñalada. El comentario que la colocha agregó a la foto se lee: Dando la vuelta con mi mejor amiga y su peor es nada.

El muchacho no está etiquetado en la fotografía, por lo que no puede asegurar que se trate de Miguel, pero ¿quién va a ser si no?

Tenía razón al pensar que se trataba de una fotografía de antes de él, no obstante, no se siente mejor. Ver a la joven tan contenta con ese sujeto que le jugó tan mala pasada lo ha puesto de malas. ¿No se supone que es más juiciosa?

No debe seguir por esa línea de pensamiento. Ya aclaró que fue antes de él y que no debe preocuparle. Lo que debe hacer es preguntarse quién envió el mensaje.

¿Quién puede ser tan vil para querer echar a perder su noviazgo con la joven de la sonrisa mágica?




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