Te odio, porque quiero que seas lo último que vea en vigilias y lo primero en las mañanas
Te odio, porque recaigo en el elixir de tus labios cuando la soledad me seduce a base de besos castos, me arrastra en contra de mi voluntad y me envuelve con su manto
Te odio, porque sabes cómo endulzarme el oído. Cómo moverte y jugar con mi mente
Te odio, porque me ilusioné con la idea de que nuestros corazones se acoplan, latiendo al unísono
¡Te odio! En serio lo hago, porque jamás aprendí a amar a nadie más
Porque mis suspiros aun serán tuyos
Mi cuerpo y espíritu clamarán por ti y al final del día, tú ya no estarás
Dejando atrás las cenizas de un amor no recíproco