Capítulo 25

No encontraba a Derek. Llevaba cuatro horas caminando y no lo encontraba. Comencé a tener miedo. Pánico.

¿Y si le había pasado algo?

¿Y si se había marchado lejos?

Me obligué a respirar, a serenarme. Lo iba a encontrar. Tenía que encontrarlo.

Así que opté por la vía viable.

• ¡DEREK!- bramé mientras andaba por el bosque.

Seguí gritando su nombre preocupada. Todavía no lo había encontrado.

Corrí por el bosque desesperada. A lo lejos, vi una explanada. Al llegar allí seguí corriendo y vi la colina. Me había alejado mucho.

Me acerqué y a lo lejos vi una figura humana marchar.

• ¡DEREK!- bramé ates de correr colina abajo.- ¡OH DIOSA SANTA! ¡DEREK!

Las lágrimas inundaron mis ojos.

• ¡DEREK ESPÉRAME!

La figura se giró y efectivamente, era él. Venía corriendo hacia mí. Yo corría hacia él.

• ¡BELA!- bramó mientras corría hacia mí.

Las lágrimas bañaron mi rostro y lloré mientras corría hacia él. Me lancé hacia sus brazos y sollocé mientras lo apretujaba.

• Me has asustado, imbécil.- me aferré a su cuerpo.- pensaba que te había pasado algo Derek.
• Tranquila…- susurró mientras acariciaba mi pelo.
• No vuelvas a hacerlo.
• Te lo prometo.- besó mi mejilla y se sentó en el suelo conmigo.
• Tenía miedo Derek, miedo de perderte.- sollocé.

Tenía la cabeza escondida en su pecho. No podía mirarlo, solo podía llorar y llorar.

• Me perdí entre los árboles y caí por la colina.
• ¿Qué hacías aquí?- susurré con voz jadeante.
• Buscaba una cosa.

Cuando me calmé tomó mi mano y sonrió.

• ¿Me acompañas a buscarla?- asentí.

Nos metimos entre el bosque y seguí a Derek de la mano. No lo iba a soltar.

Encontró una planta. Era una flor de corazón sangrante.

Una flor de corazón, básicamente, era preciosa. La había visto en libros. Pero nunca en persona.

• Quería dártela, como regalo.- sonrió y cogió una.- ten, para ti, Bels.
• Gracias.- respondí atropelladamente. Una gran sonrisa inundó mis labios, lo abracé y acaricié la flor.
• Simboliza respeto y amor.- susurró en mi oído.

Sonreí y besé su mejilla.

• Me encanta, gracias de verdad.
• Me alegra.- contestó antes de volver a tomar mi mano.

De regreso a la colina, Derek me llevaba en su espalda, ya que me había tropezado y según él era una herida de gravedad.

• ¿Seguro que podrás subir la cuesta conmigo en tu espalda?
• Seguro, solo agárrate a mí.

Obedecí, cuando comenzó a subir la cuesta me aferré a él, no usé magia, él pudo subir conmigo a la perfección.

• ¿Lo has visto?
• Sí.- sonreí.- eres un general fortachón.

Derek negó y siguió andando.

Y era verdad, era un general fortachón, lo había visto, en su cuerpo y en su fuerza. Tanto física como mental.

Estuvimos caminando durante un rato largo, ya me había bajado de su espalda. La noche había caído y nosotros seguíamos andando desorientados, pero siempre agarrados el uno al otro.

• Vamos a hacer una antorcha.- intervino Derek.
• Sí.- musité antes de coger una rama.

Hice como que intentaba encenderla de espaldas a él, pero en realidad, usé el fuego de mis manos.

• Listo.- informé antes de girarme y tomar su mano.
• ¿Cómo has aprendido a encender antorchas?
• El esposo de Catrina decía que era bueno saber.- me encogí de hombros.
• Me agrada ese señor.- susurró antes de sonreír.

Caminamos en silencio y lleguemos a la explanada del lago, allí, Heiko nos esperaba tumbado.

• Hemos llegado, después de cuatro horas andando.- musité cansada.

El sol se pondría pronto. Le di a Derek la antorcha y él la apagó. Yo me tumbé en la hierba y cerré los ojos, estaba cansada.

Derek se tumbó a mi lado y me abrazó.

• Buenas noches Bels.- susurró antes de dejar un beso en mi mejilla.
• Buenas noches Derek.- susurré.

Y abrazado a él sentí un calor en mi cuerpo. Ese tipo de calor que me abrazaba el corazón. Y se convirtió en mi nueva cosa favorita, en mi nuevo sentimiento favorito. En mi nuevo fármaco para la felicidad.