No me olvides

Capítulo 36

Habíamos visto un lago después de días caminando sin parar. Teníamos los pies metidos en el lago y estábamos tumbados boca arriba mirando al cielo mientras reíamos después de jugar a perseguirnos entre el bosque.

  • Ha sido impresionante.- musité con una sonrisa mientras mi pecho subía y bajaba acelerado.
  • No lo dudo Bels.- rió y estirazó su brazo para rozar mi mano.- Te amo.

Sonreí.

  • Yo también te quiero.

Derek se puso de pie y comenzó a saltar mientras corría.

  • ¡Amo a Bela!- bramó con una sonrisa repetidas veces.

Yo solo podía reír. Reír sin parar, Me sentía en el lugar adecuado.

Me levanté y seguimos corriendo sin parar.

Me alzó por la cintura y me comenzó a besar antes de, conmigo en brazos, meterse en el lago.

  • Derek.- reí mientras notaba el agua fría helar mis huesos.
  • Bela.- dijo con una sonrisa mientras sus manos me agarraban del trasero.
  • Las manos.- espeté mientras me aferraba a sus hombros.
  • Te estoy sosteniendo de caer en el agua.- se encogió de hombros.
  • Eres muy amable, y lo aprecio, pero prefiero nadar.- sonreí inocente.
  • Bueno, pues tú lo has querido.

Dicho esto, me soltó sin previo aviso y me zambullí en el agua.

El imbécil me había llevado a una zona honda.

Al subir a la superficie se reía sin parar.

  • No hace gracia.- formulé como pude.
  • Oh, sí lo hace.- rió y vino a abrazarme.

Me aparté y oí su “ohhhh” de sorpresa. Oí el agua moverse a su paso.

Yo nadaba a su contra. Hasta que sentí sus manos en mi cintura.

  • ¿Enserio te has enfadado?- susurró en mi oído.

Yo sonreí y de un giro me enganché a sus espaldas como un mono.

  • Tramposa.- susurró con una sonrisa.
  • Tramposo tú, que me has echado al agua como un saco.- reí y lo abracé.
  • Hay Bela.- musitó mientras reía sin parar.- Bueno. Creo que toca probar el agua otra vez.

Dijo antes de doblar las piernas y que los dos cayésemos directos en el agua.

Me tenía agarrada de los pies, por lo que me fue imposible escapar. Al subir a la superficie golpeé su espalda.

  • He tragado agua.- me quejé.
  • Bueno, así no te disecas.

Pellizqué su hombro y oí su risa.

Derek me giró y yo quedé frente a él. Me tenía agarrada del trasero. El vestido estaba mojado y se pegaba a mí como una segunda piel. El escote se marcaba más y yo solo podía pensar en que Derek, tenía mis pechos a la altura de su boca.

  • Bájame.- pedí.
  • ¿O si no qué?
  • Te dejo tirado aquí.
  • Si no puedes bajarte, ¿cómo me vas a dejar tirado?

Golpeé su pecho y Derek comenzó a reír.

Me bajó un poco y comenzó a besarme. Cogió mis piernas y las enredó en su cintura. Pasé mis manos por su cuello y nos quedamos así. Besándonos en el agua.

Sus manos, comenzaron a subir por mi cintura hasta llegar a mis pechos y estrujarlos con lujuria. Una vez, dos veces.

Me sacó del lago y siguió besándome, ahora, el cuello.

Algo raro se instaló en mí y tuve que alejarlo.

  • No puedo.- jadeé.- No puedo hacerlo Derek. No estoy preparada.

Derek me miró un poco descolocado. Pero acabó asintiendo.

  • Será mejor que vaya a cambiarme, no quiero enfermar.- informé mientras me alejaba y me escondía entre los árboles.
  • Estaré aquí.- fue lo único que dijo.

Porque yo no podía entregarme a Derek. Porque si yo me entregaba a Derek completamente, no me lo perdonaría. Porque sería una traición para ÉL.

Porque yo me había entregado una vez. Y no solo hablo del corazón y del alma. Hablo del cuerpo. Me había entregado de todas las formas posibles a Él. Porque lo amaba.

Pero a Derek, simplemente lo quería. Lo quería con intensidad. Pero no era para nada amar. Y yo no podía entregar lo único que me faltaba por darle.

Porque sentía, que no era lo correcto. Porque a Derek solo le conté algo de mi vida. Pero a ÉL, le conté cada detalle y me entregué sin pensarlo.

Ahora no podía hacerlo. Sentía que no era lo correcto. Porque no.

Y debía de aceptarlo. Tanto Derek como yo.

Debíamos de aceptar que no era el momento de entregarnos al completo. Puede que mañana tampoco lo fuese, ni pasado mañana, ni nunca. Porque yo sabía que nunca estaría preparada para volverme a entregar al completo. Y eso era algo que debían de aceptar.

***

Regresé al lago ya cambiada de vestido y Derek estaba mirando fijo algún punto extraño del paisaje.

Me senté a su lado con las piernas metidas en el agua y el vestido arremangado hasta mis muslos.

  • Oye Bels, perdón. – susurró después de un largo rato.- yo solo pensaba que…
  • No pidas disculpas por algo que no es tu culpa. Simplemente no estoy preparada para hacerlo. Hay personas a las que les cuesta más entregarse en cuerpo. Yo soy una de ellas.- en parte mentira, en parte verdad.

Acaricié su mejilla y la acuné en mi mano.

  • No pasa nada, no te eches la culpa.- sonreí y Derek intentó hacerlo.
  • Soy imbécil.- negó mientras alejaba mi mano.

Y en ese momento, noté un pinchazo en el pecho. Uno de esos que me decían que una grieta se había formado.

Una gran grieta.

Porque en un abrir y cerrar de ojos, lo notaba a miles de kilómetros lejos de mí, aunque estuviese a mi lado, no lo notaba cerca.

Y no sabía qué hacer para traerlo de vuelta.

  • No digas eso.- murmuré.

No me miró. Sostuve con mis dos manos su rostro y busqué su mirada.

  • Mírame por favor.- pedí.

Derek me miró y vi una tristeza profunda. Luego sonrió y se levantó.

  • Vamos a seguir andando, Kooprents nos espera Bels.- me dio la mano para ayudarme a levantarme y anduvimos en silencio.

Algo se acababa de abrir y mi corazonada me decía que sería imposible de cerrar.




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