No me olvides

Epílogo

Dos años después.

Han pasado dos años desde que fallecí. Mi vida ha dado un gran giro. Einar, Heiko, Edrea y yo, nos mudamos a la isla de los difuntos, dónde nos burlamos de Edrea porque solo hay difuntos.

Catrina se volvió una de nosotros un año después de mi muerte y vive también en la isla, con Tirion y mis padres.

He descubierto que soy idéntica a mi mamá en carácter. Papá es una persona muy noble.

Me siento bien.

Derek vive en Kooprents, nos visita a menudo. La divinidad le concedió el don de ver espíritus. No sabemos nada de Drunther pero no nos importa.

Heiko vive con nosotros feliz. La madre y el hermano de Edrea, viven también en esta isla. Por las noches, vamos a hacerles compañía a los habitantes y estamos riendo todo el rato.

Hoy es mi cumpleaños, y por segunda vez en mi vida, lo celebro con toda la gente que quiero.

  • ¡Feliz cumpleaños Belinda!- gritó Edrea colocando la tarta delante de mí.- La he hecho yo. Tranquila esta vez he mirado bien el libro.

Reí y soplé las velas.

  • Gracias.
  • ¡Te amo fantasmita!- gritó Einar abrazándome y besándome.
  • ¡Oye que estamos delante!- musitó Tirion y mi mi padre Adel, asintió dándole la razón.

Reí y miré a Derek, que días antes me había deseado mi felicidad.

Este levantó su copa y bebió con una sonrisa.

***

  • No me creo, que esté rodeado de muertos.- musitó Edrea colgando de un árbol boca abajo como yo y Einar.
  • Edrea, eres un muerto.- informó Einar.
  • ¡Lo sé no me lo recuerdes!- dramatizó.

Y yo reí, reí a carcajadas.

  • El mejor muerto que hemos visto.- añadí.
  • Lo sé, cuido mi piel y mi apariencia mucho. A ver si aprendéis de mí.

Einar negó y yo reí.

A esto me refería cuando decía que era feliz con ellos.

Una gota cayó en mi nariz. Después comenzó a llover con más seguridad.

  • Vamos a bailar.- informé mientras bajaba con una sonrisa.

Los tres comenzamos a bailar y a saltar mientras reíamos y saltábamos.

Era feliz, completamente feliz.

Ileana apreció con Derek de la mano.

  • ¡Bela!
  • ¡Ileana!- grité con una sonrisa.
  • ¡Vamos a bailar1- gritó emocionada y todos comenzamos a bailar.

Edrea se acercó a Derek con lástima. Yo me senté al lado de Einar y miré con atención.

  • ¿Cómo se siente estar vivo?- le preguntó a Derek.

Yo miré a Einar y este juntó sus labios en una fina línea.

  • No te rías que nos pega.- susurró.

Pero yo estallé en carcajadas. Edrea me miró ofendido.

  • ¡Oye, que ya no me acuerdo de lo que era estar vivo!- gritó ofendido.
  • Pues que puedes morir en cualquier momento.- respondió Derek.
  • Oh, es verdad, que alegría de que esté muerto.

Y yo reí. Einar me alzó por los aires y me besó. Amaba a este hombre.

  • Fantasmita…- susurró.
  • Dime.
  • Te amo.
  • Yo te amo más.
  • ¿A sí?
  • Sí.
  • ¿Cuánto?
  • Con cada latido de mi corazón.
  • Y eso cómo sería de grande.

Sonreí y lo besé.

  • Tan grande que sé que nunca se va a acabar este amor por ti.

Einar sonrió y me abrazó.

Einar no se había podido acercar a mí durante todo ese tiempo, porque la divinidad le había conjurado que hasta que yo no me perdonase al completo y pasase página y pudiese querer a otro, no sería así.

Supongo que al final, todos volvemos a dónde somos felices y yo volví a sus brazos. A los de Einar.




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