No puedo moverme, no puedo ver, tampoco puedo respirar por mi cuenta, solo puedo escuchar. ¿Qué me está pasando?.
Sólo siento cómo alguien sostiene mi mano, quiero apretar y no puedo, estoy atrapada.
NO PUEDO GRITAR
NO PUEDO HACER NADA
¡¿ESTOY MUERTA.?!
—Muy bien, me presento, soy la doctora Smith— escucho una mujer de edad adulta
Dios, ¿qué me pasó?
¿Cómo está mi familia?
Esto es una pesadilla.
—Sheela Theodora Brown, 15 años, vómitos presentes durante la noche, se le inyectó suero y éstos se detuvieron fractura de antebrazo se le indicó reposo y una férula— ¡oh mi pequeña!.
—Tyler Anthony Brown, 20 años, corte en la cara se le pusieron suturas, fractura de tibia se le ubicó una fijación externa, por lo que tiene que estar recostado y no quiso, así que le ubicamos una cama en esta sala y acepto—dice con cierto tono.
Mi Tylersito .
—Peter Caleb Brown , 43 años, contusiones en cara y hombro, fuera de eso está bien— escucho un suspiro y estoy segura que es de papá.
—Mary Parker de Brown, 43 años, presentó mareos y un ataque de pánico a las 4:24 a.m lo que se le dio un calmante,
Presenta una contusión en el brazo— escucho una hoja deslizar.
—y por último la más grave, Lizzie Penelophe Brown , 17 años, múltiples hematomas en abdomen lo que tuvimos que parar la hemorragia que contenía dentro, sufrió un paro cardíaco a las 3:37 a.m, tiene un fallo renal, necesita urgente un trasplante de riñón, además de estar en un coma postraumático— dijo una voz masculina.
¿Coma? ¿Accidente? Oh no...
Gracias Dios, están todos bien, menos yo...
—Oh hija mía—mi madre aprieta más mi mano.
—Y sobre la donación...—Escucho la voz de Mi padre.
—La donación es urgente, calculando si no la recibe pronto tiene 6 o máximo 8 días de vida— dice la doctora y mi madre rompe en llanto.
—Yo le donaré mi riñón-dice una voz masculina quebradiza—es mi hermana, somos compatibles.
Mi Tylersito, cuando despierte nunca más pelearemos.
—Yo también soy su hermana, puedo donarle el mío—la voz de Sheela la reconozco en todos lados.
Sheela, te quiero demasiado hermanita
¿Por qué soy la más grave?...
Maldición, el cinturón de seguridad.
Malditas náuseas.
—Yo también, soy el padre soy completamente compatible ¿no? —escucho que está muy nervioso.
—yo igual, soy su madre, quiero donarle— dice en llanto.
Mamá, no llores.
—¿Por qué Liz? ¿Por qué ella la peor parte?— escucho llorar a Tyler.
—Ella iba en la puerta del medio, recibió el impacto, si tan solo yo no hubiera adelantado el coche—es papá.
—Doctora, ¿cuándo despertará? — Sheela.
— Lo siento, no lo sabemos, existe la posibilidad de que no despierte en un largo tiempo y también existe la probabilidad de que despierte hoy o mañana, es imposible de saberlo—mi madre aprieta más mi mano.
¿¡QUÉ!?
— No mi niña —papá me besa la frente.
—Necesito que me acompañen, para hacer los exámenes de compatibilidad, menos Tyler obviamente—escucho pasos alejarse y siento como mamá suelta mi mano delicadamente.
— Ya vuelvo hija —me besa.
Ahora que hay silencio total, escucho un pitido a mi lado izquierdo, creo que son mis latidos, a mi derecha escucho una máquina, debe ser mi respirador.
Quiero despertar de esta pesadilla.
—Es curioso, ayer estábamos en el Centro comercial jugando y riéndonos y Hoy 24 horas después estamos sufriendo, estoy clavado a unos fierros y tú estás conectada a máquinas para vivir —dice Tyler sorbiendo su nariz.
— Solo quiero que sepas que intenté contarte ayer, intenté decirte algo muy importante, confío plenamente en ti... Liz, quiero que sepas de las primeras que soy padre, de un hermoso varón, no quiero contárselo a nuestros padres, se volverían locos—ríe nervioso.
— No se si me escuches pero, te amo hermanita, Siempre te amaré, tú solo resiste, te necesito en mi vida, te necesitamos con nosotros—suspira.
Yo también hermano, no sé cómo resistir en estos momentos apenas se pensar, pero haré lo que pueda.
—Tyler Brown, ¿verdad?— dice una chica a lo que creo que es una enfermera.
— Sí—dice este.
—Vengo a extraer sangre para la muestra de compatibilidad—
Silencio, solo silencio.
Siento como toman mi mano.
—Mi Lizliz—papá.
— los exámenes estarán en una hora, vendré entonces—dice la doctora.
— 50 llamadas de la abuela— dice mamá a mi otro lado.
—Tengo 30 llamadas de la tía Gloria—dice Sheela.
—Llamaré a la abuela—dice Tyler.
— No hace falta, estoy aquí—...
Abuela, está aquí mi abuela.
Mi corazón está acelerando lo sé por el pitido de la máquina mi cuerpo se está moviendo involuntariamente.
¿Qué pasa?.
—Es un paro, de prisa—dice una voz masculina.
— iniciando compresiones—siento un peso en mi pecho.
—¡Lizzie!—los gritos de mamá se escuchan lejos.
— ¡Noooooo! —es papá.
—Se nos está yendo , carguen paletas—dice la doctora.
Mi cuerpo está cansado, quiero descansar, ya no puedo seguir.
A lo lejos escucho la voz de Sheela y Tyler.
—¡Lucha Lizzie, Lucha!—
—QUÉDATE AQUÍ, conmigo—sheela llora.
Y todo se vuelve silencio.
Jueves 23:13 p.m
¿Ya morí?
¿Por qué el cielo es negro?
Oh, no... NO
ESTOY EN EL INFIERNO...
— Perdón por la tardanza, tuvimos serios problemas en el laboratorio, ya están los resultados de compatibilidad— es la doctora.
GENIAL, Sigo aquí.
—¿y...?—abuelita.
—Lo siento, repetimos dos veces el procedimiento, es sumamente extraño pero nadie es compatible— mamá está llorando.
¿Tan mala suerte tengo?
—Revisamos el ADN y nada, no es por meterme en sus vidas pero ¿Quizás podrían llamar al padre biológico de Lizzie? —dijo con un tono raro.
Espera, ¿padre biológico?.
—Yo soy su padre biológico— dice papá confundido.
Editado: 25.09.2025