No me olvides

Capitulo 4

Dos semanas después

Lunes 16:47 p.m

Estas semanas han sido difíciles no lo negaré, pero ¿Qué creen?

YA PUEDO CAMINAR

Juro que lloré, extrañaba tanto caminar.

Y por otro lado a sido difícil por Daniel, él está bien, se ha recuperado, pero estamos en la misma habitación y cuando intentamos hablar allí está papá, interrumpiendo.

Lo bueno es que a Tyler le quitaron la cosa de metal que tenía en su pie y le pusieron yeso, por lo que anda con muletas, pero ya le dieron el alta.

Ahora están todos en casa de abuelita y quedé sola con Daniel, no lo niego, estoy nerviosa.

—Así que eres mi padre biológico—me encojo de hombros.

Me estupidez, es obvio.

— Pues evidentemente Sí—me mira.

— Y también, ¿tengo hermanos?— pregunto curiosa.

—Sí, son tres, tres hermosos hijos—suspira— bueno contigo cuatro— sonríe nervioso.

—Daniel—suspiro, sí, lo llamo por su nombre.

— Dime Liz— se sienta.

— me quiero dar la oportunidad de conocerte también — sonreí— pareces una persona agradable pero, necesito que me entiendas, No puedo irme contigo, aunque sean solo dos meses, pero es mi papá, él ha trabajado duro para darme todos mis caprichos, para servirme un plato en la mesa e irme contigo, sería como faltarle el respeto— le sonrío nerviosa.

— Te entiendo Perfectamente Liz—Sonríe.

— Además podemos seguir conociéndonos por llamadas, no el que no me vaya contigo signifique que no te quiera conocer, podemos seguir el contacto, después de todo me salvaste la vida y estaré agradecida contigo siempre—me levanto de la camilla y voy hacia él, me mira extraño pero luego sonríe porque lo estoy abrazando y una pequeña lágrima sale de mi ojo.

Una tos extremadamente falsa nos interrumpe.

— Espero no estar interrumpiendo nada—sonríe falsamente papá.

Yo solo suspiro, qué incómodo.

— Solo estábamos hablando — dice Daniel.

— así veo...— papá me mira y sonríe— tu abuelita quiere verte.

...

Tres días después

Jueves 12 : 30 a.m

— Buenos días— dice la doctora Díaz.

—Buenos días— respondo alegre.

— Alguien está contenta—dice Tyler sonriendo.

— ¿Es hoy?— digo esperanzada.

— Es hoy Lizzie— dice La doctora.

BIEN.

— Necesito llenar algunos informes, conversar algo con tus padres y ya te puedes ir, si quieres puedes vestirte—sonríe y se va con mamá.

—¿Y tú no irás con mamá?— dice Sheela a papá.

— Tengo cosas importantes que hacer— dice sin mirar a nadie y se va de la habitación.

Bueno, eso me dolió no lo negaré.

— Bueno... Hoy nos vamos—Dice Tyler acercándose a mi.

—Sí, por fin a casa—suspiro y dejo que Tyler me abrace.

A Daniel le dieron el Alta antes de ayer, recuperó antes que yo.

Le debieron echar una bronca en su casa...

Me contaba que no avisó que vendría, además que no trajo su cargador del teléfono.

Pobrecito.

.

Ya estoy vestida, y esperando a mamá para irnos.

— Ya nos podemos ir—dice mamá entrando a la habitación con una amplia sonrisa.

—Ya era hora — digo feliz.

Al salir del hospital, sentí un alivio tan grande y respirar aire fresco es fantástico.

Ay no.

Un Automóvil.

—Entiendo, es difícil— dice mamá.

— No, eso es lo raro, debería sentir pánico o algo pero lo único que quiero es introducirme en el coche para ir a casa—sonrío.

— Creo que deberías ir al Psicólogo—dice mamá seria.

Solo hago una mueca y me siento al lado de Tyler y Sheela, voy en medio.

— Bueno, abuelita nos prestó su coche hasta que tengamos otro, es algo lento así que nos vamos a tardar— dice papá al volante.

—Casa allá vamos—dice Sheela.

Jueves 17:50 p.m

El viaje fue aburridísimo, y pensaba sobre lo que dijo mamá, ¿debería ir al Psicólogo? Es raro que al sufrir un accidente así no tenga miedo al subirme al coche.

Bueno en fin, extrañaba mi dormitorio.

Faltan dos días para Navidad y estoy algo emocionada porque hace algunas semanas dudaba si podría estar viva ahora.

Mamá me dijo que mi tono amarillento aún sigue presente, y que en más o menos una o dos semanas mi piel volverá a su color paliducho.

Mi teléfono suena.

Es Daniel.

—Hola Liz — dice contento.

—Hola Daniel—le respondo alegre.

— Supe que llegaste a casa ¿cómo te sientes?.

—La verdad es que bastante bien— sonrío.

— Me alegro, oye Liz— dice nervioso.

—¿Qué pasa?— pregunto con curiosidad

—Te compré un regalo para navidad.

— Ay, Daniel no hacía falta, con tu riñón es suficiente—reímos.

— No, pero se que te va a encantar este regalo— se escucha una voz femenina.

—Ves, tenía razón, ya andas comprándole regalos a tus amantes Daniel— creo que está en problemas, qué incómodo.

— Daniel, creo que deberíamos hablar después— después de escuchar un "Sí" corto la llamada.

¿Amantes?

Un suspiro me invade.

Bajo a la cocina y me encuentro a papá y mamá discutiendo y al verme callan.

— ¿Tienes hambre? —pregunta mamá .

— Sí, mucha— sonrío.

Me acerco a papá y lo besó en la mejilla.

— Te quiero papá—le digo mientras lo abrazo.

— Necesito ir a comprar algo— dice separándome de él cuidadosamente.

¿Ahora qué le pasa?

— Es difícil para él—suspira mamá.

— Lo sé—respondo triste.

—Aquí tienes—dice mamá dejando un plato con ¿qué es eso?.

— ¿qué me estás dando?— pongo cara de asco.

Es una masa verde amarillento.

—La doctora dio órdenes — se encoje de hombros mamá.

—Pero, ¿Qué es?—hago puchero.

— Es mejor que no sepas.

Lo probé con la punta de la cuchara y ... bueno no está tan malo.

—¿qué estás comiendo? —dice Tyler entrando a la cocina con una cara de asco .

—No lo sé, pero sabe bien— me encojo de hombros.

—Mamá ¿y el pulpo que teníamos congelado? — dice curioso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.