Capítulo 3 - Ya me has perdido

Sé que queréis saber más sobre mí, sobre mi historia, pero creo que aún no es el momento de que conozcáis todo porque se pierde la gracia. Creo que lo mejor es ir poco a poco contándoos acontecimientos.

Porque nada es lo que parece ser. Nada.

Mi vida estaba dividida en dos, en lo que siento por uno y en lo que siento por el otro. ¿Nunca os ha pasado eso de querer a dos personas de la misma manera? Porque a mí sí. Y no sabéis cuanto duele, porque no puedes evitar lo que estás sintiendo, no puedo, pero lo peor de todo no es eso, lo peor de todo es hacer daño a las personas a las que quieres.

Los engaños y las mentiras nunca son buenos, nunca. Y esta vez no iba a ser la excepción a la regla. La vida o el destino nunca ha estado de mi parte y menos ahora.

Así que lo que os voy a contar, lo que voy a explicaros es el momento en el que todo comenzó a desmoronarse, no es el principio de mi historia, el principio de nuestra historia, pero es importante. Después de este hecho nada volvió a ser lo mismo, nada y todos los acontecimientos posteriores se desencadenaron a partir de este.

¿En qué momento decidí venir a Madrid? ¿En qué momento tuve que conocerlos?

¿En qué momento me tuve que enamorar de Marco Asensio e Isco Alarcón?

Inicio del Flashback

Estoy viendo el entrenamiento de los chicos cuando noto que Marco se está acercando hasta donde estoy, por lo que salgo de las gradas y bajo hasta el campo.

       -       Hola peque – me dice Marco mientras me coge de la cintura y junta nuestras frentes.

       -       Hola – le sonrío dulcemente.

       -       Te he echado de menos – me dice mientras me aprieta más contra él.

       -       Y yo a ti – le contesto ya que llevamos una semana sin vernos.

Nos quedamos mirándonos unos segundos hasta que Marco me suelta, salta la valla y me coge de la mano para llevarme a alguna parte.

       -       ¿A dónde vamos? – le pregunto curiosa.

       -       Ya lo verás – me dice sonriendo – sólo quiero estar a solas un rato contigo.

Me lleva hasta el vestuario, al ver que no hay nadie, entramos. En cuanto Marco cierra la puerta me aprisiona contra ella y me besa de manera desesperada.

      -       No sabes cuánto te he echado de menos – me dice al separarnos para recuperar la respiración.

      -       De la misma manera que yo – le respondo mientras que con mis manos agarro su cuello y le atraigo hacia mí para poder besarle otra vez.

Estamos así durante minutos, mientras nos besamos, acariciamos, nos demostramos todo el amor que no nos hemos podido dar durante estos días sin vernos.

De repente oímos unos ruidos. Marco se separa y me indica que no me mueva y que guarde silencio, ya que no puedo estar aquí. Sale por la puerta y se encuentra con el segundo entrenador.

Vuelvo a ver a Marco entrar en el vestuario, coge unas botas y se dirige hasta mí.

        -       Tengo que irme ¿vale? – me dice mientras me agarra de la cintura – No te muevas de aquí, vendré a buscarte – me sigue diciendo.

        -       Vale – le susurro ya que no sé cómo volver a las gradas desde aquí.

        -       Te quiero – me dice Marco.

        -       Yo también te quiero – le respondo.

Se acerca más y acorta la distancia para poder besarme. Después se aleja y sale por la puerta, quedándome sola en el vestuario.

No sé qué hacer ahora, así que lo único que puedo hacer es sentarme en el banco y esperar a que vuelva Marco.

Estaba metida en mis pensamientos cuando siento una respiración cerca de mi cuello. Me sobresalto asustada y me giro para averiguar quién me había pillado. Y me encuentro con una mirada que conozco demasiado bien.

         -       ¿Qué haces aquí María? – pregunta intrigado.

         -       Esperar a Marco – le respondo seca.

Ha sido nombrar a Marco y en su cara ha aparecido una mueca de asco y una mirada furiosa.